Perdimos al Bartolomé de las Casas de nuestro tiempo: AMLO

Su legado debe servir para impulsar la justicia social, dicen católicos

La Radio Vaticana lo recordó como el obispo de los pobres


Indígenas aguardan en la catedral de San Cristóbal de las Casas para decir adiós al obispo Samuel Ruiz García Foto Ap
Alonso Urrutia, Alma Muñoz y Carolina Gómez

Periódico La Jornada
Miércoles 26 de enero de 2011, p. 6

El presidente Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador lamentaron, en sus respectivas cuentas de Twitter, la muerte del obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz.

“Lamento profundamente el fallecimiento del obispo Samuel Ruiz, mexicano comprometido con los más pobres y leal a sus ideas. Descanse en paz”, escribió el titular del Poder Ejecutivo federal, quien en la víspera ya se había pronunciado sobre el deceso.

Mientras tanto, López Obrador escribió en su cuenta: “Sentimos la partida de Samuel Ruiz, obispo verdaderamente cristiano, defensor de los pobres. El Bartolomé de las Casas de nuestro tiempo”.

Por separado, la Secretaría de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) consideró que con el fallecimiento del obispo, México pierde su principal figura en la defensa de los derechos humanos.

“La muerte de Samuel Ruiz García priva a la sociedad mexicana de una de las personalidades con mayor autoridad y legitimidad para la atención de los crecientes conflictos sociales y políticos que vive el país, motivados por las grandes carencias económicas y la desigualdad social.

“Su desaparición deja a las organizaciones sociales e indígenas de México reprimidas y silenciadas, sin su principal vocero y defensor”, resaltó el titular de esa instancia perredista, Enrique Romero Aquino.

Diversos sectores de la Iglesia católica y ligados a ésta expresaron su certeza de que el legado del obispo Ruiz perdurará, y señalaron que debe servir de base para construir la justicia social y la paz que necesita el país.

Omar Sotelo Aguilar, titular del Centro Católico Multimedial (CCM), página de Internet dependiente de la congregación Sociedad San Pablo, indicó que “hoy don Samuel ya no está más físicamente con nosotros, pero su vida y su obra ya están en la eternidad”.

El sacerdote subrayó que “sin duda alguna, la Iglesia de México y del mundo ha perdido a un gran pastor; a un defensor incansable de los derechos de los indígenas en México”, y destacó que la vida del obispo emérito “estuvo llena de una gran entrega y sentido del servicio”, lo que debe servir de ejemplo e inspiración.

“Hablar de don Samuel es hablar de la diócesis de San Cristóbal, y hablar de la diócesis de San Cristóbal es hablar de don Samuel... La práctica pastoral de don Samuel durante todo su ministerio frente a la diócesis de San Cristóbal fue percibida como renovadora, a tal grado que empezó a conocerse fuera de los límites de su propia diócesis. Fue así que el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) lo nombró presidente del Departamento de Misiones”, citó el religioso.

La Radio Vaticana también recordó ayer a Samuel Ruiz como el “obispo de los pobres” y destacó la “conmoción” que provocó en México su muerte, ocurrida el lunes pasado a causa de complicaciones ligadas a la diabetes, informó Notimex.

En su página de Internet, la estación oficial del Vaticano destacó la noticia del fallecimiento del obispo emérito como la principal en la sección internacional y agregó una fotografía del prelado.

La radioemisora indicó que la noticia del deceso “levantó una ola de conmoción en el país donde el obispo de 86 años era recordado como un hombre de paz, cercano a las necesidades de los últimos y los más pobres, es decir los campesinos indígenas de las regiones meridionales de México”.

Aparte, Guillermo Gazanini Espinoza, secretario del Consejo de Analistas Católicos de México (CACM) sostuvo que el fallecimiento del obispo “cerró un capítulo fundamental de la historia contemporánea de este país”, e insistió en que su legado permanecerá.

“Don Samuel Ruiz animó a trabajar incansablemente por establecer la justicia para consolidar una paz inalterable y duradera en la que la participación de todos haga posible la construcción de otro mundo, en el que impere el bien común y este nueva forma de ver las cosas, anime a creyentes y quienes no lo son a colaborar con Dios en esta nueva hora de gracia.

“Don Samuel ha dejado de luchar. Ahora se encuentra en el cielo, gozando de la presencia de Dios y de la verdad de las bienaventuranzas anunciadas en el Evangelio. Que su testimonio no sea usado en beneficio de discursos políticos oportunistas, demagogias y populismos. Es el tiempo de ir transitando en una nueva hora de gracia para este México manchado de sangre”, indicó Gazanini.