miércoles, 25 de julio de 2018

México SA

Trump, rey del arancel // FMI: que siempre no
Carlos Fernández-Vega
D
elirante, Donald Trump grita a los cuatro vientos que ¡los aranceles son lo más grande!, por tratarse, según dice, de una estrategia comercial exitosa. Y desde que llegó a esa sesuda conclusión, el salvaje de la Casa Blanca ha puesto a parir al mundo globalizado, con sus principales socios entre los más dañados.
México y Canadá se cuentan entre las primeras víctimas de tal descubrimiento, con todo y que ambos respondieron con la aplicación de aranceles de la misma proporción. Siguió con la Unión Europea, China y contando, lo que ha trastocado el orden comercial internacional, pues cada golpe del inquilino de la Casa Blanca es devuelto por las naciones afectadas. Sin embargo, Trump sostiene la tesis de que o un país que ha tratado de forma injusta a Estados Unidos en negociaciones comerciales negocia un acuerdo comercial justo, o tendrá que enfrentarse a aranceles. Así de sencillo.
¿Quién decide qué es justo y qué no? El salvaje de la Casa Blanca, desde luego, el mismo que considera que su estrategia comercial ya rinde frutos, pues todos los países que nos han tratado injustamente durante muchos años vienen a Washington para negociar; esto debería haber ocurrido hace muchos años, pero, como reza el refrán, ¡mejor tarde que nunca!
El gobierno mexicano se ha limitado a devolver la cortesía (Trump decidió imponer aranceles al acero y el aluminio nacional) con la esperanza de que tal acción no entorpezca la de por sí complicada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la cual, dicho sea de paso, se encuentra empantanada.
En vía de mientras, el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados realizó una encuesta (Impacto del Incremento de Aranceles, de la que se toman los siguientes pasajes) para conocer el grado de conocimiento de los mexicanos sobre lo que Trump denomina estrategia comercial exitosa.
Después de describir el arancel como un impuesto o gravamen que se impone sobre un bien o servicio cuando cruza la frontera de un país, 63.9 por ciento de la muestra declara saber que a partir del primer minuto del pasado 1 de junio el acero mexicano, canadiense y europeo pagará un arancel de 25 por ciento para entrar a Estados Unidos; 5.1 por ciento no tiene conocimiento o no declara.
El 88.1 por ciento de la población encuestada sabe que México es productor y exportador de acero y aluminio, además de que 81.2 por ciento tiene conocimiento de que México exporta ambos productos a Estados Unidos.
Al referirnos al TLCAN como mecanismo de integración económica que supone la eliminación de todo tipo de barreras comerciales, 49.8 por ciento de la muestra cree que el alza arancelaria en el acero y el aluminio por parte de Estados Unidos sólo retrasará su firma; 20.3 por ciento, que definitivamente influirá para su cancelación; 12.7 por ciento, que no afectará para nada la firma, y 17.2 por ciento no sabe o no contesta.
Frente al escenario de una posible cancelación del TLCANy su impacto en la economía mexicana, 57.8 por ciento estaría dispuesto en apoyar al gobierno de México ante una posible crisis, aunque sus ingresos y poder adquisitivo se vean afectados; 65.4 por ciento cree que nuestro país debería poner impuestos a más productos que vengan de Estados Unidos, y 67.9 por ciento considera que México cuenta con la fortaleza para enfrentar las decisiones unilaterales de Trump.
Las rebanadas del pastel
¿Quién los entiende? En 2006 y 2012 gritaban por todas partes que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, pero ahora que, finalmente, este personaje arrasó en las elecciones de 2018, el Fondo Monetario Internacional (en voz de su director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner) asegura que no estamos preocupados por la llegada de AMLO a la Presidencia de la República, sino todo lo contrario. ¡Olé!
Twitter: @cafevega

No hay comentarios:

Publicar un comentario