Tania Molina Ramírez
Periódico La Jornada
Lunes 3 de diciembre de 2012, p. 7
Lunes 3 de diciembre de 2012, p. 7
La marcha contra la
imposición, que había partido de San Lázaro, iba por Paseo de la Reforma cuando, frente al hotel Meliá, cuyos cristales acababan de ser rotos, seis policías capitalinos detuvieron con violencia a un joven manifestante. Le tomaba una foto cuando se acercaron policías para intentar impedirlo. Al mismo tiempo, un empleado de seguridad del hotel me señaló:
Ella participó en los destrozos. Inmediatamente, una oficial me sujetó y me llevó detenida. Lo mismo hicieron con otras tres personas que simplemente caminaban con la marcha. A uno de ellos, un fotógrafo independiente, lo golpearon en el rostro.
–¿Por qué me detiene? –le pregunté a la agente. –Porque él te señaló –dijo.
Me dirigí al empleado del hotel: –¿Usted me vio hacer algo?
–Sí, estaba con ellos, también participó –respondió sin titubear.
–Soy reportera –le dije a la agente. Le mostré la credencial de La Jornada.
–Pero te están señalando –y me jaló hacia donde estaban los demás policías.
–¡Suéltela! ¡Suéltenla! –gritaban algunos manifestantes que se habían quedado a ver qué sucedía.
–¿Por qué me llevan? –le insistí a la agente.
–Porque te señalaron, repitió–. Yo no te vi hacer nada, pero te están señalando.
Un par de minutos después, mientras insistía, hasta insinuó que cuando nadie viera me soltaría.
Mientras, los agentes no dejaban que tomaran fotos de los detenidos. Nos llevaron al costado de una camioneta de la policía, como si se prepararan para trasladarnos. Ahí nos tuvieron unos minutos, hasta que un oficial se acercó y les ordenó que nos soltaran.
Todo sucedió después del enfrentamiento entre granaderos y un grupo de los manifestantes en la Alameda Central
No hay comentarios:
Publicar un comentario