Dilución de lo electoral
Enredos y trampas
PAN, impotente
El narco decide
AMLO, ahora sí
Julio Hernández López
FESTEJO EN EL MUSEO DE ANTROPOLOGÍA. Dos niños se disponen a bailar en ese recinto, durante la celebración Madres del Bicentenario 2010 Foto Marco Peláez
Es el mundo electoral al revés: el ulisismo delincuencial invoca leyes y justicia para exigir que le sea retirado el registro a su único opositor verdadero, Gabino Cué, mientras César Nava de Patylú se reúne de nuevo con su cómplice en pactos inmorales, Fernando Gómez-Mont, para pedir desde el presunto poder federal que se ponga freno a la elección de Estado que en Yucatán estaría organizando la gobernadora aficionada al mapache pibil, y en Sinaloa el Partido del Trabajo ensaya fórmula hipócrita para beneficiar al perreanismo, evitando la presentación de un candidato propio a gobernador para así cumplir” la instrucción lopezobradorista de no apoyar alianzas con el PAN, pero al mismo tiempo “no dividir” el voto esperado por el priísta ahora “opositor” conocido como Malova. Con ternura sin igual, el PT dará “apoyo moral” al candidato priísta del ex gobernador Juan S. Millán, postulado también por el PAN. Vaya tabla de valores: respaldo ético y práctico a quien formalmente no se apoya por sus alianzas inaceptables. ¡Viva la congruencia!
Decaimiento sostenido de los comicios como opción: en Aguascalientes el PAN arranca campaña sin candidato oficialmente registrado, pues Martín Orozco está sujeto a proceso judicial por una presunta triquiñuela que habría hecho para beneficiarse económicamente cuando era presidente municipal de la capital, lo que llevó a que el instituto electoral estatal le negara el derecho a competir, todo ello en el contexto de la embestida del actual gobernador, Luis Armando Reynoso –un caso de corrupción, frivolidad y oportunismo que ahora está jugando las contras al PAN nacional, es decir, al calderonismo–, contra la postulación de un correligionario que él, el cacique local blanquiazul, no acepta. El escándalo de las aguas panistas calientes ha llegado a la amenaza centralista de expulsar al gobernador rejego, quien a la vez acusa a Cesarín Nava de estar tejiendo una alianza “de facto” con el PRD para recargarse en este partido en caso de que el tribunal electoral federal confirme la negativa a Martín Orozco para que sea candidato panista.
En Tamaulipas, el mismo partido federalmente “en el poder” se queja de que no hay quienes deseen ser postulados a cargos de elección popular. José Julián Sacramento, senador que pidió licencia para ser candidato a gobernador sin esperanza alguna de ganar, ha dicho que en varios municipios no han registrado aspirantes a presidencias, ni a diputado en algún distrito, por las amenazas del narcotráfico, que así regula los comicios, aprobando o desaprobando la participación de ciertos ciudadanos o partidos. El fenómeno tamaulipeco se reproduce en otras partes del país, por lo cual sonó a autogol federal lo que dijo el dirigente nacional panista al rechazar el ofrecimiento de vigilancia que la administración estatal priísta hizo al amenazado Sacramento: “Parece que un gobierno que no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos tampoco podría garantizar la seguridad de los candidatos”, dijo C. Nava sin reparar en la justa adjudicación que de esa frase se podría hacer a la administración calderonista.
Al precandidato Peña Nieto tampoco parecieran dársele las declaraciones afortunadas en materia de narcotráfico y seguridad pública. Con gran desparpajo ha dejado constancia de que la zona metropolitana conurbada es un refugio de líderes de bandas comercializadoras de droga, en razón del gran mercado que significa la aglomeración humana que forman el Distrito Federal y el estado de México. A Peña Nieto no se le dan los asuntos relacionados con leyes y justicia (allí están, como ejemplos contundentes, la impunidad otorgada al tío impulsor, Arturo Montiel Rojas, y el caso de la niña Paulette, manipulado con descaro y derivado ahora hacia detalles menores), así es que tampoco cree necesario rendir cuentas judiciales de la reunión que en Puebla tuvo para impulsar las candidaturas priístas a gobernador de esa entidad y de Tlaxcala. Tramposamente dice que son ataques políticos en su contra y anuncia otras salidas de turismo electoral que realizará en fechas próximas.
La embarrada narcoinmobiliaria de Peña Nieto no afectó en nada los planes electorales y de financiamiento que hoy consumen la atención del otro precandidato en activo, CaMarchelo Ebrard, que anuncia cobros sacados de la manga por habilitados cambios de tarjetas de circulación y, en tanto, sigue en sus giras de promoción personal, con la esperanza puesta en que a López Obrador le sea imposible remontar la enorme campaña de descrédito desatada en su contra y entonces el actual jefe de gobierno quede como única opción posible, como beneficiario paciente de un seguro de vida política obligadamente cobrado. El tabasqueño persistente, a su vez, declara orgullosamente instalada la “organización nacional que necesitamos para la transformación del país”. Ahora sí tiene con qué defender un triunfo electoral, con 15 mil dirigentes, 2 mil 500 comités municipales y 2.5 millones de representantes.
En otras pistas del gran circo nacional, Fox insulta a los diputados federales que no logran demostrar el gran saqueo al erario que practicó a su arrasador paso por Los Pinos, en tanto su sucesor, Felipe Calderón, plantaba un ósculo en la mejilla de la señora Margarita para responder al coro peticionario de asistentes a un acto oficial conmemorativo de maternidades. Un momento conyugal de picardía aterrizada en una caricia de superficie.
