TLCAN: huele a cadáver
Trump, estira; EPN, afloja
Dólar a 19.44 micropesos
Carlos Fernández-Vega
C
oncluyó la cuarta ronda de
negociacionesy el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ya huele a cadáver, aunque el discurso de la
representaciónmexicana –que no convence a nadie– asegura que todavía se le mueve la patita y quien no quiere ver tal meneo es que de plano carece de
objetividad.
Aun así el ánimo del gobierno peñanietista se ha ido desinflando: al finalizar la primera ronda sus representantes en la mesa del TLCAN calificaron sus resultados de
muy positivos; al concluir la segunda aseguraron que fue
exitosa; ya para la tercera el comentario no pasó de
estamos trabajando duro, y para la cuarta de plano dijo que
debemos entender que todos tenemos límites.
Y sí, en toda negociación las partes involucradas estiran y aflojan, pero en el caso del TLCAN el encargado de estirar es el gobierno de Trump y al de Peña Nieto le toca aflojar, mientras el de Trudeau se deja querer y simplemente se acomoda como sople el viento, y éste no es favorable a México.
Por lo pronto, el gobierno peñanietista ya perdió una de sus apuestas: la de concluir las
negociacionesdel TLCAN antes de finalizar el año actual, con la finalidad de
no mezclarlascon las campañas electorales, las cuales, dicho sea de paso, pintan para ser las más sucias entre las sucias de la
democraciaa la mexicana.
La quinta ronda de
negociacionesse llevaría a cabo en México, pero las representaciones de los tres países involucrados aceptaron –contra lo esperado por Peña Nieto y sus muchachos– agendar otras a realizarse en el primer trimestre de 2018; es decir, cuando aquí el ambiente electoral esté más que encendido.
A pesar del fétido olor que despide el TLCAN, en el primer círculo peñanietista se aferran a la versión de que si bien no ha sido fácil negociar el acuerdo comercial, tarde que temprano se resolverán las
diferenciasy México seguirá siendo feliz con su
amigoy
sociodel norte. Sin embargo, el salvaje de la Casa Blanca difícilmente coincidirá con este capítulo de la novela rosa que desde Los Pinos intentan vender a los mexicanos.
De hecho, el representante comercial estadunidense, Robert Lighthizer, sacó el machete y dijo estar
francamente sorprendido y decepcionado por la resistencia al cambio de nuestros socios negociadores(Canadá y México) y advirtió no registrar
indicios de que ellos estén dispuestos a realizar cambios; no es razonable esperar. Trump debe estar muerto de la risa y EPN, de miedo.
En fin, cuatro rondas negociadoras en apenas dos meses y por ninguna parte se ven resultados positivos, al menos, no para México. Y tan no se ven, que hasta los
aliados naturalesdel gobierno –las cúpulas privadas– presionan para que el gobierno de Enrique Peña Nieto detalle en qué consiste lo que ha dado en llamar
plan B, que pondría en acción (según Ildefonso Guajardo) si reviente el TLCAN.
¿Cuál podría ser ese mítico
plan B? Tal vez la existencia –como lo presume la Secretaría de Economía– de 11 tratados de libre comercio (adicionales al de América del Norte) con 46 países; 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 33 países, y nueve acuerdos en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (el TPP nunca vio la luz), amén de la
participación activa en foros multilaterales y regionales para impulsar un sistema multilateral de comercio sólido que dé mayor certeza al intercambio comercial y a los flujos de inversión extranjera directa.
Sin duda el inventario anterior apantalla, salvo que en materia de comercio exterior mexicano todos esos tratados y acuerdos a duras penas representan, en conjunto, alrededor de 15 centavos de cada dólar exportado, porque los 85 restantes corresponden al mercado estadunidense, sin olvidar que para exportar se debe importar buena parte de las piezas para poder terminar el producto que se enviará. Entonces, todo indica que de nada servirá el citado inventario si el gobierno de EPN lo considera su
plan B.
Ante la eventualidad de que echen a México del tratado se han escuchado voces igual de alegres que de oficiales respecto de que para estimular y defender las puertas abiertas, nuestro país
actuaría en el seno de la Organización Mundial de Comercio. Sin embargo, según los que de esto sí saben, la cosa no es tan sencilla.
La Jornada publicó una información que no hay que perder de vista. Dice así: “las reglas de la Organización Mundial de Comercio, a las que deberán volver México y Estados Unidos para regular su comercio bilateral en caso de que no haya Tratado de Libre Comercio de América del Norte, no son tan completas y contienen aranceles escandalosamente altos, advirtió Ricardo Ramírez Hernández, juez del organismo multilateral. Sin el tratado existe el riesgo de que pueden tornarse
clientelareslas decisiones que el gobierno federal tendrá que tomar para determinar qué aranceles mantener y cuáles bajar o quitar, de acuerdo con los diferentes sectores productivos que demanden una u otra cosa.
“Va a haber una larga fila de productores en la Secretaría de Economía pidiendo excluir o liberar ciertos productos y ¿a quién le va a hacer caso el gobierno? No va a ser parejo. No nos quedamos sin reglas porque entrarán las de la OMC, pero es un colchón, un salvavidas que no es óptimo y reabre una serie de debates que México dejó pendientes, especialmente con Estados Unidos.
Con un acuerdo al que no se le ha cambiado ni una coma en 23 años y ante las propuestas que ha planteado Estados Unidos, como introducir una cláusula para revisarlo cada cinco años, el gobierno mexicano se encuentra en una disyuntiva histórica muy difícil, de aceptar un mal acuerdo a no tener acuerdo. Debe elegir si espera que pase la tormenta en 5 años con otro gobierno o empieza de cero, lo cual es más complicado.
Dado lo anterior, si la OMC ha sido considerada por EPN y sus muchachos como
tabla de salvacióno cuando menos parte del
plan B, pues tampoco pinta muy bien que se diga. Pero ya viene la quinta ronda y todos sonrientes, aunque el TLCAN apeste a cadáver. Hagan sus apuestas.
Las rebanadas del pastel
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Twitter: @cafevega
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