jueves, 22 de enero de 2015

Astillero

 Incidentes accidentales
 Inmuebles legalitos
 Renuncia en Morena DF
 Coco Manto y sus aforismos
Julio Hernández López
Foto
EN EL PALACIO LEGISLATIVO DE SAN LAZARO. Los senadores Javier Lozano, del PAN, y Blanca Alcalá, del PRI, con el diputado priísta Héctor de la Garza en la sesión de la Comisión Permanente en la que se aprobó solicitar al presidente Enrique Peña instruya al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, iniciar una consulta con el propósito de elaborar una propuesta integral para el desarrollo de los pueblos indígenas Foto José Antonio López
N
o se sabe si en referencia a lo publicado por The Wall Street Journal, y al volador estilo conyugal antes practicado, habrá apasionada conferencia expiatoria y regañona de parte de los pinos que dan sábila (planta ésta a la que, conforme al chistorete de viejo cuño, cada día le descubren más propiedades; nótese cómo esta columna conciliadora ha preferido referirse al aloe y no al nopal, también repleto de nuevas casas, perdón, propiedades, aunque riesgoso su uso en este crispado contexto político por cuanto a sus varias características, una de ellas viscosa).
Ha de suponerse que el asunto de la casita de descanso en Ixtapan de la Sal allí quedará, en función de que a varios altos funcionarios y sus familiares se les va haciendo callo en cuanto a revelaciones de negocios con gran tufo a corrupción y porque, según lo que desde las alturas creen ver, basta con algún comunicado de prensa, alguna declaración muy cuidada por la prensa bajo control o alguna campaña amable de políticos y comentaristas amistosos para condenar esas denuncias a la intrascendencia, al olvido.
En esta ocasión, Los Pinos hizo saber mediante boletín de prensa que en un marco de absoluta legalidad Enrique Peña Nieto se hizo de la residencia campestre del estado que gobernaba y de cuyo presupuesto una parte destinó al amigo que por puritita excepción buena onda acabó facilitando la encopetada adquisición de la casa ahora quemante. No es suficiente el supuesto apego a esa legalidad tan discutible. Desde luego, el político de Atlacomulco, tan apegado a la máxima hankista de que no debe haber político pobre, está obligado a demostrar que en su momento pudo acumular de manera honesta los recursos que le permitieron adquirir la construcción bajo sospecha.
Y, desde luego, se necesita el complemento de la legalidad, que es la legitimidad (con un gran componente de moralidad), y ésta no puede provenir de los arreglos para fines privados de un gobernante que recibe la propiedad de un inmueble de manos de un contratista que luego sería tan abundantemente beneficiado en el ámbito estatal inmediato y en el federal (Los Pinos) luego alcanzado por el mismo priísta ejecutivo que con esas operaciones de primitivismo contable y financiero ha dado muestras de una voracidad muy peligrosa, en especial cuando bienes de la nación como los energéticos (pero ni remotamente sólo estos) han sido puestos a disposición de trasnacionales, en un banquete de contratos, concesiones, comisiones, porcentajes y regalos varios que pueden darse conforme a estos usos y costumbres tan arraigados en la patrimonialista clase política mexicana.
El más reciente escándalo de casas de lujo con cargo a contratistas previsiblemente agradecidos tuvo ayer como irónico escenario, enmudecido en cuanto a lo develado por WSJ, la presentación de un programa de medidas de impulso a la vivienda que, según eso, tienen como propósito incentivar la construcción de casas y mejorar las condiciones de financiamiento y construcción. Resultó surrealista ver al beneficiario de casas y terrenos por donación o mediante entendimientos con grandes contratistas esforzarse por ofrecer expectativas positivas a los mexicanos que deben ocupar casas mal hechas, de reducidos tamaños, gracias a la corrupción que permite a esos empresarios destinar parte de sus ganancias a regalos a sus amigos políticos.
Tal vez todo quede resumido en la doctrina esbozada por el Chavo de Tuxtla, elChiapasperito Velasco que se dejó acomodar dos cariñosas palmadas en la mejilla gubernamental puesta para tratar de diluir el impacto de las imágenes anteriormente difundidas (tomadas cuarenta días atrás) en las que el verde Manuel maltrataba a su servidumbre burocrática. Dijo el temprano aspirante a la Presidencia de la Nueva España que el episodio de la caricia guajolotera a un empleado había sido unincidente accidental, es decir, un sin querer queriendo, según el lenguaje popularizado por el difunto Roberto Gómez Bolaños.
A tal elaboración teórica podrían acogerse todos los políticos cachados en circunstancias penosas e incluso presuntivamente delictivas. La Casa Blanca de la señora Rivera, la casa campestre del secretario Luis Videgaray, la casa de Ixtapan de la Sal del lic. Peña, la original asignación del tren chino, más lo que con toda seguridad se irá acumulando en lo que reste del sexenio, podrían ser clasificados benévolamente como meros incidentes accidentales. Gracias, Manuelito.
La renuncia del presidente de Morena en el DF se inscribe en el contexto de la lucha de grupos por la postulación de candidatos a puestos de elección popular. Eduardo Cervantes, el dimitente, fue originalmente defensor de los puros frente a los tachados de arribismo, y luego participó de las negociaciones para convencer a precandidatos de que declinaran en pos de una competitividad electoral definida por las cúpulas. Ahora ha dejado el cargo argumentando “diferencias insuperables con la dirección de facto en el DF”.
Hoy, a las siete de la noche, este tecleador participará, junto con el monero Antonio Helguera, en la presentación en Casa Lamm de Breverías (titipuchal de aforismos), de Jorge Mansilla Torres, escritor, periodista, humorista y poeta nacido en Bolivia y embajador en México del gobierno de Evo Morales de 2006 a 2012. En la portada de su libro, editado por La Jornada, se utiliza con tipografía destacada la nomenclatura de parapeto que Mansilla inventó frente a tiranías fascistas, Coco Manto. En el dizque prólogo, Mansilla-Manto establece que el aforismo no es picardía ni grosería. Es hija de la imaginación. Y la imaginación sirve para vestir a la verdad desnuda.
Y, mientras en Oaxaca se multiplican las protestas de profesores por la federalización de sus pagos y por el caso Ayotzinapa, ¡hasta mañana, con Navarrete diciendo adiós adelantado a Alejandro Encinas quien, según el líder perredista, hoy pasará a Morena!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

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