Peleada ley
Gloria Muñoz Ramírez
Cumplió 32 años el pasado 22 de mayo y son los mismos que llevan las mujeres defendiéndola. Se trata de la ley 194 que en Italia reglamenta la interrupción voluntaria del embarazo antes de que se cumplan 90 días. Han pasado más de tres décadas de su aprobación, y la Iglesia católica no se ha rendido. En la práctica ha logrado disminuir los beneficios de esta peleada ley.
Con un pastel gigantesco colocado en la Plaza Trilussa, el movimiento feminista en Roma celebró el cumpleaños de una ley que ganaron en las calles en la década de 1970, durante una época de conquistas sociales, de creatividad y de movimiento libertario. Por primera vez, recuerda Teresa, “el movimiento feminista empezó a decir que lo personal es político”.
La embestida contra la 194 no es nueva. Incluso los gobiernos de centro izquierda la atacaron, poniendo en duda las conquistas de las mujeres a decidir ellas mismas cuándo y cómo ser madres.
Tras la aprobación de la ley bajaron considerablemente los feminicidios domésticos y la violencia contra las mujeres, pues no se trata únicamente de una ley sobre la interrupción del embarazo, sino de mejores condiciones para las mujeres. Hoy, cuenta Teresa, en Italia matan cada tres días a una mujer, ya sea el marido o el amante. Hay un retroceso alarmante.
Un apartado de la 194 indica que en cada municipio debe haber un centro de atención de salud para mujeres, en el que puedan asesorarse y recibir apoyo en caso necesario. Con ello se logró bajar el índice de abortos, pues el lema del movimiento era claro: “contracepción para no abortar, aborto libre para no morir”.
Actualmente han cerrado muchos de esos consultorios o han cambiado su gestión, pasando a asociaciones católicas que, por supuesto, rechazan el aborto o dar píldoras.
Una gran manta en la plaza romana da la bienvenida a la píldora RU486, pastilla que se vende desde hace 20 años en Europa, pero apenas ahora ha sido aprobada en Italia. La pastilla interrumpe el embarazo sin intervención quirúrgica y, a pesar de ser legal, ha sido bloqueada por el Ministerio de Sanidad, pues, advierten las mujeres, “el peso del Vaticano es muy fuerte”.
Es muy importante, confirma Teresa, el peso de la religión en la sociedad civil italiana. Es algo que existe “pese aun a la severa crisis de legitimidad que atraviesa la Iglesia católica en todo el mundo”.
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