Indignación mundial por la matanza en Tamaulipas
Jaime Avilés
“Que nadie se equivoque, yo nací un 29 de febrero; tengo 17 años”, precisa el escritor Eduardo Galeano al celebrar este 3 de septiembre siete décadas de vida Foto Francisco Olvera
Montevideo, Uruguay, 3 de septiembre. Hoy, hace 70 años, nació aquí Eduardo Galeano. Para festejarlo, Helena Villagra, su media naranja, su otro yo, su compañera desde los tiempos de la espléndida revista Crisis, cubre la mesa con toda clase de delicias líquidas y sólidas, dulces y saladas, marinas, terrestres, aéreas y etéreas, y las reparte con alegría entre los viajeros que hemos llegado de distintos países a acompañar al autor de Las venas abiertas de América Latina en esta fecha que, sin embargo, rechaza, estocástico, por falsa. “Que nadie se equivoque, yo nací un 29 de febrero, tengo 17 años”, precisa con glacial seriedad.
La celebración eslabona increíbles episodios gastronómicos a lo largo de la semana. El desfile de afectos incluye a Mario y Julio, sus cómplices en la aventura de Época, el diario que Eduardo dirigió en 1960, cuando tenía sólo 20 años de su antigua y ahora desmentida edad. A la primera cena acuden, además, Christophe Bauzet y el cuentacuentos colombiano Nicolás Buenaventura. Christophe, originario de Dax, sur de Francia, es director de teatro; en estos días presenta un montaje que emocionó a los Galeano hasta las lágrimas: Estigma, un monólogo autobiográfico, dicho con enorme dificultad y heroico esfuerzo por Natalia Lambach, una talentosísima actriz adolescente con síndrome de Dawn.
Dos noches más tarde, el protagonista de la cena es un reportero que investiga la transformación radical que vivirá el mundo si tienen éxito los experimentos con litio que se desarrollan actualmente en Europa para satisfacer las necesidades de las nuevas generaciones de consumidores que, ojo, ya prefieren pasar más tiempo con su iPad que paseando en automóvil.
La penúltima noche de agosto, la de la despedida, porque el primero de septiembre Helena y Eduardo se fueron a Madrid a celebrar el cumpleaños a solas, acude a la cena un economista mexicano que trabajó años en organismos internacionales con sede en Montevideo, y después de ser despedido, a mediados de los 90, volvió a México, compró un molino de nixtamal, se lo trajo para acá y, en el barrio de Punta Carretas, abrió el restaurante La Lupita, donde los tacos se forjan con legítimas tortillas.
Simpatizante de Andrés Manuel López Obrador –“es la única posibilidad de cambio por la vía pacífica”, sostiene– aquella noche don Huáscar se fue con un tambache de ejemplares recientes de La Jornada, que Eduardo y Helena, debido a su viaje, ya no podrían repartir entre las personas que, como ellos, observan atónitas, con el corazón en la boca, lo que está ocurriendo en México.
“¿Por qué los mataron? ¿Cuál fue la razón? ¿Por qué? No lo entiendo. ¿Por qué los mataron, por qué, por qué?”, preguntó Eduardo cada noche a sus invitados, obsesionado por la urgencia de saber qué provocó el exterminio de 72 migrantes latinoamericanos en un rancho de Tamaulipas.
La respuesta a su pregunta –vinculada con una noticia que sale a diario en las portadas de la prensa local– llegó a destiempo, cuando los viajeros ya se habían ido a España. En un artículo publicado en Internet, Gennaro Carotenuto, periodista italiano, puso los puntos sobre las íes. Citando a sacerdotes que trabajan sobre la ruta del Tren de la muerte, que lleva a los ilegales extranjeros de Chiapas a Texas, denunció que cada año 600 mil latinoamericanos atraviesan México rumbo a Estados Unidos, pero, según Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de Las Casas, 400 mil (dos tercios) “sufren extorsiones y robos”, uno de cada 10 es violado, la quinta parte es devuelta a su país de origen y, de acuerdo con otras fuentes, 20 mil son secuestrados y obligados a pagar rescates de entre mil y 5 mil dólares por cabeza.
Jorge Bustamante, relator de la ONU para el tema, señala que el migrante suele ser “detenido por la policía y vendido a las organizaciones criminales”, que los conducen a lugares aislados [como el rancho San Fernando de Tamaulipas, donde se produjo la matanza]. Allí “empiezan las palizas, el acoso, las violaciones y las torturas” para arrancarles nombres y teléfonos de familiares, por lo general muy pobres, a quienes tratarán de cobrarles rescates exorbitantes y, quien no pueda pagarlos, será asesinado.
