martes, 24 de junio de 2014

Guerrero: el asedio contra la CRAC-PC

Luis Hernández Navarro
A
cosadas por el gobierno y divididas internamente, las policías y los sistemas de justicia comunitarios de Guerrero viven una grave crisis. Una tras otra se han sucedido detenciones arbitrarias de sus dirigentes, formación de policías rurales auspiciadas por el gobierno y graves agresiones de un grupo contra el otro.
Hace una semana, el 17 de junio, policías ministeriales de Guerrero detuvieron y golpearon brutalmente al vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota, Marco Antonio Suástegui Muñoz. Se le señala como probable responsable en la comisión de diversos ilícitos. Recientemente Marco Antonio organizó un grupo de autodefensa en la zona rural de Acapulco, con el apoyo de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC).
Este fin de semana, diputados de PRD, Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo solicitaron al gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre, intervenga en favor de la líder de la policía comunitaria de Olinalá, Nestora Salgado. La comandanta Salgado está injustamente detenida en la prisión federal femenil de Tepic y ha sido víctima de graves violaciones a sus derechos.
El 20 de junio, 18 comunidades de la sierra recibieron en el municipio de Leonardo Bravo, con flores y una fiesta, a la primera generación de policías rurales del estado. Esta nueva fuerza armada es una iniciativa del mandatario para frenar la expansión de los policías comunitarios auténticos.
Un día después, la facción de la CRAC-PC dirigida por Eliseo Villar Castillo intentó tomar violentamente la sede histórica de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, en la que participan sus detractores. Al menos un policía comunitario murió.
El grupo de Eliseo Villar tiene el apoyo del gobernador Ángel Aguirre. La relación entre ambos es estrecha. Cuenta el periodista Sergio Ocampo que el mandatario declaró que Eliseo lo apoyó en su campaña, le regaló un becerro, es su amigo y ahora él va a corresponderle. Así lo ha hecho. Su facción, además de tener las puertas abiertas en distintas oficinas gubernamentales, recibe alrededor de un millón de pesos al mes.
El conflicto tiene una historia tras de sí. En 2013, la CRAC sufrió una fuerte implosión. La cohesión interna se resquebrajó y distintos grupos y dirigentes disputaron la conducción del movimiento y la interlocución con el Estado. Las corrientes se atacaron rabiosamente y se lanzaron a la cara graves acusaciones: paramilitares, agentes del gobierno y traidores. En los hechos se perdió el rumbo y la esencia del proyecto original.
En sus 19 años de vida, la CRAC ha sufrido tres rupturas. La primera, con el grupo que se reivindica como pueblos fundadores, fundó la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg) en 2010, fue expulsado de la coordinadora, y en junio y en septiembre de 2013 trató de tomar sin fortuna la Casa de Justicia de San Luis Acatlán. La segunda, también en 2013, producto del choque entre comunidades de Tixtla, Olinalá y Ayutla, que siguieron una dinámica de movilización social más radical. Y la tercera, resultado de una severa fractura dentro del equipo dirigente de la Casa de Justicia.
La intervención del gobierno estatal ha sido un factor clave en la gestación y exacerbación de las contradicciones internas de la coordinadora. Las autoridades buscan domesticarla a como dé lugar, quitarle su filo autonomista e imponerle su agenda a golpe de cañonazos financieros y represión. Los gobiernos local y federal desean desaparecer por todos los medios los espacios de resistencia a la invasión minera en la zona. Curiosamente, todas las partes en pugna admiten que el gobierno fomenta el pleito interno.
El trágico enfrentamiento del pasado 21 de junio es el último eslabón de la tercera ruptura. Originalmente sus protagonistas formaron parte del mismo grupo. De hecho, fue la disputa de ellos con el equipo dirigente de la Upoeg la que le abrió la puerta a Eliseo Villar para conducir la CRAC. El temor de que llegara gente de la Upoeg al frente de la coordinadora los llevó a promover a un personaje duro para enfrentarlos, descuidando sus tradiciones. Eliseo era esa figura: un policía sin larga trayectoria comunitaria.
La fractura dentro de este grupo se produjo cuando Eliseo Villar instauró una agenda muy pragmática y muy empatada con los intereses del estado, enfrentando a un sector de comunidades mayoritario en San Luis Acatlán, asesorados por Valentín Hernández Chapa y Pablo Guzmán.
Según Abel Barrera, la agenda de Eliseo al frente de la coordinadora está guiada por la búsqueda de apoyo a proyectos productivos, el incremento de los recursos económicos que les da el gobierno estatal y la obtención de dinero para la construcción de las casas de justicia, armamento y uniformes. Esta orientación tuvo como resultado final el que el tema más político, el de cómo fortalecer un modelo de seguridad de los pueblos desde su propia cosmovisión y autonomía, quedara desdibujado. Villar empezó a manejar ese recurso sin transparencia ni rendición de cuentas. Sus opositores lo acusan de malversar 740 mil pesos. Adicionalmente, se negó a luchar por la libertad de los líderes comunitarios presos.
Eliseo Villar fue destituido por sus detractores en una asamblea efectuada el 31 de marzo de 2014. El coordinador depuesto negó la validez del acto y dijo que sus adversarios eran minoría.
Quienes desconocieron a Villar –explica Abel Barrera– son parte de una variopinta coalición de consejeros, coordinadores, comisarios, ex comisarios –líderes históricos de la región de la Costa-Montaña–, que tiene mayor claridad sobre el sentido original del proyecto. Sus ejes de acción consisten en tener coordinadores realmente supeditados a la decisión de las asambleas; nombrar a las policías en las comunidades; respetar y cumplir del reglamento interno, y promover la reducación de quienes delinquen.
El acoso gubernamental sobre la policía comunitaria de Guerrero avanza. El intento de tomar la Casa de Justicia de San Luis Acatlán histórica por el grupo de Eliseo Villar no es más que la última jugada para lograr este propósito.
Twitter: @lhan55

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