Coyoacán: rectificación ejemplar
E
l reciente proceso electoral por la alcaldía de Coyoacán se convirtió en un catálogo de malas prácticas del partido que retiene el control de esa demarcación desde hace dos décadas. En este sentido se pronunció la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al anular el triunfo de Manuel Negrete, candidato de la coalición formada por los partidos de la Revolución Democrática, Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, con base en el uso irregular de programas sociales durante la campaña, así como por la violencia política de género ejercida contra la candidata opositora, María Rojo, de la coalición encabezada por Morena.
Esta resolución supone un fuerte revés para el grupo dirigido por el ex delegado y actual diputado federal Mauricio Toledo, quien en 2015 impuso a Valentín Maldonado como sucesor, para manejar la delegación como feudo personal, y en esta ocasión pretendió perpetuar su control por conducto de Negrete, ex futbolista sin experiencia política.
Además de las distorsiones al desarrollo normal y deseable de la campaña mediante recursos públicos, el proceso se caracterizó por la violencia como estrategia electoral. Debe recordarse que, antes de iniciar la contienda por la alcaldía, individuos identificados como funcionarios de la delegación realizaron –con horas de diferencia– dos violentos asaltos contra sendos mítines de la entonces precandidata al gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Durante una de estas agresiones, efectuada ante la total pasividad de las corporaciones policíacas, fue brutalmente golpeado Ángel Bolaños, reportero de esta casa editorial, quien de manera valiente registró los hechos.
A estos actos violentos se sumó el execrable uso de la imagen de la candidata Rojo Incháustegui mediante la difusión de pancartas y volantes en los cuales se presentaban, fuera de contexto y editadas para causar escándalo, escenas eróticas de películas en las que participó durante su carrera como actriz, una táctica de guerra sucia que buscó remplazar el debate de propuestas y proyectos con planteamientos misóginos en torno a la moral sexual de la aspirante a gobernar Coyoacán.
En este sentido, debe aplaudirse la resolución de la sala regional del TEPJF, pues al condenar esta forma de agresión sexista sienta un importante precedente para abatir una lacra social que en lo general menoscaba la dignidad y las libertades de las mujeres, mientras que en el caso particular de quienes participan de manera activa en la vida política obstaculiza su acceso a cargos de gobierno o representación en igualdad de condiciones. En contraparte, resulta lamentable que algunos funcionarios se resistan a reconocer que los yerros propios en el ejercicio gubernamental son los responsables de enajenarles el apoyo popular y que ante esta realidad recurran a prácticas inaceptables para retener poderes.
En suma, cabe esperar que la sentencia emitida ayer prospere y constituya una sanción ejemplar que disuada a quienes en el futuro tuvieran la tentación de adulterar la voluntad ciudadana.
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