Hay que repetirlo: corresponsables de esos crímenes son el Instituto Nacional de Migración, que administra la yunquista Cecilia Romero; los policías federales de Genaro García Luna y los cárteles. Ante la indignación mundial desatada por la matanza en Tamaulipas, los cancilleres de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana pidieron ayer al “gobierno” que proteja los derechos humanos de los inmigrantes a su paso por México. ¡Qué ilusos! ¿No adivinan cuál será la respuesta? Pronto, habrá una junta en Los Pinos, en la que Cecilia Romero, García Luna y Calderón posarán para la prensa poniendo cara de ataque de agruras; luego se fijarán metas a cumplir dentro de un año y cuando caiga el telón se partirán de risa, carcajeándose hasta que les duela el estómago. Hay muchísimos millones de dólares en la danza.
Fidel Castro, a prueba
El otro tema que dominó la atención de los invitados a las cenas de precumpleaños de Galeano en estos días fue la entrevista que Fidel Castro le concedió a nuestra directora general en La Habana. Durante ese duro ping-pong de preguntas y respuestas acerca, por ejemplo, de la represión contra los homosexuales, de la que el comandante se declaró culpable, Castro insistió en que el ataque de Estados Unidos e Israel contra Irán puede ser inminente. ¿Qué significa esto?
El martes próximo, el Consejo de Seguridad de la ONU comprobará lo que todos sabemos que no ha sucedido: Irán no suspendió su programa de energía nuclear con fines pacíficos, que apoyan Brasil y desde luego esta columna. Si Francia tiene plantas atómicas para llevar luz eléctrica a millones de hogares, ¿por qué Irán no puede hacerlo? El caso es que, ante tal desobediencia, la ONU ordenará que los buques mercantes iraníes sean detenidos e inspeccionados en el Golfo Pérsico, lo que, según le dijo Fidel a Carmen Lira, podría ocurrir el jueves. Pero si los iraníes repelen a tiros a los marines que pretendan abordar sus naves, Obama, siempre según el dirigente cubano, podría lanzar minibombas nucleares (en inglés las llaman “mininukes”) contra las instalaciones industriales de Teherán.
La intensa campaña de prensa que Fidel Castro emprendió con propósitos disuasorios, ¿obligará a Estados Unidos a cancelar o modificar el guión de lo que puede convertirse quizá en la peor de todas las catástrofes? La humanidad lo sabrá en pocos días. Por ahora, quienes exigieron la liberación de seis campesinas encarceladas por abortar en Guanajuato, triunfaron en toda la línea. El Congreso del estado aprobó una reforma al Código Penal, enviada por el gobernador yunquista, que les permitirá salir de prisión el martes. Pero como la lucha va a continuar hasta las últimas consecuencias, el blog creado en favor de ellas, http://presasporabortar.blogspot.com, ya tiene la denuncia de su caso en nueve lenguas: español, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, catalán, sueco y bosnio. Ojalá sea traducida a muchas más...
jamastu@gmail.com
La celebración eslabona increíbles episodios gastronómicos a lo largo de la semana. El desfile de afectos incluye a Mario y Julio, sus cómplices en la aventura de Época, el diario que Eduardo dirigió en 1960, cuando tenía sólo 20 años de su antigua y ahora desmentida edad. A la primera cena acuden, además, Christophe Bauzet y el cuentacuentos colombiano Nicolás Buenaventura. Christophe, originario de Dax, sur de Francia, es director de teatro; en estos días presenta un montaje que emocionó a los Galeano hasta las lágrimas: Estigma, un monólogo autobiográfico, dicho con enorme dificultad y heroico esfuerzo por Natalia Lambach, una talentosísima actriz adolescente con síndrome de Dawn.
Dos noches más tarde, el protagonista de la cena es un reportero que investiga la transformación radical que vivirá el mundo si tienen éxito los experimentos con litio que se desarrollan actualmente en Europa para satisfacer las necesidades de las nuevas generaciones de consumidores que, ojo, ya prefieren pasar más tiempo con su iPad que paseando en automóvil.
La penúltima noche de agosto, la de la despedida, porque el primero de septiembre Helena y Eduardo se fueron a Madrid a celebrar el cumpleaños a solas, acude a la cena un economista mexicano que trabajó años en organismos internacionales con sede en Montevideo, y después de ser despedido, a mediados de los 90, volvió a México, compró un molino de nixtamal, se lo trajo para acá y, en el barrio de Punta Carretas, abrió el restaurante La Lupita, donde los tacos se forjan con legítimas tortillas.
Simpatizante de Andrés Manuel López Obrador –“es la única posibilidad de cambio por la vía pacífica”, sostiene– aquella noche don Huáscar se fue con un tambache de ejemplares recientes de La Jornada, que Eduardo y Helena, debido a su viaje, ya no podrían repartir entre las personas que, como ellos, observan atónitas, con el corazón en la boca, lo que está ocurriendo en México.
