Irregularidades bicentenarias
Sobrepagos y subcontrataciones
Asignaciones por la libre, sin licitación
Carlos Fernández-Vega
Sobrepagos y subcontrataciones
Asignaciones por la libre, sin licitación
Carlos Fernández-Vega
Si el denominado Coloso” del Bicentenario (aquel esperpento que costó millones de pesos y terminó arrumbado) horrorizó a la ciudadanía, entonces los resultados de la revisión de la cuenta pública 2009, realizada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) enfurecerán a los mexicanos por ser quienes, sin consulta alguna, pagaron hasta el último centavo de los excesos multimillonarios de las fiestas patrias organizadas por el calderonato.
En dicha revisión, cuyos resultados se divulgaron ayer, la ASF detectó un cúmulo de irregularidades cuya responsabilidad atribuye “en términos generales y respecto de la muestra auditada, a la Secretaría de la Función Pública, al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, porque no cumplieron con las disposiciones normativas aplicables a la gestión financiera del Fideicomiso del Bicentenario”, ante lo cual el “Coloso” sería el menos feo de todo el enjuague relacionado con las fiestas patrias.
Entre tales anomalías se cuentan las siguientes: desde 2008 (dos años antes de los festejos) se detectaron diversas irregularidades en la operación del citado fideicomiso, además de que existió inobservancia de la ley en los procesos de adjudicación y de subcontratación, y se formalizaron contratos sin definir características específicas de los bienes o servicios, por lo cual se consideró necesario realizar una auditoría.
En enero de 2010 se transfirieron al Fideicomiso del Bicentenario 600 millones de pesos para incrementar su patrimonio, “no obstante que no requería recursos adicionales, puesto que al 31 de diciembre de 2009 el fideicomiso contaba con recursos disponibles por mil 695.66 millones y sus compromisos por pagar en ese año, de acuerdo con diversos contratos bianuales celebrados durante 2009, que incluyen los principales eventos de las conmemoraciones de 2010, ascendían a mil 437.53 millones”.
La sustitución del Banco Nacional de Comercio Exterior por Banejército como fiduciario del Fideicomiso del Bicentenario “se realizó sin que se justificara, ya que sólo se argumentó que Bancomext no brindaba los servicios suficientes para solventar las necesidades del fideicomiso, sin precisar a qué servicios se refiere ni acreditar que, en su caso, este fiduciario manifestara incapacidad o limitaciones para realizar alguna encomienda. De la comparación de los contratos no se desprende que al fiduciario sustituto se le hayan encomendado atribuciones superiores a las del fiduciario sustituido; no obstante, los honorarios anuales pactados con Banejército son superiores en 2 mil 208.5 por ciento a los pagados a Bancomext del 9 de octubre de 2007 a febrero de 2009. El director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) participó en el convenio de sustitución fiduciaria suscrito el 20 de febrero de 2009, donde se asentó que ello fue conforme a la encomienda del titular del Ejecutivo federal (…); sin embargo, no se proporcionó evidencia documental de dicha encomienda”.
En 2009 “no se contó con reglamentos interiores de la comisión organizadora y de los consejos asesor y asesor internacional, y no se presentó evidencia de la instalación de dichos consejos. Ante ese vacío normativo la elaboración del programa base y su transformación a Catálogo Nacional de Proyectos se realizó de manera unilateral por el coordinador de asesores (en 2007) y por la coordinación ejecutiva (en 2009), respectivamente; es decir, sin la participación de la comisión organizadora ni del consejo asesor. En 2009, la coordinación ejecutiva transformó el programa base, el cual contenía 18 proyectos, a Catálogo Nacional de Proyectos, el cual consta de 27 proyectos, sin que se demostrara que para ello se contó con la autorización de la comisión organizadora, la cual tenía dentro de sus atribuciones la preparación del programa base. Además, se identificó que el Catálogo Nacional de Proyectos no define el calendario de actos y demás expresiones conmemorativas que deben efectuarse, ni relaciona a detalle los eventos por realizar”.
Respecto de los pagos efectuados por el Fideicomiso del Bicentenario a TURISSSTE en el ejercicio 2009, por concepto de los servicios integrales relacionados con los “relojes de cuenta regresiva”, no se presentó evidencia de que se dio el mantenimiento (informes de supervisión) a los relojes instalados en Michoacán y Morelos; en los casos de Colima, Guanajuato y Nuevo León no se localizaron los informes de agosto, noviembre y diciembre, además de que en Sonora y Yucatán, en ambos casos, en octubre se localizaron dos informes con diferente situación de los relojes, en uno se señala que el reloj se encuentra en buen estado y en otro que se encuentra en reprogramación. Con motivo de las visitas efectuadas por la ASF durante 2010 a diversas entidades federativas de la República Mexicana, se detectó que los relojes instalados en los estados de Coahuila, Durango e Hidalgo no estaban funcionando.
Se confirmó que para cumplir con las obligaciones contraídas TURISSSTE subcontrató el 100 por ciento de los servicios con otras empresas; además, en nueve de los 11 contratos se observó que antes de la aprobación por parte del comité técnico del fideicomiso, ya se tenía contemplada la contratación por medio de esa entidad y ésta, a su vez, con las referidas empresas. Por los montos de cada contrato debieron realizarse licitaciones públicas y en un caso invitación a cuando menos tres personas, “por lo que se considera que las contrataciones con TURISSSTE se realizaron para eludir los procedimientos de contratación establecidos por la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, sin que se aseguraran al Estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”.
Se cancelaron actos programados y pagados; no se concluyeron obras como el Arco del Bicentenario y, en fin, la fiesta siguió (los interesados pueden consultar el documento íntegro en www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2009i/Tomos/Tomo2/2009_0341_a.pdf)
Las rebanadas del pastel
En síntesis, el “Coloso” del Bicentenario fue un esperpento, pero el negocio, una maravilla.
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