Y, mientras Emilio Gamboa (el político XHEG, por su permanente sintonía con los intereses de las grandes televisoras) se acomoda en su nuevo nicho futurista de la CNOP, ocupado hasta ahora por el tamaulipeco Marco Antonio Bernal, miembro destacado del equipo principal de Manlio Fabio Beltrones, ¡hasta mañana, con esta especie de semifinal feliz en Día de las Madres, con Lisette Farah llegando a acuerdos con su esposo para recuperar a la hija sobreviviente!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Decaimiento sostenido de los comicios como opción: en Aguascalientes el PAN arranca campaña sin candidato oficialmente registrado, pues Martín Orozco está sujeto a proceso judicial por una presunta triquiñuela que habría hecho para beneficiarse económicamente cuando era presidente municipal de la capital, lo que llevó a que el instituto electoral estatal le negara el derecho a competir, todo ello en el contexto de la embestida del actual gobernador, Luis Armando Reynoso –un caso de corrupción, frivolidad y oportunismo que ahora está jugando las contras al PAN nacional, es decir, al calderonismo–, contra la postulación de un correligionario que él, el cacique local blanquiazul, no acepta. El escándalo de las aguas panistas calientes ha llegado a la amenaza centralista de expulsar al gobernador rejego, quien a la vez acusa a Cesarín Nava de estar tejiendo una alianza “de facto” con el PRD para recargarse en este partido en caso de que el tribunal electoral federal confirme la negativa a Martín Orozco para que sea candidato panista.
En Tamaulipas, el mismo partido federalmente “en el poder” se queja de que no hay quienes deseen ser postulados a cargos de elección popular. José Julián Sacramento, senador que pidió licencia para ser candidato a gobernador sin esperanza alguna de ganar, ha dicho que en varios municipios no han registrado aspirantes a presidencias, ni a diputado en algún distrito, por las amenazas del narcotráfico, que así regula los comicios, aprobando o desaprobando la participación de ciertos ciudadanos o partidos. El fenómeno tamaulipeco se reproduce en otras partes del país, por lo cual sonó a autogol federal lo que dijo el dirigente nacional panista al rechazar el ofrecimiento de vigilancia que la administración estatal priísta hizo al amenazado Sacramento: “Parece que un gobierno que no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos tampoco podría garantizar la seguridad de los candidatos”, dijo C. Nava sin reparar en la justa adjudicación que de esa frase se podría hacer a la administración calderonista.
Al precandidato Peña Nieto tampoco parecieran dársele las declaraciones afortunadas en materia de narcotráfico y seguridad pública. Con gran desparpajo ha dejado constancia de que la zona metropolitana conurbada es un refugio de líderes de bandas comercializadoras de droga, en razón del gran mercado que significa la aglomeración humana que forman el Distrito Federal y el estado de México. A Peña Nieto no se le dan los asuntos relacionados con leyes y justicia (allí están, como ejemplos contundentes, la impunidad otorgada al tío impulsor, Arturo Montiel Rojas, y el caso de la niña Paulette, manipulado con descaro y derivado ahora hacia detalles menores), así es que tampoco cree necesario rendir cuentas judiciales de la reunión que en Puebla tuvo para impulsar las candidaturas priístas a gobernador de esa entidad y de Tlaxcala. Tramposamente dice que son ataques políticos en su contra y anuncia otras salidas de turismo electoral que realizará en fechas próximas.
La embarrada narcoinmobiliaria de Peña Nieto no afectó en nada los planes electorales y de financiamiento que hoy consumen la atención del otro precandidato en activo, CaMarchelo Ebrard, que anuncia cobros sacados de la manga por habilitados cambios de tarjetas de circulación y, en tanto, sigue en sus giras de promoción personal, con la esperanza puesta en que a López Obrador le sea imposible remontar la enorme campaña de descrédito desatada en su contra y entonces el actual jefe de gobierno quede como única opción posible, como beneficiario paciente de un seguro de vida política obligadamente cobrado. El tabasqueño persistente, a su vez, declara orgullosamente instalada la “organización nacional que necesitamos para la transformación del país”. Ahora sí tiene con qué defender un triunfo electoral, con 15 mil dirigentes, 2 mil 500 comités municipales y 2.5 millones de representantes.
En otras pistas del gran circo nacional, Fox insulta a los diputados federales que no logran demostrar el gran saqueo al erario que practicó a su arrasador paso por Los Pinos, en tanto su sucesor, Felipe Calderón, plantaba un ósculo en la mejilla de la señora Margarita para responder al coro peticionario de asistentes a un acto oficial conmemorativo de maternidades. Un momento conyugal de picardía aterrizada en una caricia de superficie.
Y, mientras Emilio Gamboa (el político XHEG, por su permanente sintonía con los intereses de las grandes televisoras) se acomoda en su nuevo nicho futurista de la CNOP, ocupado hasta ahora por el tamaulipeco Marco Antonio Bernal, miembro destacado del equipo principal de Manlio Fabio Beltrones, ¡hasta mañana, con esta especie de semifinal feliz en Día de las Madres, con Lisette Farah llegando a acuerdos con su esposo para recuperar a la hija sobreviviente!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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