martes, 7 de agosto de 2018

México SA

TLCAN, el cuento de nunca acabar// ¿Algún día se firmará el acuerdo?
Carlos Fernández-Vega
D
esde el arranque mismo de las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el 16 de agosto de 2017, la representación estadunidense dejó en claro que su intención no era retocar o maquillar el acuerdo trilateral, sino alcanzar importantes mejoras con el objetivo de reducir el déficit que para su país representaba mantener el mecanismo comercial.
Desde entonces no ha quitado el dedo del renglón, a un año de distancia entre los estires y aflojes de las presuntas negociaciones el gobierno del salvaje de la Casa Blanca es quien lleva la batuta, siempre con la amenaza de que si a las representaciones mexicana y canadiense no les gusta, allí está la puerta de salida.
Queda la impresión de que al inquilino de Los Pinos lo único que le importa es que la eventual firma de la modernización del TLCAN se concrete en su último tramo de gobierno, sin importarle mayor cosa el costo que eso implica para México. Su interés es llevarse la estrellita, porque está dispuesto a ceder en prácticamente todo. En esto de las negociaciones la oposición real y activa parece ser la de Canadá.
Desde el anuncio formal de que los tres países –por iniciativa de Trump– se sentarían a modernizar el TLCAN, la representación mexicana dejó en claro su urgencia por concretar el asunto lo más rápido posible, al insistir en la necesidad de que se diera antes de los comicios del primero de julio y siempre en la imaginaría de que el salvaje de la Casa Blanca era su amigo y socio. Ha transcurrido un año y nada, con todo y las sucesivas cesiones y concesiones de la representación mexicana.
En días recientes el cada vez menos convincente y más agotado secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, aseguró que es factible que antes de finalizar agosto –en el presente mes, pues– se firme la modernización del TLCAN. Sin embargo, ayer Jesús Seade, designado por Andrés Manuel López Obrador como su representante en las negociaciones del multicitado acuerdo comercial, dijo que en realidad podría concretarse hasta diciembre próximo.
El propio Seade sostiene que cuando se negocia, el silencio es el mejor aliado, pues lo importante es que salga bien y sea positivo para México. Pero con su prisa ansia el gobierno peñanietista siempre ha pretendido ganarle a la realidad y su manejo del calendario ha sido un desastre, siempre con ganas de aterrizar lo que aún se mantiene en el aire y a capricho de Donald Trump, quien un día sí y el siguiente también cambia las reglas del juego, mete ruido, chantajea y mucho más.
En vía de mientras, ayer el secretario Guajardo dijo que la representación mexicana ha puesto en la mesa de negociación del TLCAN una propuesta sobre reglas de origen de automóviles y estudia la presentada por la parte estadunidense.
La aclaración anterior era necesaria –versión oficial–, porque de acuerdo con el propio Guajardo y el jefe técnico de la representación mexicana en la mesa de negociaciones del TLCAN, Kenneth Smith, México no ha cedido o alcanzado algún acuerdo con Estados Unidos sobre el capítulo de reglas de origen en el sector automotriz y en el establecimiento de zonas de altos salarios al respecto; no hemos cerrado ni acordado ese capítulo todavía, hay muchos temas en la mesa y no podemos hablar de cómo avanza uno, sino cómo avanzan todos los temas.
Kenneth Smith insistió en que todos los temas de la negociación en materia automotriz siguen siendo discutidos y no ha habido ningún acuerdo en ninguno de esos rubros. Se discute con Estados Unidos los aspectos técnicos, las propuestas. México también argumenta y falta el componente canadiense.
Las rebanadas del pastel
Dice López Obrador que Carlos Slim es ejemplo de empresario exitoso en México y el mundo. Ajá, pero en buena medida ese éxito se debe a las cesiones y concesiones gubernamentales a lo largo de 36 años. ¿Se mantendrán?
Twitter: @cafevega

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