sábado, 29 de abril de 2017

Infancia y sociedad

 Manifiesto (I)
Andrea Bárcena
C
uando una sociedad llega a una descomposición política y ética tan grave como la mexicana; cuando toda la clase política vive en el fango de la impunidad y la corrupción; cuando la democracia se vuelve la mentira más costosa y comparten su farsa todos los partidos políticos, entusiasmados con sus millonarios presupuestos… Cuando la esquizofrenia alcanza a gobernadores, jueces, legisladores y sindicalistas sin pudicia, debemos recuperar la capacidad de avergonzarnos como los cómplices pasivos que permitimos llegar a esos rufianes.
¿Saben dónde está el dinero que debió asegurar el trabajo honrado para el pueblo? ¿dónde han ido a parar los millones que debieron invertirse en alimentación, salud y educación de nuestros niños y jóvenes que hoy saturan las estadísticas de la pobreza, la explotación y el abandono?
Ellos, los políticos de hoy y de antaño se lo han robado; con él han creado fortunas personales que disfrutan hasta sus nietos. El dinero robado a la salud y a la educación está en cuentas personales en bancos del extranjero; en millonarias propiedades que todo político posee en México, en Miami o en otras ciudades glamorosas del mundo.
Ya va siendo hora de que las cosas cambien, no de un partido a otro, porque absolutamente todos llevan algo del ADN del PRI y contienen muchos de sus genes.
El cambio no se logrará en las urnas, sino en la conciencia, la valentía y la acción. Como lo sabe todo individuo pensante, aunque parezca sólo un grueso hilo negro: ¡los niños son el futuro¡ Y un país sin un proyecto para su infancia es un país sin proyecto. Todos los partidos carecen de un plan para la niñez.
1. Es urgente colocar en una nueva planeación económica los presupuestos para la infancia por encima de todo lo demás. El mayor presupuesto del Estado debe destinarse a los niños. Todo lo demás es secundario.
2. Es urgente que todo exceso del gasto del gobierno se recorte y sea parte del presupuesto para niñez y juventud. Basta de engordar políticos sicóticos, ladrones, jueces y legisladores ineficientes y cínicos. Los más de 2 mil millones de pesos que se pagan por seguro médico a funcionarios deben pasar de inmediato a ser presupuesto de salud para niños y jóvenes.
3. Eliminar los nefastos DIF y crear un Instituto para la Niñez, de excelencia, que elabore un patrón nacional que informe con exactitud dónde está y qué necesita cada niño y cada adolescente mexicanos para su desarrollo…
(Serán bienvenidos los agregados de lectores):

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