Se cumplieron la tradición y el protocolo; marcharon 19 mil elementos castrenses
Ausentes, los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, y de Hacienda, Luis Videgaray, entre otros, abocados a encargos especiales derivados de la contingencia climática en varios estados
El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, encabezó el desfile militar del 16 de septiembre acompañado por el comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón, y los secretarios de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, y de Marina, almirante Vidal Soberón Foto Carlos Ramos Mamahua
José Antonio Román y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Martes 17 de septiembre de 2013, p. 8
Martes 17 de septiembre de 2013, p. 8
Casi a las 13:30 horas concluyó ayer el desfile militar. Cumplida estaba la agenda nacional que había precipitado el asalto policiaco al Zócalo capitalino. Con paso marcial, 19 mil elementos castrenses habían marchado frente al balcón presidencial, en el corazón político del país liberado de protestas sociales por miles de policías que, apenas 72 horas antes, habían incursionado en tropel en esa plaza.
Todo dispuesto para cumplir la tradición y el protocolo, en lo posible, de las fiestas patrias. Sólo que esta vez, con notorias ausencias del gabinete que no contemplaron el despliegue castrense y policiaco por las calles del centro capitalino. Un Centro Histórico sin vestigios de la revuelta magisterial, salvo por las decenas de policías federales que, a diferencia del contingente de la corporación integrado a la parada militar, deambulaba por las calles en previsión de brotes de inconformidad.
Con esa premisa, el presidente Enrique Peña Nieto se desplazó por la Plaza de la Constitución flanquedado por los secretarios de la Defensa, Salvador Cienfuegos, y de Marina, Vidal Soberón Sanz, para pasar revista a las tropas.
Un acto que tradidionalmente convoca a los principales círculos del poder esta vez fue diferente. Ni el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ni el de Hacienda, Luis Videgaray, entre otros muchos miembros del entorno cercano al presidente Peña Nieto, acudieron a la cita con las fuerzas armadas. Están dedicados a encomiendas especiales provocadas por la contingencia climática, según se dijo extraoficialmente.
Contingencia que no impidió un amplio despliegue del personal del Ejército adscrito al Plan DN-III contra desastres naturales o de marinos con responsabilidades en el plan de auxilio a la población en casos de emergencia, como los que ayer se vivían en Guerrero, Veracruz o Tamaulipas.
Hospitales móviles –dotados de camillas e instrumental médico–, dormitorios, comedores comunitarios montados en gigantescos tráileres, efectivos caninos, grúas, ambulancias, equipo de telecomunicaciones. Todo para mostrar la capacidad de respuesta castrense a los desastres.
Su despliegue fue precedido, varias decenas de metros atrás, por un singular contigente de nueva creación que al común de los asistentes pareció no llamarles la atención: ‘‘agrupamiento México en Paz’’, nuevo cuerpo del Ejército que concentra a fuerzas especiales destinadas, entre otros aspectos, al combate al crimen organizado y a la ‘‘seguridad interior’’.
Ajena a las estructuras militares, la gente no cesaba de vitorear a las fuerzas armadas en conjunto y admirarse ya sea por las caras pintadas de las fuerzas especiales, los vehículos blindados, el contingente de soldados chinos, o especialmente con el vuelo rasante de las aeronaves o el ronroneo de los helicópteros que sobrevolaron a baja altura las calles céntricas de la capital.
Por la avenida 5 de Mayo, miles de personas vieron el paso de los contigentes que, esta vez, pretenden superar las divisiones soterradas que confrontaron al Ejército y la Marina durante la gestión de Felipe Calderón, como secuela del recelo generado por la lucha contra el narcotráfico.
En esta ocasión no fue primero el Ejército Mexicano y después la Marina Armada. Ayer desfilaron por grupos: fuerzas especiales (de ambas estructuras), atención a desastres, contingentes de las escuelas militares. Todo en aras de la ‘‘unidad castrense’’.
Así transcurrió el desfile militar del 16 de septiembre, que fue resumido escuetamente por el subsecretario de la Defensa Nacional, Virgilio Daniel Méndez Bazán, con la novedad de que en esta ocasión se omitió el consabido parte de ‘‘sin novedad’’ y pasó directo a la numeralia: ‘‘19 mil 51 elementos, 465 semovientes, 52 canes, 27 motocicletas, 422 vehículos, 10 embarcaciones y 107 aeronaves’’.
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