Familia Lozoya: pollitos en fuga // Busca ¡protección de la justicia!
Carlos Fernández-Vega
E
n una suerte de versión policiaca de la película Pollitos en fuga, integrantes de la familia de Emilio Lozoya Austin rápida y ávidamente corrieron a los juzgados mexicanos en busca de un amparo, pues –infirieron– no vaya a ser la de malas que también a ellos les toque una temporada tras las rejas.
Emilio ya obtuvo el tan ansiado amparo –vence el próximo martes–, pero, más rápido que una saeta, la hermana y la esposa del ex director de Petróleos Mexicanos, Gilda Susana Lozoya Austin y Marielle Helene Eckes, respectivamente, acudieron a los juzgados en busca (parece broma) de la
protección de la justicia mexicana al considerar que la juez María Eliana Cardo Ramos, con sede en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México hubiera otorgado una orden de aprehensión en su contra.
Y la obtuvieron (juzgado 14 de distrito en materia de amparo con sede en la Ciudad de México), mediante el pago de 18 mil pesos como garantía cada una (cacahuates para la familia),
aunque no significa que no puedan ser detenidas si se libra una orden de captura en su contra por delitos a los que se les estableció prisión oficiosa(La Jornada, Gustavo Castillo y Dennis A. García).
De acuerdo con fuentes ministeriales y del Poder Judicial, las órdenes de aprehensión solicitadas
solamente fueron en contra de Emilio Lozoya, el empresario Alonso Ancira y de Gilda Susana Lozoya Austin (la hermana del ex director de Pemex), por su presunta participación en acciones que causaron grave daño patrimonial a Petróleos Mexicanos por la compra de la empresa Agro Nitrogenados(ídem).
Es de suponer que, desesperados, más pollitos en fuga andan tras un amparo (oro molido en estos tiempos en los que, para algunos, el futuro sólo les depara algún reclusorio), en el entendido de que corren el riesgo de ser involucrados y/o capturados por dos vías: la de la Fiscalía General de la República y la del gánster defensor de gánsteres, Javier Coello Trejo, abogado defensor del ex director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, quien para salvar el pellejo está dispuesto a llevarse entre las patas a todos y a todas. Entonces, los jueces deben estar preparados, porque deberán conceder amparos como quien regala tortillas.
Recuérdese que el abogánster Coello Trejo dejó en claro que, para defender a su cliente, citará a medio mundo con tal de salvar el pellejo de Emilio Lozoya: del ex presidente Peña Nieto para abajo, incluyendo al consejo de administración de Pemex en el momento de la compraventa de Agro Nitrogenados (con Pedro Joaquín Coldwell y Luis Videgaray a la cabeza) y a dos ex directores de Pemex en tiempos de EPN (Juan Antonio González Anaya y Carlos Alberto Treviño Medina).
Si ello no alcanza, pues allí están los sabuesos de la Fiscalía General de la República –que ya tienen muy bien armado el expediente– en busca de los pollitos en fuga, sin olvidar que está pendiente el caso Odebrecht –del que, entre otras cosas, saldrán relámpagos electorales– y otras menudencias que a Emilio Lozoya y a sus amigos no los deja muy bien parados que se diga.
Y en la cárcel de enfrente, Alonso Ancira Elizondo –a quien no le dieron tiempo de obtener un amparo– no se le ocurre mejor cosa que mandar a decir con su abogado español que su enchiqueramiento sólo se trata de una vendetta, mientras sus jilgueros lloran amargamente porque al empresario
lo internaron en una prisión muy peligrosa.Que se aguante: por él, mucho más han sufrido los mineros de Coahuila.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, más allá de los atractivos turísticos y la buena comida, algo legalmente espectacular debe tener Mallorca –la mayor de las Baleares–, porque en esa misma isla fue capturado, casi 20 años atrás, Ángel Isidoro Rodríguez, alias El Divino, quien se refugió en España tras ser acusado, en México, de fraude y delitos bancarios. Fue capturado por Interpol, enchiquerado y extraditado. Aquí quedó impune, y a lo mismo le apuesta la cabeza visible de Altos Hornos de México. Entonces, la Fiscalía General de la República debe tener muy bien puestas las pilas.
Twitter: @cafevega
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