viernes, 25 de febrero de 2011

Astillero



Falsa justicia imperial

¡Oh, narcos en EU!

Mandatarios en el negocio

Izquierda descuadrada

Julio Hernández López

DÍA DE LA BANDERA. Felipe Calderón, durante la ceremonia en el Zócalo capitalino. Al acto asistieron el ministro Juan N. Silva Meza, los legisladores Carlos Ramírez Marín y Manlio Fabio Beltrones; así como los secretarios de la Defensa y de Marina, Guillermo Galván y Francisco Saynez, entre otros funcionariosFoto Jesús Villaseca
Revelaciones por necesidad. De pronto, como si no hubiera historia, el gobierno gringo se da por enterado de que en su territorio se han asentado miles de representantes comerciales del negocio binacional de las drogas y realiza una redada incruenta: cientos de mexicanos detenidos y millones de dólares decomisados (sin la profusión de sangre y el terror que la administración calderonista ha impuesto en México como marca distintiva, obligatoria, de la casa, como para demostrar EU que la guerra” se puede hacer de otra manera).

Súbito ataque gringo movido no por un afán justiciero, que si tal fuera no estaría condicionado a circunstancias coyunturales, sino por un ánimo de venganza ejemplar a causa del agente migratorio y aduanal caído en días pasados en San Luis Potosí. Los mexicanos aprehendidos ayer en EU lo fueron no por narcotraficantes, sino en represalia contra Los Zetas y en busca de jefes a los cuales castigar; si no hubiera pasado nada en Ojo Caliente, San Luis Potosí, el negocio seguiría funcionando como si nada, acá y allá.

Duelo de premuras turbias. El calderonismo establece una marca de rapidez sexenal cuando encuentra a un Piolín sin jaula y lo presenta como supuesto asesino del agente extranjero Jaime Zapata. Decenas de miles de expedientes se acumulan, entre ellos algunos de alta sensibilidad social, pero ninguno pareciera ser tan importante ni requerir premura esclarecedora como el del policía estadunidense.

Sin embargo, para no quedar atrás en esa competencia de botepronto, los gringos saltan para enfrentar a la contraparte que sabidamente opera desde muchos años atrás y a nombre de diversos cárteles en el territorio de las barras y las estrellas donde se realiza el consumo sustancial de las mercancías estupefacientes. Sócrates Rizzo, el ex gobernador de Nuevo León que ha revelado lo que todos saben pero se niegan a aceptar públicamente (es decir, el papel rector de las presidencias priístas de la República en el manejo del tráfico de drogas), bien podría haber hecho sus claridosas declaraciones en inglés y refiriéndose también a los gobiernos estadunidenses, que de manera sostenida han visto beneficios económicos para elites políticas y empresariales a partir de esos bisnes que envician, tendida y sostenida también una red oficial de protección para el ingreso y la distribución de los narcóticos y para la inserción maquillada de los frutos monetarios de esas operaciones al sistema financiero imperial.

En México, una de las aristas del escándalo pasa por el hecho de que el presunto asesino del agente Zapata ya había sido encarcelado y puesto en libertad. A Calderón le gusta endilgar esos hechos, fácilmente manipulables, a los jueces, como si el aparato de procuración de justicia dependiente del Poder Ejecutivo fuera limpio, eficaz y congruente. Todo lo contrario, los primeros pasos pervertidos en el proceso judicial suelen ser dados por los policías, los agentes del Ministerio Público y los procuradores y sus plantillas burocráticas cercanas. Desde allí se siembran errores o se obstruyen cursos para que más delante los abogados mafiosos hagan ver a los jueces lo enojados que se pondrían sus poderosos clientes si en el Poder Judicial no se reconoce que algo venía mal de origen. Desde luego, el citado Poder Judicial, de arriba a abajo, aporta su propia e importante cuota de corrupción. Pero es una falacia oportunista encajar todo en el casillero de los jueces, sobre todo si se ve, como en el caso, que la propia PGR no empujó el caso del Piolín para que éste fuera mantenido en prisión.

En otro ámbito, el de las candentes pugnas de la izquierda electoral mexicana, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ha emergido como un peculiar presunto árbitro de las diferencias cupulares que ponen en riesgo al PRD tal como lo conocemos. Ya que su propio hijo Lázaro declinó la posibilidad de presidir el comité nacional del sol azteca, ahora el padre asoma al ring negro y amarillo para tratar de meter orden en una batalla descuadrada en la que López Obrador anuncia que pensará en otro candidato en el estado de México si Alejandro Encinas no acepta asumir tal postulación, decidido como dice estar a no aceptar los resultados de la encuesta marca Los Pinos que decidirá si en esa entidad clave van unidos el PRD y el PAN, y decidido también a no dejar el partido del sol azteca ni ser propuesto a la gubernatura mexiquense por el PT, Convergencia y el lopezobradorismo con licencia perredista.

Astillas

Renato Flores Cartas, gerente de Comunicación Corporativa de Telmex, hace saber a esta columna que “Grupo Carso no retiró su publicidad de Tv Azteca, sino que la televisora se negó a venderle espacios publicitarios al Grupo si Carso no ofrece un trato privilegiado en materia de tarifas de interconexión para las empresas del grupo Azteca Iusacell/Unefon. Carso se negó a acceder a estos términos de Tv Azteca, que además de ser contrarios a las regulaciones en materia de telecomunicaciones, pretendían que Telmex y Telcel dieran un trato discriminatorio al resto de los operadores. Como dijo Tv Azteca en su comunicación, estaríamos encantados de que nos vendiera la publicidad a precios con el justo aumento de 4.5 por ciento correspondiente a la inflación con el mismo monto de inversión ejercido con esa empresa el año pasado. Asimismo, como ellos aseguraron, estaríamos encantados de que la tarifa que cobra Iusacell a Telmex por la terminación de llamadas bajo el esquema el que llama paga fuera la misma que esa empresa le paga a Telcel por la interconexión entre sus redes”... Hoy, a las 19 horas, en el auditorio Bernardo Quintana, durante la Feria Internacional del Libro con sede en el Palacio de Minería, será presentado en sociedad el Anuario 2010 de La Jornada, con la participación de Luis Javier Garrido, Luis Linares, Blanche Petrich y un tecleador astillado de cuyo nombre esta columna no ha de acordarse... Y, mientras Fóxitl se acomoda con el priísta que supuestamente le había robado la elección en Hidalgo, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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