Plantean en un manifiesto establecer un nuevo curso de desarrollo para el país
Se descuidó la economía interno y se destruyó una parte de la planta productiva, sostienen
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
Jueves 27 de septiembre de 2012, p. 8
Las premisas empleadas por los promotores de una reforma del mercado laboral mexicano que abarate los costos de operación de los empresarios, se sustentan en piso poco firme. “No se ha demostrado una relación clara entre flexibilidad del mercado de trabajo y creación de empleo, mucho menos una relación entre flexibilidad y productividad y crecimiento”, explica Jaime Ros, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los promotores de la reforma laboral que se discute en la Cámara de Diputados argumentan que la estructura legal del mercado de trabajo inhibe la creación de empleo.
Las causas están en otro lado, expone Norma Samaniego, miembro del Patronato Universitario de la UNAM y ex subsecretaria del Trabajo. “La atonía en la creación de empleo formal ha estado asociada a un largo descuido del mercado interno, a una destrucción de parte importante de la planta industrial, a la ausencia de una política clara para el agro y al retraimiento prolongado de la inversión pública en infraestructura”, menciona la también ex titular de la Secretaría de la Contraloría.
Es necesario reconocer que la “muy baja creación de puestos de trabajo es, en esencia, un problema de demanda laboral insuficiente, de débil crecimiento y de escaso acervo de capital”, señala el Manifiesto: lineamientos de política para el crecimiento sustentable y la protección social universal, documento publicado este año bajo el sello de la UNAM y firmado por 18 especialistas que plantean la necesidad de establecer un nuevo curso de desarrollo para el país.
Uno de los firmantes del documento, Jaime Ros, explica en la publicación que las reformas de mercado aplicadas en décadas recientes en México (como la apertura comercial, la liberalización financiera y de los flujos de capitales, la privatización de empresas públicas, entre otras) han sido profundas. “Si no han logrado mejorar el desempeño económico, resulta poco convincente argumentar que más de lo mismo es lo que se necesita.
“El problema fundamental que subyace en la débil creación de empleo es una insuficiente demanda de trabajo derivada de un crecimiento económico muy débil. En este sentido, la política macroeconómica y sectorial representan los instrumentos más poderosos para vigorizar la creación de empleo”, expone Norma Samaniego en un texto de su autoría que acompaña el manifiesto.
El manifiesto plantea, respecto del tema laboral, la necesidad de reconocer que el impulso al empleo no puede reducirse a la “mera flexibilización de la legislación laboral, ya que ello no sólo precarizaría más los puestos de trabajo, sino que implica cambios de fondo en la estrategia macroeconómica y sectorial”.
Los promotores de la reforma laboral enviada por el presidente Felipe Calderón al Congreso e impulsada por los organismos empresariales y sectores del PAN y del PRI, plantean, entre otros puntos, “flexibilizar”el mercado de trabajo, lo que significa que los empresarios tengan menores costos por contratar y despedir personal, como describió la semana pasada Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, también defensor de ese tipo de regulación.
El manifiesto, que incluye una amplia gama de propuestas sobre temas relacionados con el desarrollo del país. está firmado por Eugenio Anguiano Roch, Ariel Buira Seira, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Rolando Cordera Campos, Saúl Escobar Toledo, Gerardo Esquivel Hernández, Carlos Heredia Zubieta y David Ibarra Muñoz.
También lo suscriben: Leonardo Lomelí Vanegas, Mauricio de Maria y Campos, Ciro Murayama Rendón, Jorge Eduardo Navarrete López, Jaime Ros Bosch, Norma Samaniego Breach, Jesús Silva Herzog Flores, Francisco Suárez Dávila, Carlos Tello Macías y Enrique del Val Blanco.
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