martes, 14 de julio de 2020

México SA

Crece salario: sí, pero no // Mexicanos daltónicos
E
n materia salarial, dice el presidente López Obrador, los incrementos durante su mandato (16 y 20 por ciento, nominal, en 2019 y 2020, respectivamente) han sido de proporciones no vistas en tres décadas, para así recuperar el ingreso de los trabajadores en el periodo neoliberal, aunque reconoce que tal indicador se mantiene bajo. Con todo, considera que la entrada en vigor del T-MEC mejorará la economía de los trabajadores, porque llegará inversión a México y demandará más mano de obra, y al haber oportunidades de empleo tiene que aumentar el salario por las mismas condiciones del mercado.
Bien, pero como dicen los clásicos, sí… pero no. Sin duda, el ingreso de los trabajadores mejoró con los citados incrementos, pero el poder adquisitivo real de los salarios se mantiene en la lona, mientras una de las constantes del tratado comercial (llámese TLCAN o T-MEC) ha sido la llamada competitividad mexicana, o lo que es lo mismo, salarios entre 10 y 15 veces menores a los que se pagan en Estados Unidos y Canadá.
Con todo y los aumentos nominales al salario mínimo de 2019 y 2020 (se espera que esa política se mantenga a lo largo del presente sexenio), el actual poder adquisitivo real sí es el mayor de las últimas tres décadas (46.35 pesos), pero resulta inferior al registrado en 1958 (48.89 pesos), es decir, 62 años atrás, al cierre del sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, y muy alejado del punto más elevado, que se observó en el primer año del gobierno lopezportillista (112.91 pesos). Recuérdese: poder adquisitivo real, no salario nominal.
Para dar idea de qué se trata, vale mencionar que al concluir el sexenio de Lázaro Cárdenas el poder adquisitivo real del salario mínimo era de 78.37 pesos. Con Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán se desplomó, y a partir de Adolfo Ruiz Cortines comenzó la recuperación, que llegó a su pico en el gobierno de López Portillo. A partir de ahí, en picada.
Lo anterior lo documenta el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM (CAM, uno de los más serios de la máxima casa de estudios), el cual advierte que durante el periodo neoliberal la clase trabajadora mexicana ha padecido una política salarial regresiva que ha tenido como consecuencia, sobre todo en los últimos 15 años, un proceso de contracción en el nivel real de su ingreso.
No sólo eso, porque las plazas laborales con mejor paga paulatinamente han desaparecido. Por ejemplo, documenta el CAM, en 2005 los trabajadores con ingreso de entre cero y tres salarios mínimos sumaban casi 24 millones, pero en el primer trimestre de 2020 el número se disparó a cerca de 41 millones (un aumento superior a 70 por ciento). Por otro lado, en 205 aquellos con un ingreso mayor a tres salarios mínimos sumaban alrededor de 13 millones, pero el cierre del primer trimestre de 2020 ese universo se había reducido a poco más de 5 millones, lo que representó una caída mayor a 60 por ciento.
Así, documenta el CAM, existe un proceso de contracción salarial en por lo menos los últimos 15 años de neoliberalismo, que empuja a grandes segmentos de asalariados (que tenían ingresos mayores a tres salarios mínimos) hacia los dos primeros niveles que de uno a dos minisalarios. Ello es una pérdida significativa de su poder adquisitivo y de sus expectativas de un mejor nivel de vida, lo que provoca un incremento de la miseria. Ello, claro es, sólo en la economía formal, porque en la informal resulta todavía peor.
Con el neoliberalismo y el TLCAN, puntualiza el CAM, los trabajadores han visto deteriorado su salario real en por lo menos las últimas cuatro décadas; la flexibilización laboral motivó que el ingreso nominal creciera a ritmo muy bajo para que, como estrategia, el Estado ofertara mano de obra barata y productiva, reduciendo uno de los costos más importantes en la cadena de valor, en beneficio de los capitalistas.
Las rebanadas del pastel
Millones de mexicanos padecen daltonismo, porque muy verde ven el semáforo que ostentosamente tiene color naranja, tirando a rojo. No se espere, pues, una reducción de contagios.

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