viernes, 21 de noviembre de 2014

"¿Por qué nos matan, si somos el futuro de América Latina?"

Por Ayotzinapa
En todo el país, manifestaciones para exigir la presentación con vida de los 43
¿Por qué nos matan, si somos el futuro de América Latina?
Pacíficas, la gran mayoría de protestas; las excepciones, en Campeche y Chiapas
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En San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, unas 300 personas participaron en una marcha nocturna. Una joven representó a La llorona, que clamó por sus hijos   Foto Moysés Zúñiga Santiago
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Aspecto del contingente que partió de la Plaza de las Tres Culturas, durante su avance por el Eje Central  Foto Pablo Ramos
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Manifestantes en el Ángel de la Independencia  Foto Cristina Rodríguez
De los corresponsales
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de noviembre de 2014, p. 5
El país se cimbró este 20 de noviembre con el fragor de cientos de miles de personas que con marchas, paros (en universidades y centros de trabajo), bloqueos, tomas de casetas y otras manifestaciones en 30 estados exigieron la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.
La mayoría de las multitudinarias protestas en el país fueron pacíficas, excepto en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, donde los incidentes más graves fueron protagonizados por un grupo de más de 50 jóvenes que, con los rostros cubiertos con pasamontañas o paliacates, lanzaron bombas molotov a una tienda Oxxo y rompieron cristales en un supermercado Soriana, por la mañana.
Pasadas las 17 horas, al termino de una manifestación donde participaron unas 2 mil personas, otro grupo incendió la alcaldía de Venustiano Carranza, la cual quedó consumida por el fuego.
En Campeche, alumnos de la Normal Rural Justo Sierra Méndez de Hecelchakán quemaron un monigote con la figura de Peña Nieto en la puerta de la alcaldía y lanzaron dos bombas molotov, que provocaron un incendio, controlado de inmediato por personal de Protección Civil.
Otro incidente ocurrió en Naucalpan, estado de México, donde la madrugada de este jueves personas no identificadas tiraron petardos contra sedes bancarias y dañaron tres cajeros de Banamex y uno de Scotiabank en Plaza San Mateo.
En el muro de ingreso a Banamex se escribió la leyenda: Ayotzinapa vive, fue el Estado. Los petardos destruyeron cristales e incendieron los cajeros. No hubo robo ni lesionados.
Profesores y alumnos de todos los niveles educativos, así como padres, médicos, enfermeras, sacerdotes, trabajadores, telefonistas, ex braceros, artistas, integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de organizaciones civiles y de derechos humanos exigieron ¡Justicia!, en una jornada de protesta nacional e internacional contra la violencia y en solidaridad con los familiares de los normalistas desaparecidos.
Los manifestantes tambien repudiaron los asesinatos cometidos en Tlatlaya, estado de México; el incendio de la guardería ABC, que segó la vida de 49 niños, y “la burla de la Casa Blanca” de la familia presidencial, entre otros agravios.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, fue el clamor que recorrió el país y al que se sumó otro: ¡Fuera Peña Nieto, fuera Peña Nieto!
Estudiantes de instituciones públicas y privadas, miembros del movimiento #YoSoy132, integrantes del Movimiento Regeneración Nacional y colectivos de Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Tamaulipas, Oaxaca, Sinaloa, Durango, Hidalgo, Zacatecas y otros estados irrumpieron en los desfiles conmemorativos de la Revolución Mexicana, con pancartas y fotos de los normalistas desaparecidos para exigir su presentación con vida.
Con simpatía y solidaridad se les sumaron los ciudadanos, mientras en las parroquias de las iglesias se llevó a cabo una jornada de oraciones de 43 horas por los desaparecidos.
En Chihuahua capital el contingente de estudiantes encaró al gobernador César Duarte cuando éste presenciaba el desfile, para cuestionar: ¿Por qué nos asesinan, si somos el futuro de América Latina? Luego se dejaron caer al suelo.
En Oaxaca, dos jóvenes se plantaron frente al gobernador Gabino Cué cuando entregaba el premio estatal al deporte, para levantar cartulinas donde se leía: No se puede hablar de libertad en un país donde impera la impunidad.
En Tampico, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Tamaulipas suspendió el concierto que daba ante autoridades locales e interpretó el Himno Nacional en solidaridad con cientos de estudiantes que llegaron a pedir justicia.
En Morelia, Michoacán, padres de los normalistas desaparecidos acusaron al gobierno de Peña Nieto de intentar dar carpetazo a las pesquisas.
Advirtieron que no se cansarán de buscar a sus hijos. No pararemos hasta encontrarlos, advirtió Epifanio Álvares, antes de salir de la Normal Rural de Tiriopetío rumbo a la ciudad de México.
El dolor y el hartazgo se manifestó en múltiples formas: Madre, vine a defender mi patriaQuiero un México de paz para mi hijo. #RenunciaEPN y Ya me cansé de vivir con miedo.
Junto con las consignas, en casi todos los estados se dio el pase de lista con el nombre de cada uno de los 43 normalistas desaparecidos. La renuncia de Peña Nieto y del gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega, fue la demanda constante.
Padres de 43 normalistas desaparecidos encabezaron una manifestación en la cual participaron más de 4 mil profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y alumnos de las ocho escuelas normales del estado.
En las principales ciudades de California, Estados Unidos, cientos se unieron a la jornada de protestas. En la sede del consulado de México en San Diego se colocaron fotografías de los 43 normalistas desaparecidos. El líder de la Unión de Barrios, Benjamín Prado, exigió al gobierno mexicano el regreso con vida de los 43 jóvenes.

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