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martes, 18 de octubre de 2011
México SA
Débito y vulnerabilidad
A intereses, 2.5 billones
Deuda en tiempos del PAN
Carlos Fernández-Vega
Si realmente el problema fue superado” (Fox dixit), “resuelto” (Salinas dixit) o se encuentra “en niveles históricamente bajos” (Calderón dixit), entonces todo indica que el pago de 2.5 billones de pesos (alrededor de 200 mil millones de dólares) por concepto de intereses, comisiones y gastos de la deuda pública es un mundo de dinero que no coincide con el alegre diagnóstico de los citados declarantes, pues ese es el monto erogado por los dos gobiernos panistas en sus poco más de diez años de garantizar alegría y bienestar para los mexicanos, a lo largo de los cuales todo ha resultado de maravilla, aunque sea en el discurso.
De acuerdo con la estadística oficial, a lo largo de la última década, la panista, 2 billones 518 millones de pesos salieron del erario para cubrir intereses (la rebanada más gruesa), comisiones y gastos de la deuda del sector público federal, a razón promedio de 29 millones de pesos por hora, un hecho concreto que impide reivindicar el discurso de la dupla Fox-Calderón, quienes probablemente se fueron con la finta en febrero de 1990, cuando el entonces inquilino de Los Pinos, Carlos Salinas, aseguró que el del débito público era un problema “resuelto”.
La estadística que se cita –gubernamental, por cierto– documenta exactamente lo contrario, aunque con dichos o sin ellos son los mexicanos quienes, les guste o no, pagan puntualmente por los excesos cometidos. En este contexto, con el fin de “identificar posibles riesgos que afecten negativamente la economía del país”, la Auditoría Superior de la Federación analizó la estructura y comportamiento de tal débito durante el calderonato, y entre sus conclusiones destaca que en el periodo 2006-2010, la relación de la deuda total del sector público presupuestario (SPP) como porcentaje del PIB reporta un incrementó de 54 por ciento, resultado principalmente del reconocimiento de los pasivos de Pidiregas como deuda directa a partir de 2009 (que significó 4.6 puntos porcentuales del PIB) y del creciente endeudamiento interno.
La deuda pública bruta total, apunta la ASF, “ha crecido a un ritmo mayor que la economía, con excepción de 2010, lo que indica un deterioro en sus niveles de sostenibilidad y puede presionar a mediano plazo la calificación de riesgo país, el costo financiero y el acceso al financiamiento en los mercados local e internacional. La relación entre la deuda bruta total del SPP y los ingresos ordinarios del SPP (petroleros, tributarios y no tributarios del gobierno federal, más los de entidades de control presupuestario directo) presentó un deterioro para la sostenibilidad fiscal, ya que de representar esta deuda 98.4 por ciento de los ingresos ordinarios en 2006, pasó a 146.2 por ciento en 2010, lo que indica una disminución de la capacidad de pago”.
Lo anterior tampoco sostiene la tesis del actual inquilino de Los Pinos, en el sentido de que la deuda pública se encuentra “en niveles históricamente bajos”. Por el contrario, tales niveles (interno y externo) se ubican en un máximo histórico, por mucho que la Auditoría Superior de la Federación indique que el costo de la deuda del SPP con respecto a los ingresos ordinarios –que mide la capacidad del gobierno para pagar dicho costo con fuentes internas– “presentó una tendencia favorable, ya que mientras en 2006 representaba 11 por ciento, en 2010 se redujo a 8.6 por ciento, lo que refleja un menor ritmo de crecimiento del costo financiero en relación a los ingresos”. Sin embargo, para cubrir la creciente deuda y sus voluminosos intereses hay que quitar recursos a sectores social y económicamente estratégicos, toda vez que la captación fiscal ni de lejos crece a la par que el endeudamiento.
En lo referente a la vulnerabilidad de la deuda generada por variables exógenas, explica la ASF, se tiene que la deuda externa bruta del SPP como porcentaje del PIB mostró una “tendencia fluctuante” de 2006 a 2008, “para incrementarse de manera importante en 2009 y 2010”. La relación deuda externa bruta del sector público federal (SPF) –que incluye el débito del gobierno federal, los organismos y empresas de control presupuestario directo e indirecto, y la banca de desarrollo, considerando los activos del sector público– frente a las exportaciones, que muestra el nivel de carga sobre las exportaciones o sobre la capacidad de generar divisas, registró una tendencia positiva, con excepción de 2009, lo que indica una propensión a elevar la capacidad para generar divisas, aprovechando el incremento en los precios de las materias primas, en particular del petróleo. En el ámbito interno se presentaron riesgos de vulnerabilidad, reflejo del incremento de la deuda (reconocimiento de los pasivos de Pidiregas como deuda directa, que antes de la crisis nunca fue reconocida como tal) en que incurrió el gobierno y de la caída de la producción.
En el primer semestre de 2011 el saldo de la deuda neta del sector público federal se incrementó casi un punto porcentual con respecto a diciembre de 2010, principalmente como resultado del crecimiento de la deuda interna, ya que ésta como proporción del PIB se elevó 1.1 puntos porcentuales, mientras el componente externo disminuyó 0.3 puntos porcentuales. Y a la actual administración le resta poco más de un año para seguir endeudando a los mexicanos. El saldo de la deuda interna neta del SPF al primer semestre del año superó los 3 billones de pesos, y se incrementó en casi 172 mil millones respecto del cierre de 2010. Los usuarios de esta deuda fueron el gobierno federal, con 93.3 por ciento del total, organismos y empresas con el 5.6 por ciento, y la banca de desarrollo, con 1.1 por ciento. Al cierre de junio pasado, el débito externo superó los 111 mil millones de dólares.
Entonces, de que se paga se paga, pero toda apunta a que el problema de la deuda pública ni de lejos está “resuelto” ni “superado”, y menos se encuentra “niveles históricamente bajos”.
Las rebanadas del pastel
No es novedad, pues le sucedió en 2008 y por la misma causa, es decir, por negar la realidad. De acuerdo con los propios diputados panistas participantes en la negociación del paquete económico para el próximo año, la Secretaría de Hacienda deberá modificar a la baja su proyección para 2012, comenzando por la de crecimiento y el precio de la mezcla petrolera de exportación. El viento arrecia, la temperatura baja, ya comenzó a llover, pero en Los Pinos no se quitan gafas oscuras, traje de baño ni chanclas de playa.
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