“¿Por qué los mataron? ¿Cuál fue la razón? ¿Por qué? No lo entiendo. ¿Por qué los mataron, por qué, por qué?”, preguntó Eduardo cada noche a sus invitados, obsesionado por la urgencia de saber qué provocó el exterminio de 72 migrantes latinoamericanos en un rancho de Tamaulipas.
La respuesta a su pregunta –vinculada con una noticia que sale a diario en las portadas de la prensa local– llegó a destiempo, cuando los viajeros ya se habían ido a España. En un artículo publicado en Internet, Gennaro Carotenuto, periodista italiano, puso los puntos sobre las íes. Citando a sacerdotes que trabajan sobre la ruta del Tren de la muerte, que lleva a los ilegales extranjeros de Chiapas a Texas, denunció que cada año 600 mil latinoamericanos atraviesan México rumbo a Estados Unidos, pero, según Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de Las Casas, 400 mil (dos tercios) “sufren extorsiones y robos”, uno de cada 10 es violado, la quinta parte es devuelta a su país de origen y, de acuerdo con otras fuentes, 20 mil son secuestrados y obligados a pagar rescates de entre mil y 5 mil dólares por cabeza.
Jorge Bustamante, relator de la ONU para el tema, señala que el migrante suele ser “detenido por la policía y vendido a las organizaciones criminales”, que los conducen a lugares aislados [como el rancho San Fernando de Tamaulipas, donde se produjo la matanza]. Allí “empiezan las palizas, el acoso, las violaciones y las torturas” para arrancarles nombres y teléfonos de familiares, por lo general muy pobres, a quienes tratarán de cobrarles rescates exorbitantes y, quien no pueda pagarlos, será asesinado.
Hay que repetirlo: corresponsables de esos crímenes son el Instituto Nacional de Migración, que administra la yunquista Cecilia Romero; los policías federales de Genaro García Luna y los cárteles. Ante la indignación mundial desatada por la matanza en Tamaulipas, los cancilleres de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana pidieron ayer al “gobierno” que proteja los derechos humanos de los inmigrantes a su paso por México. ¡Qué ilusos! ¿No adivinan cuál será la respuesta? Pronto, habrá una junta en Los Pinos, en la que Cecilia Romero, García Luna y Calderón posarán para la prensa poniendo cara de ataque de agruras; luego se fijarán metas a cumplir dentro de un año y cuando caiga el telón se partirán de risa, carcajeándose hasta que les duela el estómago. Hay muchísimos millones de dólares en la danza.
Fidel Castro, a prueba
El otro tema que dominó la atención de los invitados a las cenas de precumpleaños de Galeano en estos días fue la entrevista que Fidel Castro le concedió a nuestra directora general en La Habana. Durante ese duro ping-pong de preguntas y respuestas acerca, por ejemplo, de la represión contra los homosexuales, de la que el comandante se declaró culpable, Castro insistió en que el ataque de Estados Unidos e Israel contra Irán puede ser inminente. ¿Qué significa esto?
El martes próximo, el Consejo de Seguridad de la ONU comprobará lo que todos sabemos que no ha sucedido: Irán no suspendió su programa de energía nuclear con fines pacíficos, que apoyan Brasil y desde luego esta columna. Si Francia tiene plantas atómicas para llevar luz eléctrica a millones de hogares, ¿por qué Irán no puede hacerlo? El caso es que, ante tal desobediencia, la ONU ordenará que los buques mercantes iraníes sean detenidos e inspeccionados en el Golfo Pérsico, lo que, según le dijo Fidel a Carmen Lira, podría ocurrir el jueves. Pero si los iraníes repelen a tiros a los marines que pretendan abordar sus naves, Obama, siempre según el dirigente cubano, podría lanzar minibombas nucleares (en inglés las llaman “mininukes”) contra las instalaciones industriales de Teherán.
La intensa campaña de prensa que Fidel Castro emprendió con propósitos disuasorios, ¿obligará a Estados Unidos a cancelar o modificar el guión de lo que puede convertirse quizá en la peor de todas las catástrofes? La humanidad lo sabrá en pocos días. Por ahora, quienes exigieron la liberación de seis campesinas encarceladas por abortar en Guanajuato, triunfaron en toda la línea. El Congreso del estado aprobó una reforma al Código Penal, enviada por el gobernador yunquista, que les permitirá salir de prisión el martes. Pero como la lucha va a continuar hasta las últimas consecuencias, el blog creado en favor de ellas, http://presasporabortar.blogspot.com, ya tiene la denuncia de su caso en nueve lenguas: español, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, catalán, sueco y bosnio. Ojalá sea traducida a muchas más...
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