¿Finanzas despetrolizadas?
La dependencia las hunde
El otro crimen organizado
Carlos Fernández-Vega
S
egún la versión oficial, desde cuando menos cinco lustros atrás las finanzas públicas fueron
despetrolizadas(Salinas dixit) como resultado de la
modernizacióneconómica del país. El erario, pues, ya no dependería del ingreso proveniente del oro negro. En los hechos, como siempre, lo anterior no trascendió el discurso.
En realidad, la dependencia gubernamental de los ingresos petroleros ha ido de más a muchísimo más desde que, por decreto, al citado personaje se le ocurrió
despetrolizarlas finanzas públicas. Muestra de ello es que el desplome del precio del barril de exportación, aunado a la menor producción y exportación de crudo, ha puesto a parir a esas mismas finanzas y, en consecuencia, a todo lo demás.
El Banco de México recién recortó –una vez más– su pronóstico sobre el crecimiento económico del país este 2015, y el principal elemento que consideró para tal decisión fue, precisamente,
la reducción en los precios internacionales del petróleo, aunada a la tendencia a la baja en la producción petrolera en México, ha restado grados de libertad en el ámbito fiscal; la plataforma de producción petrolera ha continuado disminuyendo y hay gran incertidumbre sobre su evolución futura.
Justo un año atrás, el precio del petróleo mexicano de exportación se vendía a 99.02 dólares; ayer el barril a duras penas llegó a 56.09 (un desplome de 43.35 por ciento entre una fecha y otra), aunque ha sido peor, porque en este 2015 el precio más bajo se registró el 13 de enero, cuando el barril de oro negro mexicano se vendió a 37.36 dólares. El promedio para el primer trimestre del presente año fue de 44.84 dólares por barril, 51.5 por ciento menor al registrado en igual periodo de 2014.
Sin embargo, el problema no queda allí: de acuerdo con el más reciente reporte de resultados de Petróleos Mexicanos, que incluye información al cierre del primer trimestre de 2015, la producción de crudo nacional cayó 7.7 por ciento si se compara ese periodo con igual lapso de 2014. Lo anterior se traduce en que Pemex dejó de producir, en promedio, 192 mil barriles por día. Y si el periodo de comparación se amplía, entonces la ex paraestatal ha dejado de producir, también en promedio, 244 mil barriles diarios del primer trimestre de 2013 a igual lapso de 2015.
Paralelamente, la explotación total de hidrocarburos se redujo 6.2 por ciento entre marzo de 2014 e igual mes de 2015, y en lo que se refiere a la transformación industrial todo se redujo: gas seco de plantas (2 por ciento), líquidos del gas natural (5.2), petrolíferos (8.2) y petroquímicos (11.9). El número de plataformas de perforación prácticamente no se movió, pues en un año apenas pasó de 172 a 175, y las de exploración de producción de 25 a 27. Por su parte, el número de pozos terminados cayó 39.1 por ciento, mientras los que están en operación declinaron 2.2 por ciento (especialmente los de crudo). También se redujo (20 por ciento) el número de equipos de perforación en activo.
Lo mismo sucedió con la producción total de petrolíferos: gasolinas automotrices (-9.8 por ciento), combustóleo (-14.9 por ciento), gas licuado de petróleo (-8.8), turbosina (-12.2) y otros (-9). El diésel apenas la libró, con un
aumentode 1.6 por ciento. Igual sucedió en el proceso y producción de gas natural (cayó 2 por ciento) y petroquímicos (baja de 12 por ciento y las exportaciones 54 por ciento).
Lo anterior se tradujo en un severo golpe a las finanzas de Pemex, pues en el primer trimestre de 2015, en comparación con igual lapso de 2014, sus ventas totales se desplomaron 31.3 por ciento, o lo que es lo mismo, dejó de captar más de 127 mil millones de pesos, los cuales, obviamente, dejaron de ingresar a las
despetrolizadasfinanzas públicas.
Aunque parezca increíble, la creciente dependencia de las finanzas públicas del ingreso petrolero comenzó no con la
administración de la abundanciaen tiempos de José López Portillo, sino con el cambio de modelo económico, con la llegada de Miguel de la Madrid y la tecnocracia, es decir, cuando el gobierno
liberóa la gran empresa privada de pagar impuestos (por medio de la evasión legal, las exenciones, la cancelación de créditos fiscales y conexos), en medio del estancamiento económico y la crisis recurrente.
La Auditoría Superior de la Federación detalla:
de 1938 (año de la expropiación cardenista) a 1984, el importe total anual de los impuestos, derechos y aprovechamientos pagados al gobierno federal por Pemex y sus organismos subsidiarios no tuvo representatividad en relación con el producto interno bruto. A partir de 1985, con Miguel de la Madrid Hurtado, comenzó a incrementarse la carga tributaria (a la paraestatal) al igual que la proporción respecto del PIB, al pasar de 0.1 por ciento ese último año a 7.6 por ciento en 2012, con Felipe Calderón, de tal suerte que Pemex fue utilizado como caja grande para tapar los agujeros fiscales dejados por el gran capital, gracias a la generosidad gubernamental.
De acuerdo con la información gubernamental, mientras los ingresos no petroleros se redujeron en casi medio punto porcentual del PIB entre 1994 y 2013, los impuestos, derechos y aprovechamientos pagados por Pemex se incrementaron 404 por ciento sólo entre 2002 y 2012, al pasar de 179 mil a 903 mil millones de pesos entre un año y otro, es decir, cuando las finanzas públicas ya estaban plenamente
despetrolizadas. Sólo en los gobiernos de Fox y Calderón, la otrora paraestatal obligadamente aportó 7 billones 134 mil millones de pesos, pero ahora que anda en temporada de vacas flacas en lugar de fortalecer las finanzas y la capacidad de inversión productiva de la ahora empresa productiva del Estado, llega Hacienda y le recorta el presupuesto.
Esto último se ha traducido en menor producción y, por lo mismo, en menor ingreso para las finanzas públicas, pero van por más porque para 2016 de nueva cuenta aplicarán la fórmula mágica del tijeretazo presupuestal para que Pemex, y a su lado las finanzas públicas, se
fortalezca, en medio del desplome del precio de exportación. Nada raro, pues, que el Banco de México mantenga en línea descendente su estimación sobre el crecimiento económico.
Las rebanadas del pastel
Las denominadas campañas electorales –verdaderos chiqueros– se han convertido en un grueso expediente policiaco, porque unos candidatos denuncian a sus pares de otros partidos y éstos a aquellos, y resulta que de una suerte u otra prácticamente todos ellos aparecen relacionados con el (otro) crimen organizado.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
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