jueves, 16 de junio de 2016

Maestros de la CNTE resisten de día en las calles y de noche en la Ciudadela

En el campamento se observa organización para todas las actividades

Emir Olivares Alonso
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de junio de 2016, p. 9
Largas hileras de tiendas de campaña se extienden sobre la superficie de la plaza de la Ciudadela. Semejan decenas de iglús (aunque coloridos) alineados de manera estratégica para ahorrar espacio y guardar el calor. Son altas horas de la noche y los cientos que ahí pernoctan buscan algún aliado que ayude a mitigar el frío: abrigos, cobijas, abrazos o el fuego de alguna hoguera encendida en el que se prepara la cena.
El pasado 26 de mayo la resistencia magisterial instaló en este histórico sitio, cuyo neoclásico edificio fue construido entre 1793 y 1807, un plantón –que ha crecido con el paso de los días– como un método de presión para que el gobierno federal acepte negociar y discutir la pertinencia de la reforma educativa.
Por la noche hay guardias constantes, ya que se vive en una especie de alerta naranja ante la posibilidad de que se les desaloje de un espacio público por cuarta vez con el uso de la fuerza pública. No es casual la exagerada organización: estánencapsulados por decenas de policías capitalinos.
Acostumbrados a la refriega, ya sea en sus lugares de origen o en la capital del país, los maestros se dicen seguros de algo: No claudicaremos. Los operativos no nos espantan. Si nos desalojan, nos volvemos a plantar, afirmó el profesor José, del municipio Las Margaritas, Chiapas.
La Jornada realizó un recorrido por la plaza de la Ciudadela la noche del martes, y además de la celosa vigilancia, también se pudo corroborar una impecable organización para la repartición de víveres, para la limpieza y la cocina, y hasta para la recreación.
No se trata de pasar el tiempo, sino de aprovecharlo, aseguró uno de los mentores que estaba atento a la proyección en una de las tantas carpas de la películaPan y Rosas, del director Ken Loach, protagonizada por Adrien Brody y Pilar Padilla.
Fortunato, profesor de Guerrero, calificó de falaces las declaraciones del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, de que son pocos profesores los que participan en paro (que inició el 16 de mayo). Vamos al estado, a las escuelas, y verá que más de 90 por ciento están cerradas.
No son los policías su máxima preocupación. Lo que realmente incrementa el nivel de alarma son los días de lluvia, los más difíciles, aceptan. “Cuando el agua arrecia no hay nada qué hacer. Quien quiere dormir no puede, prender fuego es imposible y no se diga cocinar. Pero como dice la consigna: ‘ni la lluvia ni el viento detendrán al movimiento’”, aseguró con pícara sonrisa la maestra Tere, de Michoacán, mientras sumergía una concha en un ardiente atole.
Dirigentes de la CNTE estimaron que hasta esa noche participaban en el plantón un millar de educadores, sobre todo de Guerrero, Chiapas, Michoacán y Oaxaca, y confiaron que esta semana se sumen muchos más.
Un par de vecinos solidarios se acercaron para cooperar con algo de despensa y cobijas. No ocultaron sus risas al toparse con las decenas de caricaturas que cuelgan en los campamentos donde se hace mofa y crítica de la postura del titular de la SEP, Aurelio Nuño.
También hay presencia de ambulantes que venden comida (ricas tlayudas oaxaqueñas por ejemplo), artículos escolares y electrónicos, tenis pirata, mochilas y bancos portátiles. Se informó que la CNTE usa el apoyo solidario de estos comerciantes para sostener el plantón.
Una noche más comienza a quedar atrás. Algunos se retiran para dormir un poco, otros son los encargados de las guardias, muchos más escuchan algo de música, dialogan y planean las acciones del siguiente día. Pero el agradecimiento generalizado es para Tláloc, pues esta noche, pese a sus amenazas, los dejó descansar de la lluvia

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