viernes, 22 de febrero de 2013

México SA


Entusiasmo vs. realidad
Se desinfla la economía
La lu$ de Calderón
Carlos Fernández-Vega
C
on más entusiasmo que hechos concretos, el micrófono oficial difunde la tesis de que las noticias económicas para México siguen siendo buenas, y estima un crecimiento base cercano a 4 por ciento a lo largo del presente año, con la posibilidad –también como parte de ese mismo entusiasmo– de que se sumen dos puntos porcentuales como resultado, según divulga, de la llamadareforma energética, que eventualmente se concretaría hacia finales de 2013.
Qué más quisieran los habitantes de este país, pues crecimiento es lo que hace falta para salir del prolongadísimo letargo económico (tres décadas, y contando) que lo único que ha generado es la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas, que en ambos casos han sido por demás abundantes. El problema, como siempre, es que el micrófono oficial y la realidad no van de la mano, y entre lo más reciente esta última advierte que el reporte del indicador global de la actividad económica (IGAE) ha confirmado que la actividad productiva de México se encuentra en una desaceleración que poco a poco se va extendiendo a la mayoría de los sectores económicos.
En diciembre pasado la economía mexicana creció 1.4 por ciento, y por segunda vez en cuatro meses el citado indicador mostró signos de debilidad, de tal suerte que a la contracción de 1.1 por ciento registrada en la actividad industrial se debe agregar el pobre desempeño de los servicios (1.9 por ciento). Si bien el PIB de México creció 3.9 por ciento durante 2012, y 3.2 por ciento en el último trimestre de ese año, el problema es que para diciembre las cifras fueron mucho más modestas, y dejan una franca tendencia hacia la desaceleración, apunta el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.
Como resultado de lo anterior se tiene que los ciclos de la economía nacional también van a la baja, situación que comenzará a repercutir en el empleo y la inversión. El primer ejemplo lo constituyen las cifras con las que cerró 2012: una tasa de desocupación que para el cuarto trimestre fue prácticamente la misma que la de un año antes, por lo que el modesto crecimiento económico no es suficiente para abatir el avance de la desocupación. La precarización del empleo también sigue su marcha, al tiempo que no se puede revertir el incremento de la informalidad y del número de personas que tienen una ocupación pero no la prestación de seguridad social.
Lo anterior deja un preámbulo poco favorable para este 2013, amén de que la desaceleración industrial de Estados Unidos sigue su avance, independientemente del problema fiscal que no se ha resuelto. A lo anterior se suman algunos elementos del sector privado: días atrás, la Bolsa Mexicana de Valores registró un retroceso producto de una inesperada desaceleración que reportó América Móvil (uno de los pilares del índice de precios y cotizaciones), lo cual provocó que se rompiera la tendencia alcista que durante semanas manifestó el mercado bursátil mexicano.
Si bien las autoridades mantienen su prospectiva de crecimiento de 3.5 por ciento para 2013 (de hecho su compromiso es 4 por ciento), no deberían pasar por alto la posibilidad de que los factores externos sigan presionando la economía nacional, subraya el CIEN. De igual forma debe contemplarse que el mercado interno de México se encuentra afectado por una pobreza que ha motivado la implementación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, programa que podría enfrentar un reto formidable si la desaceleración se profundiza y muestra que solamente mediante la generación de empleo y mejores remuneraciones se podrá mejorar la condición de vida de los mexicanos más pobres.
El tiempo sigue avanzando, así como los hechos vinculados con la desaceleración, la ventana de oportunidad para desarrollar planes diferentes se va terminando, ha llegado el momento de diseñar y aplicar programas de desarrollo industrial y fomento a la inversión productiva por regiones y sectores, de no hacerlo podría correrse el riesgo de que el sexenio inicie con resultados económicos y sociales que no son los esperados ni deseados por la nueva administración y mucho menos por la ciudadanía.
Al revisar las tendencias se observa que aunque el PIB total todavía presenta un comportamiento al alza, las actividades terciarias lo han moderado, en tanto que las actividades secundarias muestran señales de estancamiento. En lo que respecta a los ciclos, se observa un escenario similar donde el ciclo del producto interno bruto total todavía se encuentra al alza, las actividades terciarias muestran un estancamiento, mientras las actividades primarias y secundarias exhiben un movimiento a la baja. Lo anterior implica que para los próximos periodos la evolución del producto podría verse afectada de manera negativa, situación que se vería reflejada en menores tasas de crecimiento.
Al analizar la tendencia de la actividad industrial de México, señala el CIEN, se observa un claro comportamiento a la baja desde el tercer trimestre de 2012, lo que evidencia el riesgo de la economía mexicana a causa del desmejoramiento exhibido por el sector industrial y el modesto desempeño estadunidense. Para el cierre del primer mes de 2013, la actividad industrial del vecino del norte presenta una tendencia alcista en maquinaria, equipo de cómputo y electrónico en contrasentido con lo observado en equipo eléctrico. En cuanto a manufacturas, el ligero comportamiento al alza exhibido a finales del año pasado se ha agotado, aspecto que se observa en enero de 2013.
Lo anterior podría tener repercusiones en el resto de la economía estadunidense y con ello presentar problemas para los primeros meses de la actividad industrial mexicana debido al fuerte vínculo que existe con el sector industrial de este socio comercial. En lo que respecta a los ciclos, la mayoría de los componentes de la actividad industrial estadunidense presentan un panorama desalentador. Maquinaria, equipo eléctrico y vehículos muestran movimientos a la baja, manufacturas se encuentra estancado, y sólo equipo de cómputo exhibe un ligero comportamiento al alza.
Las rebanadas del pastel
Cuando la declaró formalmente inaugurada, allá por enero de 2012, Felipe Calderón aseguró que la Estela de Luz simboliza la grandeza de México, y la luz, especialmente la luz, que siempre debe irradiar sobre ésta, nuestra gran nación. Ya la Auditoria Superior de la Federación documentó a qué tipo de lu$ se refería el susodicho: la de la corrupción, el uso discrecional de recursos públicos para negocios privados, la ilegalidad y la impunidad. Y aún documentado el atraco, los alumbrados se mantienen intocados.

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