lunes, 28 de octubre de 2019

Nunca más se dará la espalda a pueblos indígenas: AMLO


En el combate a la violencia no habrá daños colaterales, asegura
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▲ En la Isla del Tiburón, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con representantes de las comunidades indígenas de Sonora.Foto Presidencia
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de octubre de 2019, p. 4
Congregados en la Isla del Tiburón, en el municipio sonorense de Hermosillo, las comunidades seris, pimas y pápagos tuvieron un encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien subrayó que la prioridad en la atención a los pueblos indígenas –que desapareció en el periodo neoliberal– volverá en su gobierno, como ocurrió en los años setenta. Pregonó sus apoyos a las comunidades y agregó: no crean que estoy miope, sí vi las cartulinas, la falta de agua, sí vi el proyecto de ampliación de la carretera, todo eso lo vi, nada más que no es así como antes; con orden.
López Obrador no sólo habló de la condición indígena, sino también aludió a un problema central del país: la inseguridad. Condenó nuevamente la reivindicación de una política de exterminio en la materia que pregonan sectores conservadores al criticar la liberación de Ovidio Guzmán López tras un operativo en Culiacán. Ofreció que bajo su gobierno no habrá más daños colaterales, como llamaban gobiernos anteriores a la pérdida de vidas inocentes como consecuencia de sus estrategias de fuerza.
El mandatario volvió a las referencias religiosas, para evocar a San Benito, quien sugería a los monjes congregados en monasterios dividir en tres el día: ocho horas para trabajar, ocho para pensar y ocho para descansar. “Ya no podemos seguir con esa ley de San Benito, ¿qué vamos a estar pensando ocho horas? Mejor trabajamos 16, pensamos y al mismo tiempo trabajamos, y dejamos ocho para descansar.
Si así lo hacemos, va a rendirnos el tiempo. Y no va a hacer falta que, como algunos dicen, relegirme. No, yo soy partidario del sufragio efectivo, no relección. Voy a llegar, si el pueblo quiere, hasta el 2024, pero como estamos trabajando 16 horas diarias es como si hiciéramos dos sexenios en uno.
Los pobladores lo recibieron con la danza de las doncellas, un ritual para pedir a las divinidades que la comunidad no sufra problemas, pero también con pancartas alusivas a sus demandas. López Obrador reivindicó la entrega de permisos a las comunidades indígenas de la entidad para la explotación pesquera, exhortándolas a hacerla responsablemente para evitar daños ambientales.
Tras el ritual de recepción, Gabriel Molina, gobernador tradicional de la nación comca’ac, resumió lo que esperaban del nuevo gobierno: Aspiramos y soñamos con tener comunidades que ejerzamos plenamente nuestros derechos políticos, económicos y territoriales, y por ello solicitamos atención para atender proyectos: la pavimentación del tramo carretero Punta Chueca-Desemboque; abrir oportunidades a la agricultura y turismo comunitario; avanzar la idea de tener cobertura total de la señal de telefonía celular e Internet gratis.
El Presidente apeló a su recurrente reivindicación del combate a la corrupción y la austeridad gubernamental como fórmula para el financiamiento de las demandas sociales. Más adelante criticó al neoliberalismo como política que marginó a las comunidades indígenas y reivindicó las políticas de los años sententa.
Se critica mucho a los años 70. Antes de que impusieran esta llamada política neoliberal o neoporfirista que se acabó el año pasado. Esa forma de gobernar ya se terminó y tardó. En los años 70 había atención a los pueblos indígenas.
Recordó a quienes impulsaron políticas indigenistas como Margarita Nolasco, Salomón Nahmad –quien todavía vive–, el maestro y gran escritor Fernando Benítez–quien ya falleció– o Ricardo Pozas.
Era una época en que se volteaba a ver a las comunidades, a los pueblos. Luego se les dio la espalda. Ahora vamos a seguir viéndonos, de frente y atendiendo a las comunidades y a los pueblos indígenas, concluyó.

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