Lozoya: se acabó la fiesta // Alonso Ancira, en chirona
Carlos Fernández-Vega
P
or fin, Emilio Lozoya mordió el polvo y ya cuenta con una orden de arresto. A su lado cae uno de los empresarios más nefastos del país: Alonso Ancira Elizondo, cabeza visible del Grupo Acerero del Norte, propietario a su vez de Altos Hornos de México, otrora empresa del Estado privatizada en el salinato.
Para Lozoya (quien debe estar más escondido que el desarrollo nacional) primero fue la inhabilitación por 10 años (cortesía de la Secretaría de la Función Pública); después, sus cuentas bancarias congeladas (Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, por
múltiples operaciones que podrían estar relacionadas con actividades ilícitas), y ahora la orden de detención girada por un juez federal por el descarado robo, en perjuicio de Petróleos Mexicanos, en la compraventa de las empresas Agro Nitrogenados, en favor de Alonso Ancira.
Pero al ex director de Pemex le espera otro pendiente: el caso Odebrecht, los 10 millones de dólares que presuntamente le pagó el consorcio brasileño, la campaña de Peña Nieto, parte de la cual al parecer fue financiada con ese dinero, más todo tipo de corruptelas en demerito de la primera empresa de la nación. Ahora sólo hay que capturarlo. También se giró orden de arresto contra Ancira Elizondo, y ayer fue cumplimentada en Mallorca, España. El empresario ya goza de las comodidades de una cárcel ibérica, y todo apunta a que en esta ocasión no le alcanzará el manto protector de Carlos Salinas de Gortari, como sucedió en 2000, cuando huyó a Israel, acusado de fraude fiscal por la Secretaría de Hacienda.
Pero bueno, el punto central –por ahora– es la compraventa (Pemex-Ancira) a precio inflado del consorcio Agro Nitrogenados, una ex paraestatal que privatizó el salinato (en 1991, en favor del propio Ancira) por tratarse, decían entonces, de una empresa
no estratégica. En ese entonces el propietario de Altos Hornos de México pagó –se supone– 172 millones de dólares (aunque a la hora de la hora el monto se redujo a 150 millones) y recibió una empresa plenamente productiva y con mercado garantizado. Más de dos décadas después de aquella privatización,en enero de 2014 Pemex, vía PMI, recompró la empresa
no estratégicaAgro Nitrogenados por 475 millones de dólares; es decir, a un precio tres veces superior al que Alonso Ancira (se supone) pagó en 1991, con el agravante de que en la
recomprasólo aparecieron fierros viejos, pues el consorcio se mantenía improductivo desde 1999.
Entre 1991 y 1992 el gobierno salinista privatizó Fertilizantes Mexicanos (Fertimex), para lo cual fragmentó el corporativo en 13 unidades productoras, cada una vendida aparte. Por la venta de todas ellas el erario obtuvo 317 millones de dólares (muy por debajo de su valor en libros), pero 22 años después Pemex gastó 475 millones de dólares para recomprar sólo una de ellas, sin olvidar que a cambio recibió chatarra.
Así, el regreso de Agro Nitrogenados al inventario de empresas del Estado costó tres veces más de lo que por ella se obtuvo en 1991, pero alguien autorizó el gasto y no fue otro que el consejo de administración de Pemex (por cierto, Ancira dejó un
regalitode 219 millones de pesos en la
panzadel Fobaproa).
Entonces, Lozoya firmó, Pemex pagó y el dinero se lo embolsó Ancira; todo fue aprobado por el consejo de administración de Pemex. ¿Quiénes lo integraban? En su calidad de secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell lo presidía; Luis Videgaray (Hacienda), Ildefon-so Guajardo (Economía), Juan José Guerra Abud (Medio Ambiente) y María de Lourdes Melgar Palacios (subsecretaria de Hidrocarburos).A demás, como consejeros independientes participaban Carlos Elizondo Mayer-Serra, Octavio Francisco Pastrana, Jorge José Borja Navarrete y Alberto Tiburcio Celorio.
Las rebanadas del pastel
Entonces, parece que serán necesarias más ordenes de aprehensión… A la palestra brinca otro protector de Alonso Ancira: el senador Ricardo Monreal, quien ya trabaja en la
operación salvamento.
Twitter: @cafevega
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