FIFA, corrupción galopante
El oscuro negocio del futbol
Cananea, derrame continuo
Carlos Fernández-Vega
H
orrorizadospor la corrupción imperante en la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y organismos conexos, empresas trasnacionales que patrocinan dicho organismo y los campeonatos deportivos que éste organiza (la Copa del Mundo, entre otros) amenazan con retirar su apoyo económico y se muestran
seriamente preocupadaspor los sobornos (150 millones de dólares) recién documentados por la FBI y la detención de siete responsables
sospechososde actos ilícitos.
Como si fuera algo nuevo (Diego Armando Maradona lo ha denunciado permanentemente desde hace ya muchos años), los patrocinadores de la FIFA han puesto el grito en el cielo, como si ninguno de ellos a su vez fuera protagonista de actos de corrupción, tráfico de influencias, chanchullos financieros, explotación de mano de obra y permanente violación de los derechos humanos, entre otras gracias.
En el inventario de patrocinadores, todos ellos trasnacionales, aparecen cerveceras que intoxican a la afición, instituciones financieras con larga historia de ilícitos, consorcios deportivos con costos milimétricos y ganancias colosales que explotan la mano de obra infantil, refresqueras que envenenan estómagos a lo largo y ancho del planeta, fábricas de ropa que pagan sueldos miserables y obligan a sus trabajadores tercermundistas a laborar en condiciones infrahumanas, dañinos expendios de hamburguesas que promueven la obesidad por doquier y muchos más por el estilo, que ahora se dicen
seriamente preocupadospor las prácticas de la FIFA, como si no las conocieran ni formaran parte de la cadena.
Lo anterior, desde luego, sin considerar a los vampiros mediáticos (Televisa y Tv Azteca, sólo para el caso mexicano) y a las empresas de futbol que hacen el caldo gordo a la FIFA, envilecen el deporte y a los deportistas, evaden impuestos, obtienen jugosísimas utilidades a costillas de jugadores y afición, rompen sindicatos, participan en los chanchullos y forman parte del ejército público y privado de cómplices de las prácticas ilegales que ahora
horrorizana los patrocinadores referidos. ¿Cuál de ellos puede tirar la primera piedra? De entrada, no la Federación Mexicana de Futbol.
De tiempo atrás, El Pelusa denunció el estercolero que es la FIFA, y ahora que cuando menos se ha dado un pasito para denunciar esa suciedad, el astro argentino celebra: “estoy disfrutando de algo que dije hace mucho tiempo. Me han tratado de loco. Hoy la FBI dijo la verdad. La FIFA tiene reservas de un billón y medio de dólares (un millón de millones de dólares) y hay jugadores en Uruguay, Costa Rica y donde me digas, que no ganan más de 150 dólares. A los mentirosos les cayeron de sorpresa. Hoy no hay futbol. No hay transparencia. Basta de mentir a la gente y de hacer una cena show para relegir a Blatter. La plata que gastan en eso deberían utilizarla para hacer una cancha a los chicos en África”.
Los patrocinadores de FIFA se dicen
horrorizados. ¿Será? Por ejemplo, un par de ellos, las trasnacionales Nike y Adidas, han sido acusadas de explotación de mano de obra infantil, de fabricar su línea de zapatería deportiva en países donde pagan salarios miserables, en condiciones laborales infrahumanas y en donde las leyes no existen, cuando menos para ese tipo de consorcios. Y en línea aparecen las engordadoras Coca-Cola y McDonald’s, que venden agua ennegrecida a precio exorbitante y no poca carne contaminada por todo el planeta.
Entonces, ¿están
seriamente preocupadospor la corrupción en la FIFA (denunciada de tiempo atrás y nadie movió un dedo), o en realidad porque tarde que temprano las investigaciones judiciales llegarán a tirar la puerta de los patrocinadores? Y con la cara más dura que el concreto, el presidente del organismo, Joseph Blatter, dice:
de aquí nadie me mueve; me quedo. Total, sólo lleva 17 años en el puesto, heredado por João Havelange, otra joya de la corrupción internacional.
Las rebanadas del pastel
De la sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana: “el derrame de contaminantes más grande de la historia mexicana (40 mil metros cúbicos de aguas toxicas) empezó el 6 de agosto de 2014 en Cananea y aún sigue en un derrame lento, menor, pero seguro que avanza a cada momento. Lo que inició en un solo lugar, desde hace nueve meses se desparrama en 270 kilómetros: inunda cuencas de los ríos Bacanuchi y Sonora, afecta a la población, colma la presa el Molinito y con derrames continuos llega hasta Hermosillo. Son cinco las zonas más afectadas, y a futuro la amenaza es peor, porque a fondo nada se remedia, sólo superficialmente. La presa de jales –basureros tóxicos– de la mina Buenavista del Cobre, de Cananea, todos los días se derrama en ríos, suelo y subsuelo, y contamina el aire. Ocurre desde antes del 6 de agosto, y hoy sigue. La empresa de Germán Larrea es el contaminante más grande de Sonora y opera sin control. El derrame de 40 mil metros cúbicos en las aguas de los ríos Bacanuchi y Sonora daña las riberas, cuencas y a 25 mil habitantes; a menos de la mitad de ellos les pagaron daños. Pero los ríos siguen contaminados con metales pesados. ¿De qué sirve el pago, si el líquido vital sigue intoxicando a las personas? Los otros dos lugares afectados por la irresponsabilidad patronal son la presa el Molinito, cerrada desde agosto por los tóxicos, pero sin limpiar, todos los días derrama alta cantidad de agua contaminada que va a parar al consumo de un millón de personas de Hermosillo. Si alguien lo duda, pregunte a los ejidatarios, ganaderos y habitantes del Molinito. La presa de jales de la mina contaminó los ríos con metales pesados y a personas desde agosto; luego, en septiembre, a cientos de personas más del Molinito las intoxicaron. Al mismo tiempo que afectaron también las siembras y ganado de la región. Antes de agosto esa presa tenía agua limpia, ahora está contaminada y prohíben el paso a la gente y a la prensa. Ocultan los daños, pero antes la presa era un lugar de recreo, como los ríos. A los habitantes de siete municipios de los ríos les consta que todos los días corre el agua contaminada por el cauce del Sonora hasta llegar a la presa Abelardo Rodríguez y a la capital del estado. Los daños devastan la economía. Pero de eso no quieren dar información los gobiernos federal, estatal y municipales. Menos Larrea y su empresa”.
Twitter: @cafevega
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