Era egresado de la Normal de Ayotzinapa; en el desalojo pedía calma, narran
Sergio Ocampo y Héctor Briseño
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 26 de febrero de 2015, p. 3
Jueves 26 de febrero de 2015, p. 3
Acapulco, Gro.
Profesores culparon al gobierno federal de la muerte del maestro jubilado Claudio Castillo Peña, quien se apoyaba en una muleta, pues tenía poliomielitis. De acuerdo con testigos, el hoy occiso fue golpeado por policías federales durante el desalojo de docentes del Bulevar de las Naciones, la noche del martes.
El fallecido era egresado de la Escuela Normal de Ayotzinapa, tenía 65 años de edad y ocho de jubilado, recordó en Chilpancingo Manuel Zúñiga, uno de los dirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg).
Comentó: ‘‘Hay testigos que vieron cómo lo bajaron de la camioneta; él les decía que estaba incapacitado, pero fue agredido y murió a raíz de los golpes que recibió por la Policía Federal, que impidió a los paramédicos que lo atendieran’’.
Entre consignas, unos 500 docentes reunidos en Acapulco recibieron, después de las 22 horas de este miércoles, el cuerpo de Castillo Peña. Al sitio llegaron decenas de profesores de municipios cercanos para velar el cuerpo del jubilado. Aplausos, lágrimas y consignas contra las autoridades fueron lanzadas en la explanada de los Servicios Educativos en este puerto. El cuerpo del mentor será trasladado este jueves a la región norte del estado.
Profesores de la Ceteg repudiaron la información del comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, quien dijo en la ciudad de México que el maestro murió atropellado. ‘‘El profesor murió golpeado, tenemos fotos del servicio médico forense, tenía muchos golpes.Entre varios lo golpearon, hay muchos testigos’’, dijeron.
Jóvenes profesores recordaron a Castillo Peña como ‘‘un cetegista de hueso colorado, siempre dedicado a la lucha’’. Era uno de los oradores oficiales de las movilizaciones en el puerto. Siempre viajaba en el asiento del copiloto en la camioneta que encabezaba los contingentes en cada marcha.
‘‘Es para nosotros una institución, siempre fue un hombre de lucha’’, dijo el vocero de esta agrupación, Walter Añorve.
El martes, antes de comenzar el desalojo, el maestro Claudio pidió calma a los más jóvenes: ‘‘No lancen piedras, por favor; hay que tener paciencia, no hay que caer en provocaciones. Yo sé cómo están los ánimos; hasta yo quiero entrarle a los madrazos, pero ya no puedo’’.
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