viernes, 23 de febrero de 2018

México SA

IED: sigue la novela rosa
Dólares de 38 centavitos
Inflación: que siempre no
Carlos Fernández-Vega
L
a buena nueva es que en 2017 México captó inversión extranjera directa (IED) por un monto cercano a 30 mil millones de dólares, para un acumulado superior a 171 mil millones de billetes verdes en el primer quinquenio del gobierno peñanietista. La mala, que ambas cantidades no reflejan la cifra real de capital fresco que se ha inyectado a la economía mexicana, porque en la Secretaría de Economía suman peras con tornillos para presumir que, 11 meses antes del cierre de la administración se ha superado 8.8 por ciento la meta planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
La supuesta catarata de recursos provenientes del extranjero –de Estados Unidos mayoritariamente– forma parte de la novela rosa que el gobierno mexicano, con sus diferentes caretas, comenzó a escribir desde años atrás para presumir el exitoso modelo económico, y cuyo mensaje es qué bien hacemos las cosas.
El problema comienza cuando las cifras oficiales revelan que, en los hechos, la inversión extranjera directa (la real, contante y sonante) ampara dólares de 38 centavos, mientras el monto restante es un mero truco contable que considera reinversión de utilidades (dineros captados en la economía mexicana) y préstamos entre las matrices y sus compañías subsidiarias en nuestro país.
La información de la Secretaría de Economía dice así: por tipo de inversión (origen del financiamiento) 38.5 por ciento corresponde a nuevas inversiones; 32.5 a reinversión de utilidades y 29 a cuentas entre compañías, márgenes que se han mantenido a lo largo de la presente administración y de prácticamente las cuatro precedentes.
Con base en lo anterior, en el primer quinquenio del gobierno peñanietista (a lo largo del cual sus voceros presumen una captación de 171 mil 471.4 millones de dólares) la inversión extranjera directa real que llegó al país (es decir, el monto contante y sonante) fue del orden de 66 mil millones de billetes verdes.
De igual forma, en el periodo de referencia las utilidades netas de los inversionistas que (versión oficial) arriesgan por México, confían en sus instituciones y respaldan al señor Presidente de la República fueron voluminosas, al grado de reinvertir sólo una parte de las ganancias por ellos obtenidas en México. En este sentido, el acumulado se aproxima a 56 mil millones de dólares.
Por el lado de los préstamos entre compañías, el monto en el periodo que se cita ascendió a casi 50 mil millones de billetes verdes, de tal suerte que tras el desglose queda claro por qué en la Secretaría de Economía suman peras y tornillos, con tal de abultar la suma de IED, cuando en los hechos se trata de dólares de 38 centavos.
Por cierto, tampoco se ha logrado una sana diversificación de la inversión extranjera directa, pues el grueso proviene de Estados Unidos (casi 50 por ciento del total) y el resto se reparte entre capitales españoles, canadienses (fundamentalmente para la extracción de oro), alemanes y japoneses. Y por sectores, los dineros se canalizan a la industria manufacturera (45.3 por ciento), transportes, correos y almacenamiento (10.8), construcción (10.3), comercio (9.2) y servicios financieros (9). El resto se destinó a otros rubros.
No podría quedar atrás el comparativo con gobiernos anteriores, y la Secretaría de Economía presume que “durante la presente administración, la IED acumulada es de 171 mil 471.4 millones de dólares, un monto 50.7 por ciento mayor al originalmente reportado en el mismo periodo del sexenio anterior (cinco años del calderonista, con 113 mil 808.3 millones) y 82.8 por ciento por encima de la cifra correspondiente al periodo 2001-2005 (con el ranchero mariguanero en Los Pinos, 93 mil 779.8 millones).
Sin embargo, en cada uno de los gobiernos citados la ecuación es similar, es decir, la inversión extranjera directa registrada como se conformó mayoritariamente por reinversión de utilidades y préstamos entre las matrices y sus compañías subsidiarias instaladas en México.
Desde meses atrás, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, presume que hemos roto el récord de inversión extranjera directa y vamos a lograr la atracción de 180 mil millones de dólares en el sexenio, cantidad que superará la meta para la administración de 154 mil millones de dólares (la comprometida en el Plan Nacional de Desarrollo).
De hecho, al cierre del primer semestre del año pasado, el registro oficial reconocía una IED acumulada de 156 mil millones de dólares (diciembre de 2012-junio de 2017), pero a la hora de desmenuzar esa cantidad el resultado fue prácticamente el mismo: el dinero nuevo, fresco, contante y sonante que ingresó al país a duras penas representó 36.5 por ciento del total, o lo que es lo mismo, casi 37 centavos de cada dólar cacareado; los 63 centavos restantes, por reinversión de utilidades y préstamos entre compañías.
Entonces, como en este espacio se ha comentado, no es lo mismo que lo mesmo, y una cosa es la gimnasia y otra muy diferente la magnesia.
Las rebanadas del pastel
Que la inflación siempre no bajará a la velocidad de la luz (Agustín Carstens dixit) ni se cumplirá la meta fijada por el Banco de México (3 por ciento, con un margen de más-menos un punto porcentual), pues –según esa misma institución– llevará más tiempo del esperado, y entre los factores que, a su juicio, complicarían el panorama inflacionario destacan el proceso electoral y el resultado de las negociación del TLCAN… Por cierto, en la Secretaría de Hacienda niegan rotundamente que los precios de las gasolinas escalen a 20 pesos por litro. Están bastante lejos de eso, dicen en el Olimpo tecnocrático, por lo que es de suponer que los genios hacendarios hacen circo, maroma y teatro para evitar tal escenario. Sin embargo, bien valdría la pena que se dieran una vuelta por las estaciones de servicio (es decir, que bajen al mundo de los mortales) para constatar cómo han aumentado desde que el pasado 30 de noviembre liberalizaron esos mismos precios. De entonces a la fecha, en el caso de la Premium en zonas del sur de la Ciudad de México, el incremento –hasta ahora– ha sido de 1.45 pesos (alrededor de 8 por ciento) por litro, lo que ni lejanamente confirma aquello de que está bastante lejos de los 20 pesos… Y el tipo de cambio retoma el ambiente: ayer el dólar se vendió a 19.25 en ventanillas bancarias (Bancomer).
Twitter: @cafevega

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