Meade y Rosita Alvírez
Recorte mata economía
Instituciones impúdicas
Carlos Fernández-Vega
L
a
buena, dice el secretario José Antonio Meade, que en 2018 el recorte presupuestal
será menor al aplicado en los pasados tres años; la mala, de acuerdo con la realidad, que de cualquier suerte el tijeretazo de nuevo impactará no sólo en la amplia gama de programas sociales, sino en el menguante monto de inversión productiva y, obvio es, en el de por sí famélico ritmo de crecimiento económico. Así, la alegre versión oficial parece inspirada en el drama de Rosita Alvírez, pues en Los Pinos y zonas dependientes celebran su buena suerte, porque de los tres tiros
nomásuno fue mortal.
Mientras en la residencia oficial siguen la fiesta, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, divulgó su análisis semanal, del que se toman los siguientes pasajes.
Standard & Poor’s mejoró su calificación crediticia para México debido a las medidas económicas que aplicó la administración pública para lograr los objetivos propuestos de consolidación fiscal. La calificadora espera que la deuda general del gobierno mexicano se mantenga alrededor de 45 por ciento del producto interno bruto durante 2017 y 2018, escenario que va en línea con las expectativas de la Secretaría de Hacienda, que declaró que no descarta nuevos recortes al gasto para consolidar su objetivo. Si bien estas medidas otorgan estabilidad en materia macroeconómica, también castigan el crecimiento económico de los próximos años.
Los ajustes a la baja en el gasto público tienen un impacto en la parte corriente, pero las adecuaciones más sustanciosas recaen directamente en el gasto en infraestructura; es decir, obras que en su mayoría impulsan el desarrollo económico en el largo plazo. Particularmente, en 2017 el desempeño de la inversión fija bruta ha reflejado un saldo negativo ya que durante los primeros cinco meses del año acumuló una caída de 1.3 por ciento respecto del mismo periodo de 2016. Además, el componente más deteriorado ha sido la inversión en construcción que en el mismo periodo exhibió una contracción de 4.3 por ciento afectado por el de- sempeño de la parte no residencial que acumula una caída de 8.2.
Los malos resultados en materia de inversión han comenzado a cobrar factura. En junio pasado la actividad industrial de nuestro país registró una disminución de 0.3 por ciento. La minería, que continúa sumergida en una crisis de la cual no se observan aún señales de mejora, cayó 7.5 por ciento y la generación de energía eléctrica 0.8; la construcción presentó avance marginal de 0.1, mientras que solamente las manufacturas repuntaron 2.3.
No obstante, al evaluar el desempeño acumulado de la primera mitad del año en curso, la situación se torna más complicada. Solamente las manufacturas (3.6 por ciento) se ubicaron en terreno positivo como consecuencia de la mejora alcanzada en los meses recientes en materia de exportación; la minería presenta la situación más crítica (desplome de 10.1 por ciento), seguida de la generación de energía eléctrica (-1.2) y la construcción (-0.1), que ya marca una ligera variación negativa debido a la escasa inversión que ha recibido.
Con los recortes al gasto público, el peso de la inversión recae en el sector privado. Sin embargo, las recientes encuestas de opinión empresarial reflejan que el elemento más deteriorado es, precisamente, el que incluye las expectativas en torno al momento adecuado para invertir. Además de la percepción general en cuanto a los elevados índices de corrupción e inseguridad, los empresarios también han tenido que hacer frente al incremento en los insumos de producción; tan sólo el precio de los energéticos en julio registró un aumento de 13.1 por ciento, lo cual se ve reflejado en tarifas eléctricas más altas y en costos de transportación mayores, por citar algunos ejemplos.
Ante tal escenario, la inversión enfrentará un panorama complicado en los próximos periodos. Los ajustes en el gasto público han servido para traer estabilidad en el corto plazo, pero éstos podrían generar un menor ritmo de crecimiento económico. Las consecuencias comienzan a hacerse visibles en la actividad industrial, que no ha reflejado una caída más pronunciada debido a los buenos resultados de las manufacturas, subsector que mantendrán a flote las actividades secundarias mientras las cifras en materia de inversión en construcción no tengan una mejora significativa. Es necesario que la industria nacional abandone el estado de letargo en el que se encuentra inmerso, castigando lo menos posible el gasto en infraestructura y propiciando las condiciones adecuadas para el clima de negocios, de lo contrario no se conseguirá un crecimiento económico sostenido.
En lo que respecta a las tendencias, la inversión fija bruta comienza a dar señales de una trayectoria positiva luego de las cifras de mayo. Sin embargo, un comportamiento similar había ocurrido durante la segunda mitad de 2016, que fue corregido a la baja posteriormente. De esta forma, todavía no se puede hablar de una recuperación en cuanto a la inversión, aunque resulta probable que en los próximos meses se presenten variaciones positivas en su desempeño. Aun así, la trayectoria de la tendencia de la inversión en construcción continúa siendo negativa, lo que permite inferir que dicho componente continuará presentándose como el más débil en materia de inversión en los próximos periodos. En cuanto a la tendencia de la inversión en maquinaria y equipo mantiene un movimiento ascendente, pero principalmente por los buenos resultados del componente importado, y no por consumo nacional.
Las rebanadas del pastel
A nadie sorprende la impúdica cara dura con la que actúa la supuesta autoridad (en todas sus modalidades). A tambor batiente un día sí y el siguiente también, pero en el caso de la trinca EPN-Emilio Lozoya-PGR de plano se lleva las palmas. Con todo, hay una lucha interinstitucional (de Los Pinos para abajo) que alcanza grado de ferocidad para ganar la medalla de oro, y en ese sentido Gerardo Ruiz Esparza va muy avanzado… Y si de desfachatez y obscenidad se trata, allí está el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdoba, presumiendo que en 2018 los partidos políticos recibirán un monto histórico de recursos públicos, a pesar de registrar el nivel más bajo de credibilidad y aceptación ciudadana de la ídem, algo que por lo demás les resbala porque casi 7 mil millones de pesos a repartir bien valen millones de mentadas de madre.
Twitter: @cafevega
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