Es el primer paso para construir un país de libertades: Hernández Gamundi
A la vanguardia de la movilización iban miembros del Comité 68 y varios participantes en la marcha reprimida el 10 de junio de 1971. También acudieron maestros, estudiantes y organizaciones civiles Foto Carlos Ramos Mamahua
Arturo Sánchez y Laura Poy
Periódico La Jornada
Sábado 11 de junio de 2016, p. 10
Sábado 11 de junio de 2016, p. 10
No olvidar es la condición para tener justicia y libertad, y a 45 años del halconazo esa fue la idea con la que estudiantes, maestros y ciudadanos salieron a marchar ayer y recordaron que los hechos del 10 de junio de 1971 siguen impunes.
Esta marcha tiene el mayor de los sentidos, porque es necesario pedir el cese de la impunidad que protege a los poderosos, que es el primer paso para avanzar a la construcción de un país de libertades, dijo en el Zócalo Félix Hernández Gamundi, del Comité 68, a quien correspondió abrir el mitin con el que se exigió justicia para las víctimas del jueves de Corpus.
Afirmó que México vive una
crisis terrible de los derechos humanos y no lo podemos permitir. Tenemos que sumar voluntades hasta construir un modelo nuevo de país. Si no lo hacemos saliendo a las calles y levantando todos la voz, vamos a dejar el espacio libre para que avance el proyecto de militarización y autoritarismo que se está imponiendo.
La manifestación salió a las cuatro de la tarde de las afueras de las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en el Casco de Santo Tomás, el mismo lugar de donde partieron los estudiantes agredidos por el grupo paramilitar los Halcones en 1971. Los de ayer eran unos 300 cuando comenzaron la caminata, pero dos horas más tarde, cuando llegaron a la Plaza de la Constitución, eran unos 2 mil 500.
Adelante iba el Comité 68 y varios de los entonces estudiantes que participaron en la marcha reprimida en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez. Detrás de ellos iban alumnos del IPN, en su mayoría adolescentes de las vocacionales.
Las calles son nuestras, dijeron los jóvenes cuando pasaron por el Metro Normal, donde los del comité recordaron la agresión de policías y la de los halcones con palos y armas de fuego.
También participaron maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), así como organizaciones sociales, entre ellas el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Los organizadores llamaron en todo momento a mantener una marcha pacífica. A la altura de Puente de Alvarado, antes de llegar a las instalaciones del Partido Revolucionario Institucional capitalino, se integró un grupo de jóvenes vestidos de negro, la mayoría con el rostro cubierto.
Granaderos y policías de tránsito del Gobierno de la Ciudad de México realizaron el seguimiento constante del contingente, al igual que los medios de comunicación. En diversas ocasiones los jóvenes intentaron evadir la vigilancia, lo que resultó inútil, pues el grupo fue rodeado por los uniformados.
Al llegar al primer cuadro de la ciudad, los muchachos de negro corearon consignas y sacaron una manta que decía
No a la reforma educativa. Cuando llegaron a la Plaza de la Constitución, poco antes del inicio del mitin central, y vieron que se mantenía la vigilancia sobre ellos, decidieron quitarse las prendas negras detrás de una manta y dispersarse.
Salvador Almanza, secretario de organización de la sección 18 de Michoacán, dijo en el mitin en nombre de la CNTE:
Venimos aquí para decirles que estamos con ustedes, dispuestos a salir a las calles a marchar juntos en defensa del país. Agregó que el movimiento magisterial mantiene una lucha
no por heredar plazas ni por miedo a la evaluación; tampoco porque queramos preservar privilegios. Esta es una lucha contra todas las reformas estructurales que nos han sumido en la violencia, la pobreza y el desempleo.
Hernández Gamundi señaló que este año el 10 de junio debe ser
punto de inflexión donde decidamos organizarnos y luchar por la construcción de un nuevo país, de un nuevo modelo de desarrollo con justicia, libertad, democracia, igualdad, educación y servicio públicos para todos.
Al atardecer, frente a Palacio Nacional una lluvia suave acompañó a los manifestantes, quienes sólo pudieron ocupar un tercio de la plancha del Zócalo, debido al escenario para el concierto masivo que se dará este sábado, el cual permaneció en constante resguardo de los uniformados.
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