miércoles, 12 de julio de 2017

México SA

Cae producción petrolera
¿Finanzas despetrolizadas?
Año electoral=más recortes
Carlos Fernández-Vega
A
lgo falló en la novela rosa del México en movimiento, porque, contrario a lo ofrecido por la reforma energética (con ella el país recuperará su lugar en la producción de petróleo a nivel mundial, según dijo el inquilino de Los Pinos) ahora el mensaje gubernamental es exactamente en sentido contrario.
Resulta que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, ha tenido a bien informar que la plataforma de extracción petrolera descenderá a finales de este año por debajo de los 2 millones de barriles diarios, comportamiento que no ocurría desde 1980, y detalló que cada 100 mil barriles diarios menos implica una caída de tres décimas de punto porcentual de crecimiento, como proporción del producto interno bruto (La Jornada, Israel Rodríguez y Gabriela Romero).
Aun así, de acuerdo con la bola de cristal del funcionario, la caída en el volumen de producción de crudo tocaría fondo en 2018 y para 2019 comenzaría a repuntar. Por ello, dijo Meade, para compensar la caída de los ingresos provenientes del crudo se va a tener que realizar un ajuste en el gasto de unos dos puntos porcentuales del PIB(alrededor de 360 mil millones de pesos).
Dado lo anterior, el sexenio peñanietista cerrará su ciclo con más recortes presupuestales y, al mismo tiempo, con creciente presión financiera por el pago de la voluminosa deuda pública contratada en dicha administración, es decir, habrá menos recursos para todos… salvo para cubrir los cada día más abultados intereses del débito.
A estas alturas el anuncio de Meade ya no sorprende a nadie, porque desde 2015 los recortes presupuestales han estado en el orden del día, al tiempo que a lo largo del gobierno de Peña Nieto la producción petrolera ha registrado una caída de 26 por ciento, de 31 por ciento la exportación de crudo y de 60 por ciento el precio del barril que se comercializa allende nuestras fronteras. Y de cereza, la captación de divisas del principal cliente del crudo mexicano –Estados Unidos, que adquiría 80 por ciento del oro negro nacional– registra un desplome de 72 por ciento entre diciembre de 2012 y mayo de 2017.
Lo mejor del caso es que en el circuito oficial se aferran a la idílica versión de que las finanzas públicas ya se despetrolizaron y, por ende, no dependen del ingreso por la comercialización foránea del oro negro. Sin embargo, la realidad es otra y el cráter que ha dejado la caída del precio y el volumen de exportación es, como dice la canción, cada día más profundo.
En su primer año de estadía en Los Pinos, el gobierno peñanietista captó cerca de 43 mil millones de dólares por exportación de crudo, con un precio promedio de venta de 98.44 dólares por barril (3.5 por ciento menos que en 2012). En el arranque sexenal Pemex producía 2 millones 548 mil barriles por día y exportaba prácticamente la mitad (un millón 255 mil).
Cuatro años y medio después (al cierre de mayo de 2017) a duras penas Pemex produjo 2 millones 20 mil barriles por día, con precio promedio de exportación de 43.88 dólares en los primeros cinco meses del año y un volumen de exportación de 958 mil barriles por día.
En su primer mes de estadía en Los Pinos (diciembre de 2012) el gobierno peñanietista captó 3 mil 904 millones de dólares por exportación de crudo, de los cuales 3 mil 100 millones provinieron de las ventas a Estados Unidos. Para mayo de 2017 la situación fue más que dramática, pues dicha captación sólo sumó mil 398 millones de dólares y la exportación destinada al vecino del norte apenas generó un ingreso de 874 millones de billetes verdes.
Con esa información en la mano (todas las cifras son de Pemex) se puede confirmar que el hallazgo del secretario de Hacienda no tiene nada de novedoso, pues la caída en la producción, la exportación y el precio del oro negro mexicano acumula ya cuatro años y pico, ha generado crisis en las finanzas públicas y nadie en el gobierno se dio a la tarea de diversificar las fuentes de ingreso, es decir, lo mismo que sucede desde el boom petrolero de los años 70 y la administración de la abundanciade los 80, de tal suerte que aquello de que las finanzas públicas ya se despetrolizaronno es más que una tomadura de pelo, por decirlo suave.
Actualmente el volumen de producción y exportación de oro negro mexicano se encuentran en niveles similares a los registrados en 1980, con el agravante de que por primera vez desde 1974 México importa crudo (de Estados Unidos). Como dato para la memoria, en el primer año de la expropiación cardenista de 1938 nuestro país produjo 39 mil barriles de crudo por día, y décadas después alcanzó una cota máxima de 3 millones y medio cada 24 horas. Ahora vamos para atrás, y a paso veloz.
Cuando sucedió la crisis de 1981, por la caída abrupta de los precios petroleros de exportación, el precio por barril era de 32 dólares. En aquel entonces Jorge Díaz Serrano, a la sazón director de Pemex, decidió unilateralmente reducir tal precio en cuatro dólares (de 35 a 32, en números cerrados) y se armó la trifulca en el gabinete lopezportillista, con el secretario de Patrimonio y Fomento Industrial (hoy Secretaría de Energía), el churumbel José Andrés de Oteyza, a la cabeza (este personaje terminó al servicio de una trasnacional española altamente corrupta). El sonorense fue cesado (posteriormente encarcelado), las finanzas públicas entraron en shock y de allí para el real. Y en aquel entonces las exportaciones representaron ingresos históricos por alrededor de 13 mil millones de dólares, con un país altamente endeudado.
Pero la que vive el país no ha sido la única crisis por el desplome de los petroprecios. El 10 de diciembre de 1998, con Ernesto Zedillo en Los Pinos, el barril mexicano se vendió a 7.01 dólares. En sentido contrario, el precio récord se reportó el 14 de julio de 2008, con Felipe Calderón en la residencia oficial, cuando alcanzó 132.71 dólares. Enrique Peña Nieto arrancó sexenio con un barril a 101.96 dólares, y a estas alturas a duras penas llega a 41.94 dólares. Pero eso sí: todos los gobiernos saquearon a Pemex, dilapidaron el ingreso proveniente del oro negro y se negaron a diversificar la fuente de ingresos para el erario. Y allí están los resultados.
Las rebanadas del pastel
Para nadie es un secreto que 2018 no será un año fácil –de hecho, el más complicado del sexenio–, pero Petróleos Mexicanos es una empresa tan noble que ha aguantado a todo tipo de bucaneros y no deja de generar riqueza para el país, aunque ahora lacomparta. Se dobla, pero no se quiebra.
Twitter: @cafevega

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