Diputados y Ley de Ingresos
Aumento de 25 mil millones
Por mexicano, 60 centavos más
Carlos Fernández-Vega
T
oma forma el paquete económico para 2013, y entre los grandes logros que sobre el particular ya presumen los presurosos diputados destaca el aumento por ellos acordado (25 mil millones de pesos) con respecto al monto originalmente propuesto en la iniciativa de Ley de Ingresos enviada por el nuevo inquilino de Los Pinos. Rapidito y de buen modo, tales legisladores palomearon, en lo general y en lo particular, la petición peñanietista.
En menos que canta un gallo, en comisiones los diputados conocieron, desmenuzaron, modificaron y dictaminaron la iniciativa de Ley de Ingresos para 2013, para de allí pasar al pleno de San Lázaro, donde la propuesta de Enrique Peña Nieto salió triunfante (446 votos a favor, siete abstenciones y 19 en contra), con la única salvedad de aumentar 25 mil millones de pesos al monto originalmente propuesto por la nueva administración y redondear los 3 billones 956 mil 361 millones de pesos que estiman se captarán a lo largo del próximo año.
Dada la rapidez con la que aprobaron la citada iniciativa (que ahora pasa al Senado de la República) y el aparentemente voluminoso añadido por ellos autorizado, los inquilinos de San Lázaro se mostraron muy contentos, porque, aseguran,
así se demuestra que tenemos muchas ganas de hacer bien las cosas. Dicen que elogio en boca propia es vituperio, pero además, en el caso concreto de los diputados, también es exceso de entusiasmo o, de plano, falta de conocimiento.
Lo anterior, porque los 25 mil millones de pesos que le agregaron a la iniciativa de Ley de Ingresos (vía aumento en el precio promedio del barril petrolero de exportación y otras menudencias) en realidad resulta insignificante si se recuerda el abultado costo económico que implica poner en práctica la alegre cuan frondosa oferta social de Enrique Peña Nieto y partidos coaligados en el Pacto por México. De hecho, sólo el costo económico del seguro por desempleo que pretenden instaurar se elevaría a cerca de 45 mil millones de pesos considerando el salario mínimo vigente y el número oficial de desempleados en el país.
Pero aun sin tomar en cuenta la
paqueteríasocial contenida en el Pacto por México, el referido aumento autorizado por los inquilinos de San Lázaro se traduce en prácticamente nada al prorratearse esa aparentemente voluminosa cantidad entre los muchos millones de mexicanos. Si se hace la operación aritmética, resulta que 25 mil millones de pesos repartidos equitativamente entre los habitantes de este país se traduciría en la inconcebible cantidad de poco menos de 60 centavos diarios por cabeza, o si se prefiere 217.4 pesos anuales por mexicano.
Como punto de comparación, vale mencionar que 25 mil millones de pesos equivalen a lo que el gobierno federal gasta en apenas 37 días por pago de prestaciones a la burocracia, o igual, ya entrados en información masoquista, a lo que el propio gobierno federal gasta en 26 días para cubrir sus compromisos en materia de deuda (interna y externa). Nada que presumir, pues, pero los muchachos de San Lázaro están muy contentos por su decisión de aumentar el monto de la iniciativa de Ley de Ingresos para 2013. Se espera que, en breve, esa felicidad sea manifiesta entre los senadores de la República, luego de que aprueben la parte del paquete económico que les corresponde revisar (la revisión, modificación y aprobación del presupuesto de egresos sólo corresponde a los diputados).
Mientras los raudos senadores aprueban lo que les corresponde en lo que a paquete económico se refiere, la Cepal estimó que en 2012 el producto interno mexicano habría crecido 3.8 por ciento (estimación en línea con el cálculo del gobierno mexicano), con lo que se confirmaría –si es que alguien todavía duda del
navío de gran calado– que el sexenio calderonista fue el que reportó el peor resultado económico en los últimos cinco lustros: 1.86 por ciento como promedio anual.
El organismo especializado de la ONU advierte que por lo anterior el gobierno entrante
enfrenta el reto de dinamizar el crecimiento económico. Las reformas en diversos ámbitos, incluidos el fiscal, el sector energético y el aparato de gobierno, estarán dentro de sus prioridades. En noviembre, antes de asumir la nueva administración, se aprobaron cambios a la Ley Federal del Trabajo, que introducen nuevas modalidades de contratación y el esquema de pago por hora, regulan la subcontratación y modifican ciertos aspectos de la organización sindical, entre otras cosas. Como en las pasadas elecciones ningún partido obtuvo la mayoría absoluta de asientos en la Cámara de Diputados, el nuevo gobierno se verá obligado a negociar con los partidos de oposición la aprobación de nuevas iniciativas y el presupuesto anual del gobierno federal.
El PIB en los tres primeros trimestres de 2012 reportó una expansión media anual de 4.2 por ciento, aunque en el último de ellos creció a una tasa interanual de 3.3 por ciento (en comparación con 4.7 registrado en el primer semestre), con lo que entró en una fase de desaceleración, arrastrado por resultados económicos poco favorables de sus principales socios comerciales. La producción agropecuaria, forestal y pesquera anotó un incremento medio anual de 6.5 por ciento en los tres primeros trimestres, gracias a la recuperación después de los eventos climatológicos adversos ocurridos en 2011. Las manufacturas crecieron 5 por ciento con un impulso significativo de la industria automotriz. La construcción se expandió a una tasa media anual de 4.8 por ciento, con lo que consolida su recuperación iniciada en 2011. El sector servicios tuvo un incremento de 4.4 por ciento, destacando el dinamismo de los servicios financieros y seguros. Por su parte, la demanda agregada creció 4.6 por ciento en los dos primeros trimestres de 2012, impulsada por la expansión de la formación de capital y, en particular, por la inversión pública. El consumo mantuvo un dinamismo moderado. A pesar de ello, subraya la Cepal, el empleo formal no ha recuperado los niveles previos a la crisis. Para 2013, el organismo estima que la economía mexicana crecerá 3.5 por ciento, por debajo de los últimos tres años.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, sobre la austeridad y la realidad de un grupo de investigadores que labora en el gobierno:
ahora entendemos por qué no tuvimos aumento de sueldo en los dos sexenios panistas: nuestros salarios se destinaron a engrosar el sueldo del presidente de la República en turno. Y pensábamos que con Enrique Peña Nieto las cosas iban a cambiar, pero resulta que nos fue peor: 12 años sin aumento al salario, y ahora todavía nos van a quitar el 5 por ciento.
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