martes, 27 de enero de 2015

México SA

Empleo formal y magia
Cae el ingreso laboral
Calderón: ¿vivir mejor?
Carlos Fernández-Vega
C
on el bombo y platillo que la ocasión ameritaba, un par de funcionarios del gabinetazo peñanietista tomó el micrófono y presumió su bombón: en dos años el aumento del empleo formal duplicó el crecimiento económico, fenómeno que no ocurría desde que existe registro estadístico (José Antonio González Anaya, director general del IMSS) y, por si fuera poco, que el ambiente de paz laboral que han construido los sectores obrero y patronal, contribuyeron a que en 2014 se generaran 714 mil 526 puestos de trabajo formales, la segunda mayor en casi dos décadas (Alfonso Navarrete Prida, titular de la STPS).
Pues bien, cada quien sus fábulas, pero de entrada es necesario subrayar que, dado el raquítico comportamiento registrado en el primer bienio de EPN, cualquier cosa puede duplicar el crecimiento económico, amén de que el ambiente de paz laboral es resultante de la inexistencia de la representación obrera (salvo honrosas excepciones, el neoliberalismo arrasó con los sindicatos, a menos, claro está, que alguien crea que la CTM y conexos, que se niegan al aumento salarial, sean voces autorizadas por los trabajadores).
Con ganas de que no quede en el olvido el espectacular ridículo que mes tras mes protagonizó Javier Lozano Alarcón como secretario calderonista del desempleo (ahora lo hace en el Senado), el citado par del gabinetazo peñanietista destacó la generación de empleo formal y brindó por el éxito reformista, aunque mantuvo en la chistera el truco de su magia laboral, que no es otro que la formalización de empleos ya existentes… en la informalidad. Así, en los hechos, el número de plazas presumido por González Anaya y Navarrete Prida resulta menor en casi la mitad.
De acuerdo con las cifras del IMSS y de la Secretaría del Trabajo en 2014 se registraron en el Seguro Social 714 mil 526 nuevos empleos formales pero, de entrada, a ese monto hay que restarle más de 18 mil plazas eventuales del campo, que tradicionalmente no cuentan para la estadística. También eventuales, pero urbanos, se registraron 164 mil 179, mientras los permanentes sumaron 532 mil 297, una cantidad nada despreciable pero sí a todas luces insuficiente, como lo salarios que se pagan. Pero a este último monto hay que restarle entre 300 y 350 mil plazas ya existentes que sólo se formalizaron, no se generaron, de tal suerte que la calculadora peñanietista ya se parece a la foxista (sólo suma, nunca resta),
Como bien detalla el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, según datos del IMSS durante 2014 el número de trabajadores asegurados en dicha institución aumentó 4.3 por ciento con respecto a lo registrado en 2013. No obstante, la totalidad de tal cifra no representa nuevas fuentes de trabajo. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de los 714 mil asegurados durante el año pasado, entre 300 y 350 mil fueron por formalización de empleo, es decir, eran puestos de trabajo que ya existían, pero dejaron la informalidad, lo cual implica que prácticamente la mitad de las altas en el IMSS durante 2014 correspondieron a fuentes de trabajo de reciente creación.
Es usual que los gobiernos utilicen el maquillaje estadístico para fines propagandísticos en su intentona de adornar con flores y bombones resultados inexistentes (recuérdese a los cinco magos previos a EPN, entre ellos el autodenominado presidente del empleo), pero aquí se les pasó la mano, porque del universo de empleos generados presumido por el par de funcionarios citado líneas arriba, sólo la mitad, en el mejor de los casos, es atribuible a nuevos puestos de trabajo.
El CIEN detalla que si bien resulta positivo que más trabajadores ingresen al mercado formal, es necesario lograr avances más significativos ya que durante diciembre pasado la tasa de informalidad fue de 58.7 por ciento de la población ocupada, cifra ligeramente inferior a la registrada durante el mismo mes de 2013 (58.9 por ciento) y que todavía se ubica muy por encima del promedio de América Latina (47 por ciento). Ni hablar de los salarios pagados, porque en 2014 de nueva cuenta México destacó (en los últimos lugares) por ser uno de los tres países latinoamericanos (Costa Rica y Panamá complementan la lista) en los que disminuyó el ingreso laboral por ocupado (el dato es de la Cepal). En el resto de la región aumentó.
Por otro lado, apunta el centro de investigación, la tasa de desocupación en diciembre pasado fue de 3.8 por ciento en términos anuales, uno de los niveles más bajos en los últimos años. Sin embargo, la estructura de la desocupación no ha experimentado mejoras contundentes ya que el 41.4 por ciento de los desocupados corresponde a personas con un nivel de educación media superior y superior. Además, si se considera que cada año ingresan al mercado laboral alrededor de 450 mil estudiantes que culminan la universidad, de no generarse igual número de plazas laborales el problema de la desocupación para el sector de la población con mayor grado de preparación se tornará más complicado con el paso del tiempo.
El bombón, pues, es de azúcar amargo, porque es evidente que México no sólo requiere incrementar la creación de las fuentes de trabajo, sino mejorar su calidad. De ahí la necesidad de combatir de manera efectiva la inseguridad y la corrupción para generar un ambiente propicio para la inversión y la creación de empleos especializados, que aportan un mayor valor agregado a la economía y deben ser mejor remunerados, condición necesaria para elevar la calidad de vida de los trabajadores.
Las rebanadas del pastel
La Cepal no quita el dedo de la llaga: un factor que no ha permitido a México avanzar en la lucha de la pobreza multidimensional es el salario mínimo, el cual no ha aumentado en las últimas décadas. Así, reitera, nuestro país es el único en América Latina donde el mini ingreso resulta inferior al umbral de pobreza… Ya entrados en cifras dramáticas, los más recientes datos de esa misma institución especializada permiten detallar que con Felipe Calderón en Los Pinos el número de pobres en el país creció a razón de 5 por cada minuto que el susodicho permaneció en la residencia oficial, hasta acumular cerca de 15 millones adicionales en el sexenio que a los mexicanos prometió vivir mejor… Incontenible la caída del barril petrolero mexicano: ayer se cotizó a 37.77 dólares, y el billete verde a 14.90 bilimbiques.
Twitter: @cafevega

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