martes, 27 de octubre de 2015

Aurelio Nuño, el príncipe

Luis Hernández Navarro
A
taviado con una impecable guayabera blan­ca, el pasado 7 octubre Aurelio Nuño bajó del helicóptero que lo trasladó hasta el municipio de Pluma Hidalgo, Oaxaca, protegido por un enorme operativo policiaco. En lugar de ser recibido por los pobladores y maestros de la región, le dieron la bienvenida centenares de uniformados fuertemente armados, una decena de policías municipales, el alcalde y todo su cabildo.
En su primera visita a Oaxaca como secretario de Educación, Nuño Mayer llegó a la comunidad cafetalera de la costa oaxaqueña de unos 600 habitantes, conocida por cultivar un aromático de magnífica calidad, acompañado por el gobernador de la entidad, Gabino Cué; por Moisés Cruz, el antiguo policía que hoy dirige el nuevo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo), y por Javier Treviño, subsecretario de Educación Básica.
La ceremonia resultó desairada. No asistieron los profesores de Pluma Hidalgo. Estuvieron presentes apenas unos pocos niños para la foto y dos o tres padres de familia. Ante ellos, el secretario entregó las instalaciones de la escuela primaria de doble turno Héroes de Chapultepec/Evolución Social: seis aulas, dos baños, dos oficinas para los directores, un comedor y una barda.
Pero Nuño aprovechó la oportunidad para mandar un mensaje. En él, defendió la reforma educativa asociándola con la entrega de recursos a las comunidades. Y, como si la responsabilidad educativa no fuera competencia estatal, instruyó al subsecretario Treviño a empezar todo lo que se tenga que hacer para que esta escuela pueda estar incorporada al programa de la reforma educativa, y puedan aquí recibir estos recursos para que entre maestros y padres de familia puedan tomar decisiones conjuntas que puedan ayudar a mejor su escuela.
Ya encarrerado, como si fuera candidato en campaña electoral, se ofreció a gestionar ante el Presidente la designación de pueblo mágico a Pluma Hidalgo y apoyar la industria cafetalera local (http://goo.gl/Hbs9rP).
La visita mandó un mensaje a la clase política priísta oaxaqueña, enfrascada en una guerra salvaje por la candidatura a la gubernatura. Pluma Hidalgo no es terreno neutral. Mediante los caciques cafetaleros del PRI, es territorio de Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva. Director de Liconsa, ex diputado por el décimo distrito electoral (del que forma parte el municipio) y personero de Ulises Ruiz, Ramírez Puga aspira ser postulado por el tricolor para convertirse en mandatario del estado.
El impacto real del viaje de Nuño en la población del municipio y el magisterio estatal pudo verse días más tarde. El 19 de octubre, sin funcionarios estatales ni federales presentes, se efectuó una nueva inauguración de la escuela primaria Héroes de Chapultepec/Evolución Social. En lugar de ceremonias adocenadas, se celebró una concurrida y animada fiesta con tamales y café, cohetes y una banda de música. Asistieron más de 200 alumnos junto a sus padres, más de 20 profesores, el alcalde y su cabildo, el delegado sindical local y varios representantes de la sección 22. El mensaje de la comunidad no pudo ser más claro.
Algo similar aconteció con el paro magisterial del 12 de octubre pasado. Distintos funcionarios –el secretario incluido– aseguraron desde las primeras horas de la mañana que la medida había sido un fracaso y que en Oaxaca habían suspendido actividades sólo 65 por ciento de los docentes. La cifra es falsa. Fue una invención del Ieepo, institución que no tiene capacidad para saber qué sucede en las escuelas de la entidad. Lo cierto es que pararon más de 80 por ciento de los maestros de la sección 22, incluida la inmensa mayoría de los que laboran en la capital. Por si fuera poco, el tráfico en las principales carreteras fue desquiciado por los bloqueos.
La presencia de Nuño en Pluma Hidalgo y las cifras sobre la suspensión de labores el 12 de octubre fueron presentadas por distintos voceros oficiosos como evidencia de la derrota de los profesores oaxaqueños y de la reconquista por el gobierno federal de un territorio hasta ese momento perdido. También como señal de que el secretario tiene madera para conducir no sólo la enseñanza pública sino el país entero.
¡Fantasías! Más que la capacidad del secretario para desactivar la inconformidad magisterial, ambos hechos muestran la eficacia de una maniobra de comunicación operada desde Los Pinos. Y, de paso, un gran desconocimiento de la naturaleza de la resistencia docente.
El comportamiento de Nuño no es gratuito. Con los dos principales aspirantes a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República para 2018 desinflados, Enrique Peña Nieto se ha dado a la tarea de fabricar un relevo a marchas forzadas. Con Miguel Ángel Osorio Chong noqueado por la fuga del Chapo, y Luis Videgaray tocado por la reforma fiscal y la crisis económica, el secretario de Educación aparece como la pieza de relevo para heredar el trono.
El nuevo príncipe obra como tal. Pese a que formalmente es encargado del despacho presidencial, ha pasado por encima de la soberanía de los estados y les ha impuesto decisiones sobre política educativa que les competen a ellos. En los hechos, los gobernadores –formalmente electos por el voto ciudadano– reciben órdenes de un secretario de Estado. Por supuesto, ha contado para ello con el apoyo del mandatario.
Así, Nuño hace precampaña presidencial inaugurando y mejorando escuelas a cuenta del financiamiento futuro de los estados. Con los Bonos de Infraestructura Educativa, el secretario gastará, en tres años, 25 por ciento de los recursos del Fondo de Aportaciones Múltiples correspondientes a las entidades por los próximos 20 años.
Por supuesto, él niega tener aspiraciones presidenciales. Estoy en campaña, pero por la reforma educativa... no tengo más futuro ni más mañana..., responde cuando lo inquieren sobre el asunto. Sin embargo, más allá de sus palabras, su comportamiento tiene un objetivo central: heredar el trono.
Twitter: @lhan55

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