jueves, 1 de octubre de 2015

México SA

Crece deuda 50 por ciento
Saldo histórico, y contando
Bailleres ya tiene petróleo
Carlos Fernández-Vega
E
n este México en decaimiento (versión actualizada de la frase original de EPN) lo único que realmente reporta alza constante es el saldo de la deuda pública, interna y externa, el cual mes tras mes registra nivel histórico sin que de forma concomitante se vea favorecida la población que, quiéralo o no, es la que paga.
La Secretaría de Hacienda divulgó ayer su informe mensual de finanzas y débito público, y en él se documenta que entre enero y agosto del presente año el saldo de la deuda del sector público federal se incrementó la friolera de 30 por ciento, con lo que México nunca registró un débito tan elevado como el de ahora, aunque es necesario aclarar que el año aún no concluye, de tal suerte que el débito seguirá su avance sostenido.
Dicho porcentaje (15 veces superior al crecimiento de la economía mexicana) se traduce en un endeudamiento neto adicional por poco más de un billón 814 mil millones de pesos en los ocho primeros meses de 2015, el año de la austeridad, el amarre del cinturón y el recorte presupuestal.
Así es: al cierre de agosto pasado el citado saldo fue de 7 billones 757 mil 350.7 millones de pesos. Lo mejor del caso es que tanto el inquilino de Los Pinos como el ministro del (d) año se comprometieron a no endeudar más al país.
Y esa promesa la hicieron extensiva para 2016, aunque en la propuesta de presupuesto de egresos de la Federación para ese año queda claro que de cada peso en él considerado, casi 13 centavos corresponderá a endeudamiento.
En el detalle, la SHCP explica que de enero a agosto de 2015 el saldo la deuda externa fue cercano a 159 mil millones de dólares, 13 mil millones de billetes verdes más con respecto al cierre de 2014. Y el correspondiente a la deuda interna superó 5 billones 76 mil millones de pesos, 272 mil millones de bilimbiques adicionales, en el mismo comparativo.
Desde que el México en movimiento se instaló en Los Pinos el saldo de la deuda del sector público se ha incrementado 50 por ciento, al pasar de 5 billones 173 mil 147.4 millones de pesos el primero de diciembre de 2012 a 7 billones 757 mil 350.7 millones el 31 de agosto de 2015.
Entonces, al tradicional fardo que cargan los mexicanos, los que sí saben cómo gobernar les han añadido un bulto de 2 billones 584 mil 203.3, que ni para cuándo terminará de pagar, porque el endeudamiento corre que vuela. Total, ellos no lo pagan.
Por lo que al saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (la suma de todas las deudas) al cierre de agosto pasado alcanzó los 8 billones 242 mil 449.1 millones de pesos. Aunque el horno no está para bollos, los genios siguen endeudando a los mexicanos sin que a cambio obtengan un solo beneficio.
Y de que no está, hasta la siempre optimista Cristina Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, ya sonó las alarmas, pues advierte que el crecimiento de la economía mundial en 2015 será más débil que en 2014 (cuando de por sí fue débil), de tal suerte que, dijo, existen razones para estar preocupados. Se ha producido una fuerte desaceleración en el crecimiento del comercio global, y la rápida caída de los precios de las materias primas está presentando problemas a las economías basadas en los recursos naturales (la mexicana, por ejemplo). Así, según ella, muchos de los avances logrados pueden está ahora en peligro, lo que genera confusión y preocupación.
Donde hay preocupación real, por muchas sonrisas públicas, es en la venta petrolera de garaje, pues ayer, en la segunda licitación de la ronda uno, los encargados del expendio sólo lograron colocar tres de los cinco bloques ofertados.
En las dos licitaciones que hasta ahora se han realizado, 19 han sido los bloques ofertados, y de ellos sólo adjudicaron cinco, es decir, 26 por ciento del total, de tal suerte que la catarata de dólares que vendría tras la reforma energética se mantiene en lista de espera.
Eso sí, la evolución no deja de hacerle justicia al barón Alberto Bailleres, una de las fortunas Forbes del país, la cual, dicho sea de paso, tiene su base, y muy sólida, en el usufructo de los bienes de la nación, como en el caso de la minería.
Sin experiencia en el ámbito petrolero, Bailleres, por medio de su empresa Petrobal, recientemente creada, ya tiene su bloque de oro negro. Parece que al zar de la plata no le alcanzan para vivir las miles y miles de hectáreas para la explotación minera, concesionadas por el gobierno federal, ni el Palacio de Hierro, las aseguradoras, los toros de lidia y por si fuera poco el ITAM (prácticamente todo el gabinete proviene de ese semillero).
De allí la necesidad de clavarle el diente al oro negro otrora nacional, que para eso cuenta con Carlos Morales Gil, ex director de Pemex Exploración y Producción y ahora oficialmente bajo las órdenes del barón marca Forbes, quien es el encargado de dirigir la nueva empresa del susodicho.
En fin, La Jornada resume (Israel Rodríguez) que la Comisión Nacional de Hidrocarburos informó que los tres bloques adjudicados fueron para las empresas ENI (Italia), PanAmerican Energy y E&P hidrocarburos (Argentina), Fieldwood Energy (EU) y a Petrobal (México). Los dos restantes fueron declarados desiertos.
El primer contrato de la segunda licitación de la ronda uno fue asignado a la empresa italiana ENI para la explotación compartida de los campos Amoca, Miztón y Tecoalli, localizados en la cuenca del sureste.
El segundo, para la explotación del campo Hokchi, ubicado en la cuenca del sureste, fue adjudicado al consorcio argentino PanAmerican Energy y E&P Hidrocarburos. Y el tercero, que integra los campos Ichalkil y Pokoch, ubicados en la cuenca del sureste, fue para el consorcio encabezado por la estadunidense Fieldwood Energy y a la mexicana Petrobal.
Por cierto, ayer el barril mexicano de exportación se cotizó a 38.50 dólares.
Las rebanadas del pastel
Multimillonaria inversión deberá realizarse para atender la propuesta del maestro Francisco Toledo, la cual pugna por instituir la medalla al mérito político, que sería entregada al funcionario que menos escucha al pueblo. Pero son tantos y tan sordos, que se necesitaría una catarata de dinero para poder comprar todas las medallas. De entrada el pintor juchiteco ya nominó al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, y a su secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, pero de Los Pinos para abajo los candidatos son incuantificables.
Twitter: @cafevega

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