sábado, 28 de julio de 2018

México SA

Pemex al borde del infarto // AMLO: rescate en puerta
Carlos Fernández-Vega
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▲ Accionistas aprobaron un acuerdo por 71 mil millones de dólares por el cual Walt Disney compró los activos de películas y televisión de Twenty-First Century Fox. La fusión reúne a las franquicias X-Men de Marvel y Avengers, y crea un coloso del espectáculo en la era del streaming digital.Foto Afp
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etróleos Mexicanos divulgó ayer su balance financiero y productivo correspondiente al primer semestre de 2018, y los resultados ponen los pelos de punta porque se asemejan a los que reporta un paciente en terapia intensiva al borde de un infarto fulminante.
Dramático panorama para la otrora superparaestatal, especialmente cuando se recuerda que la promesa oficial fue que la reforma energética fortalecería a Pemex y lo relanzaría al estrellato. Lástima, porque sucedió todo lo contrario, y los números rojos aparecen por todas partes en el citado balance.
De entrada, revela que en el periodo citado y en comparación con igual lapso de 2017, cayeron las principales estadísticas de producción: desde las relativas a crudo, condensados y gas natural (-6.7, -14.5 y -9.3 por ciento, respectivamente) hasta petrolíferos y petroquímicos (-28.5 y -26.7 por ciento, en cada caso).
En la primera mitad de 2018 la producción de crudo ligero se desplomó 18.6 por ciento, y la de superligero 1.2 por ciento. Solo la correspondiente a crudo pesado registró un incremento, si en realidad puede calificarse así: 0.2 por ciento. En conjunto, la caída se traduce en 134 mil barriles diarios menos. Lo mismo sucedió con la producción de gas natural, la cual se redujo 9.5 por ciento.
En producción total de petrolíferos todo fue caída: gasolinas automotrices, -29.6 por ciento; combustóleo, -23.6 por ciento; diésel, -31.3 por ciento; gas licuado de petróleo, -35.2 por ciento; turbosina, -20.5 por ciento, y otros (gas seco, gasóleos, aceite cíclico ligero, aeroflex, asfaltos, coque, extracto furfural, lubricantes y parafinas) -34.5 por ciento.
Por lo que toca a la producción de petroquímicos es más fácil mencionar que de 20 productos sólo siete reportaron aumentos, aunque la producción total de desplomó 26.7 por ciento. Se registran casos, como el del amoniaco, con caídas de 55.1 por ciento. En este sentido, el inquilino de Los Pinos prometió dos cosas: mayor producción de amoniaco para fertilizantes más baratos. Sucedió exactamente lo contrario.
Sólo para dar una idea del deterioro, en 2013 Pemex producía 2 millones 522 mil barriles de crudo por día; para junio de 2018 tal producción a duras penas llegó a un millón 846 mil barriles, es decir, un desplome cercano a 27 por ciento.
Al cierre de junio pasado, el activo total de Petróleos Mexicanos sumó 2 billones 132 mil 708 millones de pesos, mientras el pasivo total ascendió a 3 billones 679 mil 543 millones. En castellano simple, eso quiere decir que la empresa productiva del Estado está en quiebra técnica. Además, reporta una deuda superior a 104 mil millones de dólares. Qué bueno que con la reformaenergética Pemex se fortalecería.
Dada la delicada situación de Pemex, es de vital importancia el anuncio que ayer hizo Andrés Manuel López Obrador: “se definieron cuatro proyectos estratégicos prioritarios para rescatar al sector energético, con una inversión de 175 mil millones de pesos para el próximo año; extraer petróleo y gas con urgencia; rehabilitar las seis refinerías existentes; construir una nueva en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, y producir más energía eléctrica y no cerrar las plantas de generación de la CFE… No queremos alarmar, pero hace 14 años la producción era de 3.4 millones de barriles diarios, y en la actualidad es de 1.9 millones, es decir, hemos perdido 1.6 millones diarios en producción; es una tendencia a la baja porque se abandonó al sector energético y la industria petrolera; si no actuamos con urgencia tendríamos problemas de falta de producción de petróleo a corto y mediano plazo” (La Jornada, Alma E. Muñoz y Fabiola Martínez).
Las rebanadas del pastel
Feliz, Enrique Peña Nieto anuncia que la modernización del TLCAN podría firmarse en agosto. Qué bueno, pero no explica cuál sería el precio, porque los gringos no piensan modificar las cláusulas más onerosas para México. Entonces, ¿a cualquier precio, con tal de presumir un final feliz?

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