Peña debería renunciar a la presidencia antes del primero de diciembre.
Por su ignorancia o mala fe está dañando gravemente al país.
Los hechos demuestran que la economía permanece estancada, agobia el desempleo, prevalece la violencia y el gobierno se ha corrompido por completo.
Lo peor de todo es que con las reformas impuestas en materia fiscal y energética, se corre el riesgo de una mayor degradación de la vida pública en su conjunto y de un estallido social.
En razón de lo anterior y por el bien de todas y todos los mexicanos, la renuncia de EPN, antes del primero de diciembre, permitiría, como lo establece la Constitución, convocar a nuevas elecciones y enfrentar, por la vía pacífica y democrática, la ingobernabilidad y la crisis de México.
Por su ignorancia o mala fe está dañando gravemente al país.
Los hechos demuestran que la economía permanece estancada, agobia el desempleo, prevalece la violencia y el gobierno se ha corrompido por completo.
Lo peor de todo es que con las reformas impuestas en materia fiscal y energética, se corre el riesgo de una mayor degradación de la vida pública en su conjunto y de un estallido social.
En razón de lo anterior y por el bien de todas y todos los mexicanos, la renuncia de EPN, antes del primero de diciembre, permitiría, como lo establece la Constitución, convocar a nuevas elecciones y enfrentar, por la vía pacífica y democrática, la ingobernabilidad y la crisis de México.
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