Por más de 10 horas golpean con cucharas las vallas metálicas
Ayer por la tarde Andrés Manuel López Beltrán se unió al cerco que integrantes de Morena mantienen en la sede del Senado Foto María Luisa Severiano
Emir Olivares y Karina Avilés
Periódico La Jornada
Lunes 9 de diciembre de 2013, p. 10
Lunes 9 de diciembre de 2013, p. 10
Las vallas metálicas colocadas en torno al Senado se transformaron en el instrumento perfecto con el que se presentó, sin interrupción alguna, una ensordecedora sinfonía de rechazo a la reforma energética. Al grito de
¡México, México!y a punta de cucharazos –en lugar de cacerolazos–, cientos de ciudadanos golpearon la muralla metálica por más de 10 horas continuas.
Hasta el cierre de esta edición, los manifestantes ocupaban uno de los carriles de Paseo de la Reforma con carpas y tiendas de campaña, y seguían con el golpeteo a los muros de metal.
El presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Martí Batres, informó que no se pretendía bloquear la avenida, por lo que solicitaron al gobierno de la ciudad de México que la fuerza policiaca
se pegue más a la pared, para que podamos colocarnos en la banqueta y no estorbar.
Jóvenes y adultos –en particular ancianos–, universitarios, maestros y trabajadores respondieron a la convocatoria de Morena para
defenderlos recursos del país, en lo que marcó el quinto día consecutivo –el
más exitoso, según palabras de Batres– del cerco a este recinto legislativo. Y entrada la noche, se decidió que se pernoctaría esta madrugada.
Alrededor de las 17 horas llegó al cerco Andrés Manuel López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador, y recorrió todos los puntos de la protesta, agradeció el apoyo de los ciudadanos e informó que pernoctaría en el sitio. La gente le mostró su apoyo y solidaridad para el ex candidato presidencial, quien la semana pasada sufrió un infarto al miocardio.
Para la autoridades federales y locales no bastaron las gigantescas vallas metálicas, sino que se desplegó un operativo con cientos de policías, que incluyó agentes federales, del cuerpo de granaderos del Distrito Federal y de la Bancaria e Industrial.
La estrategia policiaca se extendió con los muros de acero desde la esquina de Insurgentes y Reforma hasta Lafragua. En avenida de la República se formaron cientos de uniformados; además, calles de la colonia Tabacalera, como Madrid, Vallarta y parte de Antonio Caso también fueron amuralladas para evitar que los manifestantes pudieran acercarse.
La valla no fue obstáculo para los cientos de personas que se congregaron en el cerco. Poco antes de las 10 de la mañana aparecieron cucharas, tornillos, monedas, piedras, palos y hasta bastones, con los que se causó unestridente concierto en lo que algunos denominaron la
sinfonía de la valla metálica.
Con el transcurso de las horas, los decibeles subieron en intensidad. La gente no paraba, era tal su arrojo que mujeres y hombres estaban bañados en sudor. Algunos incluso se lanzaban con los puños, palmas de las manos o de plano a patadas contra el cerco, como una manera de canalizar el enojo que las causa
este robo a la nación.
La larga jornada se convirtió en una festiva protesta. Unos caminaban a lo largo de Paseo de la Reforma con pancartas con diversos mensajes y las fotografías de algunos senadores:
(Roberto) Gil (PAN), se busca por traición a la patria, “Ni PRI ni PAN, ni chuchos; la izquierda somos muchos”.
Una vez que se alertó sobre la permanencia, los manifestantes comenzaron a colocar carpas, a sacar cobijas, jorongos, bolsas de dormir y todo aquello que pudiera mitigar el frío que se esperaba en la madrugada
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