sábado, 2 de febrero de 2013

La defensa del petróleo


No podemos permitir la privatización

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Milenio 
La defensa del petróleo
Epigmenio Ibarra


Escribo mientras los deudos reciben la confirmación de la muerte de sus familiarescontinúan las labores de rescate de los atrapadosse atiende a los heridosy los efectivos de las fuerzas federales mantienen un cerco en torno a la Torre de PemexNada firme se sabe aún sobre lo que provocó el estallido.

En la sociedad mexicanacrispadadivididaa merced del trabajo corrosivo de la tv y sinconfianza alguna en instituciones que se desmoronan y que carecen por completo de credibilidadesta explosión detona una avalancha de rumores.

Dudé por momentos —y para no seguir esa turbulenta correntada de especulaciones— sidebía escribir este textoAl final decidí seguir adelanteLa defensa del petróleo esentre las muchas tareas patrióticas pendientesla más urgentela más prioritaria.

Si por algo compraron Enrique Peña Nieto y sus socios la Presidencia fue para terminar de rematar los pocos bienes nacionales que aún quedan en manos del Estado.

Comenzaron la tarea de desmantelamiento de la naciónporque de eso se tratacon Salinas de Gortarihace más de 20 añosNo han podido terminarlapero tienen la decisión y el compromiso de hacerlo cuanto antes.

Les falló el PANno pudomás bien no supo, hacer todo el trabajo sucio que tenía encomendado desde los tiempos de las concertacesiones de Diego Fernández de Cevallos.

No fuesin embargola falta de voluntad de Vicente Fox y Felipe Calderón lo que les impidió cumplir con la tarea; fue su ineptitud la que no les permitió sumara sus muchas traicionesla de la privatización de Pemex.

Redondo hubiera sido el éxito del PRI si, de nuevo en el poder, les tocara solo “administrar el éxito” resultado de unas reformas con cuyo peso histórico cargaran los panistas.

Será de ellos ahora la traiciónLes tocarási se los permitimosentregar el petróleo.

Hace ya décadas que comenzaron la tarea de zapa dentro de Pemex.

Hace ya décadas que funcionarios venales, dentro y fuera de la paraestatal, han venido haciendo negocios amasandoa costa de la factura petroleraenormes fortunas.

Hace ya décadas que la corrupta dirigencia sindicalcon la tolerancia y la colaboración de los gobiernos federales del PRI y el PANroba a manos llenas.

Hace ya décadas queuno tras otrose suceden los accidentes sabotajes en las instalaciones petroleras a lo ancho y largo del país.

Hace ya décadas que los particularesnacionales extranjeros, burlando la ley,aprovechándose de los resquicios en la mismahan convertido a Pemex en botín.

Hoy esto no les bastaVienen por todo.

Han desfondado a Pemex, la han saboteadodesacreditadopervertido con la única finalidad de facilitar su venta.

Años llevamos escuchando de la ineficiencia de la paraestatal.

Años llevan preparando el terreno para que la gentemansamente, acepte que el Estado se deshaga de ese elefante blancoNo ha sido infructuosa su labor.

Años llevan financiando, con los ingresos del petróleo, su ineficiencia y corrupción en todas las áreas de la administración pública y años llevan diciéndole al contribuyente que es Pemex la que pierde dinero.

Hoy, desgraciadamente, millones de mexicanoscrédulosdesmemoriados“apantallados” por el discurso oficial y los centenares de miles de spotspodrían sentirse aliviados siPemex se privatiza.

Estoy convencido de que solo con la promesa de culminar este proceso de demolición consiguieron vencer las resistencias de sus socios y patrocinadores en las últimas elecciones.

Estoy convencido de que solo a cambio del enorme botín que representa la privatización de la empresa petrolera recibieron los miles de millones de dólares con los que,ilegalmente, financiaron la campaña de Enrique Peña Nieto.

Sobre la mesacomo prenda en empeñopusieron a Pemex.

Natural hubiera resultado que el PANnacido precisamente para enfrentar el proyecto de nación de Lázaro Cárdenas, se encargara de la tarea de vender el petróleo.

A los priistas, que se dicen herederos y defensores de ese proyecto, les toca ahoraquitarse la careta y ensuciarse las manos.

Deben ahora terminar de negar su propio pasado, reformar sus estatutos y aceitar yacelerar con plataprivilegios y plomo —en su momento y si es necesario— los mecanismos de acuerdo con la oposición necesarios para reformar la Constitución.

De eso se trata ese tal “pacto por México”De allanar el camino al proceso de desmantelamiento de la naciónde consumar la entrega de la misma a los intereses de las grandes corporaciones.

Nada extraña que los panistas lo hubieran firmadoNada, tampocoque un grupo de dirigentes de la “izquierda también se sumara.

Los primeros no hacen sino reafirmar su pasadoLos segundos, negando su pasado,solo apuestan a comprarse con esa firma un futuro dentro del aparato.

Falta saber si nosotros, los millones de ciudadanos que no olvidamos los agravios sufridosque no nos resignamos a seguirlos sufriendo, les consentimos entregar el petróleo.

Falta saber sien un gesto suicidaconsentimos que, lo que debiera ser uno de los principales detonadores de progreso bienestarse venda al mejor postor.

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