Gustavo Leal F*
Después de heredar minusvalías” reales anuales netas de 8.7 por ciento durante 2008, Moisés Schwartz fue designado funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, finalmente, sustituido por Pedro Ordorica como nuevo presidente de la Consar.
En un cuadro de oligopolización, donde de 21 pasaron a ser sólo 15, se estima que –en el corto plazo– los fondos de pensiones en manos de las Afore sumen 1 billón 200 mil millones de pesos. Sobre esta colosal masa de recursos opera, ahora, la comisión “única” sobre saldo, después de la desaparición de la de flujo. Otro de los “legados” de Schwartz.
Como negocio, en 2009, las Afore duplicaron sus utilidades netas: 4 mil 887 millones de pesos. Pero el rendimiento real que otorgaron a los trabajadores, dueños de los fondos pensionarios que les administran, apenas alcanzó 5.6 por ciento anual neto.
Oscar Franco, presidente ejecutivo de la Amafore, lo explica así: las Afore son compañías de giro único. Sus ingresos “sólo provienen de comisiones y aquellos productos financieros” que derivan de los recursos que invierten en las Siefore. Cuando hay resultados adversos para ellas –como en 2008–, a las Afore “también les impacta y eso es lo que explica el incremento de utilidades en 2009 respecto a 2008”. Y en efecto, los ingresos –sólo por comisiones sobre saldo– crecieron 14.5 por ciento. Las Afore Principal, Inbursa y Azteca registraron los incrementos más fuertes, mientras Pensionissste y Metlife fueron las únicas que sufrieron caídas.
Pero todavía quieren más, porque Eduardo Silva, también desde la Amafore, y su vocera, Vanesa Rubio, insisten en que las aportaciones de los trabajadores mexicanos son “de las más bajas del mundo”: 6.5 por ciento los de la iniciativa privada (IMSS) y 11.3 los servidores públicos (ISSSTE). “En México –subraya Silva–, la calidad de la pensión no es la óptima: cabildeamos con legisladores la necesidad de incrementar la aportación de los del IMSS a por lo menos 11 por ciento”.
A pesar de las ganancias de los que administran los fondos, las preocupaciones respecto al más que nublado “futuro” del nivel pensionario de los dueños de esos fondos –derivado de las fallas en la modalidad mexicana de capitalización individual– crecen también por el negativo impacto de la imprudente “reforma” calderonista (febrero 2009), que impuso a los trabajadores retiros por motivo de desempleo desde su propia cuenta individual. Un año después, las cifras de retiro resultan escalofriantes y se aproximan a la macabra realidad del mercado laboral que el calderonismo (Javier Lozano) intenta sistemáticamente escamotear.
Durante 2009 se realizaron ¡un millón 197 mil! disposiciones en efectivo por desempleo desde las Afore: más de 90 por ciento por encima del año previo. El monto global de los retiros, 6 mil millones de pesos, ascendió ¡161 por ciento! respecto a los 2 mil 300 millones de pesos utilizados para el mismo fin en 2008. En promedio, cada solicitante dispuso de 5 mil pesos de su cuenta individual para “enfrentar” el desempleo. Los retiros afectan las semanas cotizadas e impactan negativamente sobre el nivel de la pensión.
A tal grado cunde la preocupación que, ahora, el propio Silva estima que México no puede utilizar los recursos en Afore “para financiar” el desempleo, porque “se deteriora la calidad de las pensiones”. Como “de por sí” los recursos que se aportan al sistema “son insuficientes”, él debe financiarse, agrega “por otra vía: un seguro o por impuestos generales”.
Después de las fallidas “reformas” de Zedillo y Calderón a IMSS e ISSSTE; después de la imposición de las forzosas cuentas individuales a los trabajadores de nuevo ingreso de la CFE y el IMSS, es más que urgente reformar esas “reformas” tecnocráticas.
El propio presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Uriel López, comunica que ya se contempla “llegar” a la pensión universal “pasando por la revisión del IMSS y el ISSSTE para ver cuál ha sido el comportamiento a partir de su cambio del esquema solidario a las cuentas individuales”.
Y Víctor Infante –desde Issstezac– denuncia que, aunque el Fondo de Apoyo para la Restructuración de Pensiones en manos de la SHCP dispone de 90 mil millones de pesos, “no se ha utilizado un solo peso porque las reglas de operación son excesivas”: los estados deben imponer cuentas individuales a las nuevas generaciones administradas por Afore o Pensionissste y definir mecanismos para que los trabajadores activos migren al esquema de las nuevas generaciones. Esos requisitos, puntualizó, “son insalvables”.
Tan urgente es reformar las reformas que hasta Joel Ayala, desde la FSTSE, demanda ahora la constitución de una “aseguradora financiera pública”, respaldada con los 100 mil millones de pesos que se ubican en el fondo de pensiones de los trabajadores al servicio del Estado, Pensionissste.
La propuesta contempla créditos personales a los trabajadores (activos y jubilados) equivalentes a 8 meses del salario, por un lapso de entre 8 meses y tres años, con una media de interés entre 13 y 14 por ciento anual. La gama de prestaciones se abriría también a sus seguros de vida y los de sus dependientes así como automóviles y vivienda.
Por supuesto que él “garantiza” que la FSTSE “no pretenda manejar esos recursos” Ello corresponde, puntualiza, a las “instituciones del Estado mexicano”.
