ALDF, jugarreta en puerta
Morena, el blanco
Líder en busca de chamba
Miguel Ángel Velázquez
C
ada vez con más insistencia, cada vez con mayor fuerza, en la Asamblea Legislativa del DF se asegura que Manuel Granados tratará de hacer una buena jugarreta.
Se trata de aquella absurda fórmula: para congraciarse con el jefe, pégale al Peje.Y con eso de que no halla lugar en el gabinete de Miguel Ángel Mancera, decidió, nos dicen, jugar tal vez su última carta cambiando ciertas reglas dentro de la misma ALDF, para evitar un tanto de la fuerza que Morena consiguió con el voto de la gente.
Nos cuentan que Granados, que hoy es aún el hombre fuerte de la Asamblea, lanzará la propuesta para que la presidencia de la Comisión de Gobierno –máximo organismo de la cámara local– no quede en manos de un solo partido, como hasta ahora, sino que pase de un partido a otro, de manera rotatoria, con el pretexto de la equidad democrática. ¡Claro, hombre! ¡Claro!
Y esto porque si las cosas siguieran el camino de la antidemocracia como a la fecha, un representante de Morena sería quien llevara las riendas de la ALDF, y suponen Granados y su gente que eso no sería lo más conveniente para Miguel Ángel Mancera, que impulsará varias reformas en la Legislatura actual, para llevar a cabo los planes de trabajo que ha trazado para los tres años de gobierno que le restan.
Eso es, y ninguna otra cosa, lo que trae meneado a Granados, quien supone que, al entregar la Asamblea con ese cambio, será tomado en cuenta por el jefe de Gobierno para que le haga un huequito en el gabinete. Lo que no ha sucedido porque Mancera no tiene muy bien visto el trabajo de la ALDF, es decir, la labor de Manuel Granados, quien hasta hace algunos meses se sentía en la Secretaría de Gobierno, o en la de Desarrollo Social, o en la Procuraduría General de Justicia del DF o donde fuera.
El asunto, no obstante, es que a Manuel Granados le quedan muy pocos espacios, más bien uno solo, el que despreciaba: la Secretaría de Movilidad. Allí, nos aseguran, se tenía un espacio para él, pero después de varios análisis hubo quien dijo en el gobierno central que no le alcanzaba, y a partir de esa observación la suerte del presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF parecía haber quedado sellada.
Pero vinieron los resultados de las elecciones y se abrió una pequeña ventana de esperanza para el jefe de la ALDF, que bien pudiera llamar a un periodo extraordinario para cometer tal travesura, que lo ponga en la lista de quienes podrían hacer el relevo en alguna de las carteras del gobierno.
Total, con la consigna: ¡péguele al Peje, déle gusto a su jefe!, Granados ha pensado muy bien las cosas, y que nadie se sorprenda si dentro de algunos días nos enteramos de que habrá periodo extraordinario en la ALDF, con destino manifiesto. De lo que se trata es de someter a Morena, de conseguirle chamba a Manuel y, claro, de hacerle la vida menos pesada a Miguel Ángel Mancera, de abrirle caminos, que bien los habrá de necesitar.
De pasadita
Una de las mil preguntas que se debe hacer a los concesionarios de la empresa de transporte Uber, lo mismo que a Cabify, es el monto de lo que ellos deberán enviar al extranjero para mantener la franquicia vigente, es decir: estas empresas se niegan a pagar un centavo al gobierno de la ciudad de México, donde habrán de trabajar, cuyas calles habrán de usar y de cuya seguridad, para no ir a otra cosas, habrán de servirse, pero no escatimarán ni un quinto para mandar al extranjero parte de los beneficios que les dará su trabajo en el DF. ¿Suena justo?
Ya es hora de que se les diga a estos buenos mexicanos que los buenos negocios deben pagar impuestos. Lo contrario sería una especie de robo que afectaría a todos.
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