Jesús Vargas*
E
l asalto guerrillero al cuartel de ciudad Madera, el 23 de septiembre de 1965, fue un acontecimiento relevante en la historiografía del estado de Chihuahua. En los últimos años se han publicado varias decenas de libros, sin embargo, han quedado pendientes algunas interrogantes como la siguiente: ¿Qué hicieron después los guerrilleros que sobrevivieron?
En principio, la respuesta es sencilla: cinco de los jóvenes sobrevivientes: Óscar González Eguiarte; Juan Antonio Gaytán, Salvador Gaytán, Guadalupe Scobell Gaytán y Ramón Mendoza juraron seguir el ejemplo de sus compañeros hasta vencer o morir, imponiéndose la consigna:
los valientes no claudican.
La historia es la siguiente:
En abril de 1966 ellos se trasladaron de México a Chihuahua con el objetivo de reiniciar las acciones con el descarrilamiento de un tren carguero de las empresas forestales, sin embargo el 8 de marzo, al llegar a Chihuahua, fueron detenidos Óscar González y Ramón Mendoza, el primero de ellos permaneció un año en la penitenciería del estado, mientras que Ramón fue enviado a las islas Marías bajo la acusación de haber asesinado a uno de los policías.
Los tres que habían quedado libres: Guadalupe Scobell, Juan Antonio y Salvador Gaytán se subieron a la sierra, desprendieron parte de la vía por donde iba a pasar un convoy de 31 carros jalados por tres máquinas; lo descarrilaron y en el lugar del siniestro dejaron una manta con el siguiente mensaje:
Pueblo de México defiende tus derechos. Ya no soportes más injusticias, como los asesinatos cometidos por órdenes de caciques y latifundistas y la explotación de grandes empresas que sirven al imperialismo. Abajo el caciquismo. Movimiento 23 de septiembre.
A finales de marzo de 1967 salió Óscar de la penitenciaría, inmediatamente viajó a Ciudad de México y semanas después se regresó con sus tres compañeros a Chihuahua, sin Ramón, quien permanecía en las islas Marías. Se subieron a la sierra con tres compañeros que se les habían unido. El 7 de agosto ejecutaron a Ramón Molina, uno de los caciques más sanguinarios de la región.
En los meses siguientes se hicieron otras acciones, pero la guerrilla enfrentó varios problemas y en diciembre de ese año se regresaron a la ciudad con el fin de hacerse de armas,
parquey medicinas, pero principalmente para reorganizar el grupo y tratar de incrementar hasta quince el número de guerrilleros.
En abril de 1968 volvieron a la sierra sin haber logrado el objetivo de incorporar a más compañeros que era el propósito principal, del grupo original únicamente quedaron tres: Óscar González, Juan Antonio Gaytán y Guadalupe Scobell, se unieron: José Luis Guzmán, Arturo Borboa y Carlos Armendáriz. En junio decidieron cambiar de territorio, se movieron a la región de Tomóchic y el 18 de julio atacaron el aserradero de la empresa Maderas de Tutuaca. En los días siguientes se difundió en todo el estado un manifiesto, lo firmaba el
Grupo Popular Guerrillero Arturo Gámiz, Vencer o morir.
Después del ataque al aserradero se desplazaron cientos de soldados que emprendieron la persecución de los guerrilleros que habían tomado rumbo hacia el estado de Sonora.
El 9 de agosto de 1968, cerca de Yoquivo, fueron ubicados desde un helicóptero militar que fue alcanzado por las balas de los guerrilleros. Inmediatamente éstos se dirigieron al lugar donde había aterrizado la nave, el jefe de la operación era un oficial que fue desarmado y después de haberlo interrogado fue dejado en libertad.
El 23 de agosto, en el pueblo Mesa Larga, cerca del camino de Uruachi, fueron emboscados por un numeroso grupo de soldados, Carlos Armendáriz fue el primero en reaccionar, cubrió la retirada de sus compañeros y resistió el ataque varios minutos hasta que fue aniquilado. Óscar González resultó herido de una pierna.
El 4 de septiembre Óscar y sus cuatro compañeros llegaron a Tesopaco, donde esperaban encontrarse con Victorio Navarro, líder de la UGOCM y compañero de toda su confianza, no lo encontraron, pero les había dejado el recado de que buscaran a Manuel Caraveo, quien los iba a ayudar. Lo buscaron y se les informó que un mes antes lo habían matado los soldados. En ese momento los guerrilleros se quedaron a la deriva, en una región donde desconocían las comunicaciones, donde no tenían amigos y cientos de soldados y policías los andaban buscando por todas partes.
El 8 de septiembre en la noche José Luis Guzmán caminaba dificultosamente por la periferia del poblado, a punto de caer, pidió ayuda a los tripulantes de una camioneta, eran soldados que los andaban buscando. El oficial sacó su pistola y le disparó al pecho, enseguida los soldados accionaron sus metralletas y destrozaron el cuerpo de José Luis, sin ningún miramiento.
Los demás compañeros decidieron separarse y buscar por parejas la salida. Óscar y Arturo Borboa se fueron por un camino, avanzando con muchas dificultades a causa del hambre, el cansancio y la herida de Óscar. El día 9 fueron localizados, temporalmente los encerraron en la cárcel de Tesopaco, en la noche los fusilaron y sus restos fueron aventados en una fosa que previamente se había excavado.
Juan Antonio y Guadalupe Scobell casi rompieron el cerco, alejándose varios kilómetros de Tesopaco; sin embargo fueron capturados por los militares, a cada uno lo metieron en un saco, los subieron en una avioneta, los llevaron de nuevo a Tesopaco, donde los fusilaron en la tarde del 11 de septiembre. Las órdenes que habían recibido los jefes de la operación fueron muy precisas: eliminarlos a todos sin hacer indagaciones, no se puede dejar de pensar que atrás de esa sentencia estaba el mismo que ordenó la masacre del 2 de octubre.
Mientras los guerrilleros eran perseguidos en la sierra, miles de jóvenes estudiantes marchábamos por las calles de Ciudad de México, éramos los mismos, iguales las banderas y los ideales, pero nunca alcanzamos a mirarlos de tan lejos que andaban. Sólo en una manta del 13 de septiembre se alcanzó a registrar su presencia:
Viva el Grupo Guerrillero Arturo Gámiz, era una elegía... días antes habían sido asesinados.
Este 11 de septiembre, 50 años después, los recordaremos en Tesopaco, Sonora.
* Historiador. Su último libro: Villa bandolero
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