¿Será el pistoletazo de salida para la inminente restatización de los fondos pensionarios?.
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
En un cuadro de oligopolización, donde de 21 pasaron a ser sólo 15, se estima que –en el corto plazo– los fondos de pensiones en manos de las Afore sumen 1 billón 200 mil millones de pesos. Sobre esta colosal masa de recursos opera, ahora, la comisión “única” sobre saldo, después de la desaparición de la de flujo. Otro de los “legados” de Schwartz.
Como negocio, en 2009, las Afore duplicaron sus utilidades netas: 4 mil 887 millones de pesos. Pero el rendimiento real que otorgaron a los trabajadores, dueños de los fondos pensionarios que les administran, apenas alcanzó 5.6 por ciento anual neto.
Oscar Franco, presidente ejecutivo de la Amafore, lo explica así: las Afore son compañías de giro único. Sus ingresos “sólo provienen de comisiones y aquellos productos financieros” que derivan de los recursos que invierten en las Siefore. Cuando hay resultados adversos para ellas –como en 2008–, a las Afore “también les impacta y eso es lo que explica el incremento de utilidades en 2009 respecto a 2008”. Y en efecto, los ingresos –sólo por comisiones sobre saldo– crecieron 14.5 por ciento. Las Afore Principal, Inbursa y Azteca registraron los incrementos más fuertes, mientras Pensionissste y Metlife fueron las únicas que sufrieron caídas.
Pero todavía quieren más, porque Eduardo Silva, también desde la Amafore, y su vocera, Vanesa Rubio, insisten en que las aportaciones de los trabajadores mexicanos son “de las más bajas del mundo”: 6.5 por ciento los de la iniciativa privada (IMSS) y 11.3 los servidores públicos (ISSSTE). “En México –subraya Silva–, la calidad de la pensión no es la óptima: cabildeamos con legisladores la necesidad de incrementar la aportación de los del IMSS a por lo menos 11 por ciento”.
A pesar de las ganancias de los que administran los fondos, las preocupaciones respecto al más que nublado “futuro” del nivel pensionario de los dueños de esos fondos –derivado de las fallas en la modalidad mexicana de capitalización individual– crecen también por el negativo impacto de la imprudente “reforma” calderonista (febrero 2009), que impuso a los trabajadores retiros por motivo de desempleo desde su propia cuenta individual. Un año después, las cifras de retiro resultan escalofriantes y se aproximan a la macabra realidad del mercado laboral que el calderonismo (Javier Lozano) intenta sistemáticamente escamotear.
Durante 2009 se realizaron ¡un millón 197 mil! disposiciones en efectivo por desempleo desde las Afore: más de 90 por ciento por encima del año previo. El monto global de los retiros, 6 mil millones de pesos, ascendió ¡161 por ciento! respecto a los 2 mil 300 millones de pesos utilizados para el mismo fin en 2008. En promedio, cada solicitante dispuso de 5 mil pesos de su cuenta individual para “enfrentar” el desempleo. Los retiros afectan las semanas cotizadas e impactan negativamente sobre el nivel de la pensión.
A tal grado cunde la preocupación que, ahora, el propio Silva estima que México no puede utilizar los recursos en Afore “para financiar” el desempleo, porque “se deteriora la calidad de las pensiones”. Como “de por sí” los recursos que se aportan al sistema “son insuficientes”, él debe financiarse, agrega “por otra vía: un seguro o por impuestos generales”.
Después de las fallidas “reformas” de Zedillo y Calderón a IMSS e ISSSTE; después de la imposición de las forzosas cuentas individuales a los trabajadores de nuevo ingreso de la CFE y el IMSS, es más que urgente reformar esas “reformas” tecnocráticas.
El propio presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Uriel López, comunica que ya se contempla “llegar” a la pensión universal “pasando por la revisión del IMSS y el ISSSTE para ver cuál ha sido el comportamiento a partir de su cambio del esquema solidario a las cuentas individuales”.
Y Víctor Infante –desde Issstezac– denuncia que, aunque el Fondo de Apoyo para la Restructuración de Pensiones en manos de la SHCP dispone de 90 mil millones de pesos, “no se ha utilizado un solo peso porque las reglas de operación son excesivas”: los estados deben imponer cuentas individuales a las nuevas generaciones administradas por Afore o Pensionissste y definir mecanismos para que los trabajadores activos migren al esquema de las nuevas generaciones. Esos requisitos, puntualizó, “son insalvables”.
Tan urgente es reformar las reformas que hasta Joel Ayala, desde la FSTSE, demanda ahora la constitución de una “aseguradora financiera pública”, respaldada con los 100 mil millones de pesos que se ubican en el fondo de pensiones de los trabajadores al servicio del Estado, Pensionissste.
La propuesta contempla créditos personales a los trabajadores (activos y jubilados) equivalentes a 8 meses del salario, por un lapso de entre 8 meses y tres años, con una media de interés entre 13 y 14 por ciento anual. La gama de prestaciones se abriría también a sus seguros de vida y los de sus dependientes así como automóviles y vivienda.
Por supuesto que él “garantiza” que la FSTSE “no pretenda manejar esos recursos” Ello corresponde, puntualiza, a las “instituciones del Estado mexicano”.
¿Será el pistoletazo de salida para la inminente restatización de los fondos pensionarios?.
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
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