martes, 26 de febrero de 2019

El palacete de Huixquilucan está en litigio, confirma legislador federal


Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura en San Lázaro, explica a La Jornada que ‘‘otras administraciones hicieron ahí fiestas y desmanes’’
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▲ Panorámica de la Residencia Soledad Orozco, ubicada en La Herradura, Huixquilucan, estado de México, donde se resguardan obras de arte y objetos suntuosos.Foto Pablo Ramos
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de febrero de 2019, p. 7
La lujosa Residencia Soledad Orozco, que mantiene la Presidencia de la República, se encuentra en un litigio promovido por los herederos de Manuel Avila Camacho y su esposa, quienes pretenden recuperar la propiedad debido a que anteriores gobiernos de México incumplieron el acuerdo de donación, el cual dispone que la mansión debe servir, exclusivamente, para hospedar ‘‘a mandatarios extranjeros en visita oficial a nuestro país; así como para funciones propias de la Presidencia de la República”.
Así lo confirmó a La Jornada el legislador Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura en la Cámara de Diputados, quien añadió que ese palacete ubicado en el fraccionamiento La Herradura, en Huixquilucan, estado de México, debió utilizarse para asuntos protocolarios desde que el gobierno federal la recibió de manera oficial en 1997, ‘‘pero resulta que fue mal utilizada, otras administraciones hicieron ahí fiestas y desmanes”.
Se trata de una casa que, por su valor histórico y cultural, explicó el diputado, ‘‘se debería recuperar, pero no es como Los Pinos, que pertenece, sin problemas legales, a la Presidencia de la República. Ahora habría que pagar una cantidad para tenerla, pues los herederos de Ávila Camacho y Soledad Orozco la quieren vender, si bien se trata de un precio accesible, no hay presupuesto para adquirirla”.
Mayer reiteró que vale la pena revisar el tema de la Residencia Soledad Orozco, cuyos detalles informó ayer este diario, ‘‘pues la casa es parte del patrimonio cultural e histórico del país, además de las obras de arte que hay en su interior”. El legislador dijo que tomará cartas en el asunto y en breve dará más información al respecto.
El ex presidente Manuel Ávila Camacho (1897-1955) tuvo la intención de legar al pueblo de México su residencia de La Herradura, con la idea de que ahí se instalara una escuela o una biblioteca pública.
Pero después de que murió el ex mandatario, su viuda, Soledad Orozco (la misma que en 1942 encabezó a la Liga de la Decencia para exigir que se colocara un taparrabos a la escultura de la Diana Cazadora), decidió donar la propiedad al gobierno federal con la condición de que se usara para alojar a visitantes distinguidos, principalmente a mandatarios extranjeros en visita oficial.
‘‘No existe evidencia documental” de que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto eso haya ocurrido, ni siquiera hay registro de otras actividades administrativas, reuniones de gabinete o galas diplomáticas, de acuerdo con datos de la Oficina de la Presidencia obtenidos por La Jornada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia.
Sin embargo, se tiene el dato de que existe una partida presupuestaria (la número 35101) para el mantenimiento de la lujosa casona, que erogó 26 millones 12 mil 598.40 pesos en 2012, 28 millones 609mil 100.35 en 2013, 5 millones269 mil 235.67 en 2014, 8 millo-nes 978 mil 762.01 en 2015, 10 millones 917 mil en 2016, 9 millones 175 mil 522.39 en 2017 y 5 millo-nes 599 mil 771.28 entre enero y el 14 de diciembre de 2018 (fecha en que se recibió la solicitud de información de este diario).
Los gastos en servicios de luz son otra constancia de que no se trata de una mansión abandonada: el gobierno federal, a través de su partida presupuestaria 31101, pagó el sexenio pasado por energía eléctrica 20 millones 753 mil 425.72 de pesos en 2012, 17 millones 114 mil 44.85 en 2013, 20 millones697 mil 359 en 2014, 15 millo-nes 504 mil 561 en 2015, 18 millones 903 mil 549 en 2016, 20 millones 858 mil 206 en 2017, y23 millones 228 mil 839 en 2018 (de enero al 14 de diciembre).
Al palacete de La Herradura se le conoce también entre la clase política como Los Pinitos o Los Pinos de Huixquilucan.
De acuerdo con testimonios de ex colaboradores de Felipe Calderón, ahí se llevaron a cabo las encerronas para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.
En aquella época la propiedad, siempre conservada de manera impecable, estaba resguardada por el Estado Mayor Presidencial, instancia a la que en la actualidad no se puede pedir información oficial a través de los mecanismos de transparencia porque desde el pasado primero de diciembre ‘‘se encuentra en receso”.
En redes sociales, la noticia difundida ayer en estas páginas acerca de la ostentosa Residencia Soledad Orozco provocó comentarios como el de Manuel Moncada, quien dijo: ‘‘El gobierno austero debe tomar cartas en el asunto y si fue una donación condicionada, que se revise para ver en la medida de lo posible que se subaste. Es un monumento a la corrupción priísta”.
El vocero del presidente Andrés Manuel López Obrador respondió este lunes a La Jornada, a una nueva solicitud para recorrer el lugar y tener información, que: ‘‘preguntaría”, sin más.

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