sábado, 23 de enero de 2016

Los de abajo

 El ecocidio en Cancún
Gloria Muñoz Ramírez
L
a devastación del manglar Tajamar, en Cancún, Quintana Roo, deja varias lecciones. La primera, hoy, es que aunque la maquinaria destruyó más de 80 por ciento del manglar, éste no está perdido, pues aún no se rellena y es absolutamente recuperable. Dicho de otra manera: si la comunidad nacional e internacional no reaccionó cuando iniciaron las amenazas, aún está a tiempo de actuar, movilizarse, protestar y permitir su recuperación.
Desde julio del año pasado organizaciones y activistas ambientalistas previnieron sobre las intenciones del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y del gobierno de Quintana Roo, avalado por el federal, de destruir el Malecón Manglar Tajamar para edificar sobre este nicho ecológico un conglomerado de condominios.
La organización Salvemos Manglar Tajamar alertó también sobre las irregularidades en las que incurrió Fonatur, organismo que incluso negó la existencia del manglar, como ahora niega que supiera que existían todas las especies que quedaron enterradas. Y aquí las redes sociales hicieron su trabajo, antes incluso que muchos medios. Las imágenes de la devastación y las fotos de los cocodrilos, iguanas y ardillas muertos inundaron el ciberespacio, provocando la indignación general. Pero no basta.
Luego de que la madrugada del sábado 16 de enero maquinaria pesada arremetió contra 57 hectáreas del manglar enclavado en la zona turística de Cancún, destruyendo la vegetación y enterrando la fauna, Gerardo Vázquez Morales, juez segundo de distrito en Quintana Roo, concedió el miércoles 20 una suspensión provisional para que se detenga el desmonte. Activistas aseguran que ya se ha destruido entre 80 y 90 por ciento de las 78.4 hectáreas que lo conforman, pero insisten en que mientras no se rellene, la naturaleza puede regenerarse.
La suspensión ordenada no lo hace todo. La comunidad de Quintana Roo desconfía de la palabra institucional y hace guardias día y noche para impedir que regrese la maquinaria y Fonatur finalice su obra con la frase emblemática de misión cumplida.
Mientras la sociedad se organiza, no falta el partido político que pretenda sacar provecho de la situación. El Verde llegó hasta el plantón que sostienen los guardianes del manglar y sus integrantes fueron expulsados del lugar. Ni partidos ni funcionarios escucharon nada. Hoy por lo menos que no estorben.
La movilización apenas comienza.

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