Gabriela Rodríguez
S
iempre es más fácil ejercer la crítica que la autocrítica, ver la paja en la derecha ajena en vez de ver la viga en la propia izquierda. ¿Cómo no indignarse cuando la Secretaría de Desarrollo Social desvía los fondos de la Cruzada Contra el Hambre para comprar millones de televisores e imponer al PRI como primera fuerza en el país? ¿Cómo no enfurecerse ante el desfile de millones de pesos del PRI-PVEM? ¿Cómo no irritarse cuando el ex presidente que armó al país quiere imponer a su esposa como candidata a la más alta investidura? Pero mucho más dolorosa es la autocrítica: ¿cómo no llorar el secuestro del poder que hicieron los actuales líderes del PRD al partido que había logrado unir a todas las izquierdas? ¿Cómo no reclamar a líderes tránsfugas
de izquierdaque se pasaron a la derecha sin el menor escrúpulo? ¿Cómo no sufrir ante el declive de un gobierno que en la ciudad de México dio pasos agigantados en torno a las libertades y los derechos sociales?
Una de las más interesantes críticas a la élite política la están haciendo las niñas, los niños y adolescentes en la Consulta Infantil y Juvenil 2015. En esta consulta, realizada el mismo día de las elecciones, cerca de 2.5 millones de participantes menores de 17 años llenaron un cuestionario de 20 preguntas que concluía con una frase que debían completar: “Yo quiero que en México nunca más…” Según los primeros resultados, la gran mayoría respondieron
que nunca más haya corrupcióno
violencia. Algunos casos del Distrito Federal son elocuentes: Dulce María Hernández, de 13 años, aseguró que en un futuro México podría estar mejor si los ciudadanos eligen a las personas correctas para gobernar al país y si se acaba con la corrupción; los políticos han demostrado que son muy corruptos, la mayoría, por lo menos para mí”. Andrea Herrera, de 12 años, dijo en la casilla del Monumento a la Madre que
la corrupción no permite que el país mejore, se llevan el dinero y se compran casas de millones, cuando el dinero no es suyo. Otra chica de 12 años que votó en el Parque México, tras emitir su voto aseguró que le gustaría que mejore el país, que no haya corruptos ni violencia. Denisse Alamilla, de 16 años, confió en que los políticos los escuchen: “A ver si nos escuchan los políticos, porque me gustaría que haya más seguridad y menos corrupción…Por culpa de la violencia y la inseguridad no me dejan salir a ningún lado”. María José, de tan sólo 6 años, explicó:
Yo veo que la corrupción es un problemón porque se compran casas y se llevan el dinero, y por eso luego no alcanza.
“La mayoría de las personas se dan cuenta de la corrupción, estamos mal, hay muchos políticos pero no trabajan para el país, los partidos deben ser más honestos, porque si no, no vamos a mejorar… La política no parece que esté sirviendo, son totalmente mentirosos”, expresó Marcela Cano, de 16 años, quien acudió a votar en la casilla ubicada frente a la Suprema Corte de Justicia ( Diario Rotativo, 22/6/15).
Me queda claro que el problema expresado por voces juveniles en esa consulta coincide con lo que el líder de Morena identifica como las prioridades del país, las cuales yo misma valoro hasta arriba. Hace unos días, Andrés Manuel López Obrador consideró que “lo fundamental es la honestidad, lo importante en México es que se acabe con la corrupción, nada ha dañado más a México que la deshonestidad, y con todo respeto y autenticidad –agregó–, temas como legalizar el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo no es algo tan importante”. Este último agregado a mí me parece distante de la ciudadanía y hasta ofensivo. Ofende a las mujeres de México que se trivialice que tenemos el derecho a decidir cuándo con quién y en qué circunstancias queremos hacernos madres; también ofende a la comunidad de la diversidad sexual, porque nadie puede negarles el derecho a decidir sobre su condición civil ni la ponderación de una prerrogativa que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó como constitucional en días pasados.
Garantizar la libertad tiene que ir del lado de la lucha por la igualdad, o podríamos caer en la grave debilidad en que han incurrido los gobiernos socialistas o comunistas; rusos, cubanos, chinos, venezolanos siguen violentando desde el Estado el derecho a la información, a decidir y a la libertad de expresión. Tal como también lo está haciendo el régimen actual de nuestro país. Costó mucho avanzar el ejercicio de las libertades en la ciudad de México. Morena, la principal fuerza política en esta isla de libertades, no puede comenzar mal, hace falta autocrítica. La autocrítica tendría que ejercerse siempre. Dentro de la izquierda y en el interior de Morena hay que revisar y mejorar la columna vertebral en que se asientan los principios, porque es inadmisible retroceder en el ejercicio de los derechos humanos. La izquierda está llamada a parar la corrupción, a disminuir las desigualdades y a garantizar todas las libertades, aquí y en todo el país, sin discriminar a las mujeres (que son la mitad de la población) ni a la comunidad LGBTI. Decía Walter Benjamin que
en el origen de nuestra lucha está el sueño de todas las libertades.
Nota 1: Todos los coyoacanenses estamos convocados el próximo sábado 27 de junio de 12 a 15 horas en el Jardín Hidalgo, a la Expo-fraude (el tema daría para un museo) para reclamar la anulación de las elecciones a jefe delegacional y a diputados en Coyoacán.
Nota 2: ¡Nestora libre! Ahora quieren imputarle tres delitos más.
Twitter: @Gabrielarodr108
No hay comentarios:
Publicar un comentario