Elecciones bajo amenaza
No sólo en Guerrero y Oaxaca
El PRI de Salinas (Carmen)
Medios, negocios y poderes
Julio Hernández López
LOS ASPIRANTES. El presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, posa con los candidatos a diputados federales de su partido y del PVEM, que este miércoles solicitaron su registro ante el Instituto Nacional ElectoralFoto Roberto García Ortiz
S
on dos estados con alerta cantada y en evolución. Los familiares de los 43, es decir, el movimiento social que va con ellos, entregará este jueves al Instituto Nacional Electoral la exigencia formal de que no se realicen comicios en Guerrero. La demanda va más allá del mero trámite burocrático, pues conlleva la advertencia firme de que no permitirán tal proceso político quienes llevan seis meses en espera de que el Estado haga algo más que las fabulaciones de Murillo Karam y las convalidaciones de la teleprocuradora Arely Gómez. Y en Oaxaca la sección 22 del sindicato de profesores también ha instalado la tesis de que no habrá elecciones y, con ese propósito, se han comenzando a tender cercos en las oficinas organizadoras de los comicios y la red magisterial extendida por toda la entidad está puesta para boicotear la instalación de mesas receptoras de votos en tanto no se resuelvan sus pliegos petitorios gremiales.
En otras entidades (Michoacán y Tamaulipas, por dar ejemplos candentes, pero no sólo ellos) las amenazas contra las elecciones provienen de bandos del crimen organizado que tienen control pleno de regiones enteras y han llegado al asesinato de personal de oficinas públicas (el pasado 11 fueron muertos en Urique, Chihuahua, dos jóvenes que estaban en capacitación para ser encuestadores del Inegi). Además de esas presiones criminales contra la operación electoral en sí, los cárteles han asesinado a precandidatos y candidatos y hay claros indicios de que dinero de esos grupos, y la fuerza de sus órdenes de cumplimiento bajo amenaza de ejemplar castigo, acabarán definiendo resultados en las urnas o fuera de ellas.
Mientras tanto, la figura y el recuerdo de Luis Donaldo Colosio a la distancia, en su natal Magdalena de Kino, con César Camacho aprovechando la remembranza de lo funesto para hacer campaña en favor de Claudia Pavlovich Arellano, la candidata al gobierno de Sonora, en un acto sin mayores compromisos, apenas para cubrir las obligaciones de calendario, con los dirigentes locales del PRI como escenografía, en Sonora como sucedió en todos los estados, con ceremonias de bajo perfil, destinadas sólo a salvar el trámite.
Un año atrás, al cumplirse veinte del asesinato en Lomas Salinas (así tituló este tecleador un cuentecillo publicado en La Jornada Semanal sobre el candidato asesinado y los mentados hermanos Limas http://bit.ly/1gZ244n), todo era activismo conmemorativo, pero ahora (¿siempre?) las preferencias y los personajes a exaltar del peñismo-salinismo son otros. Por ejemplo, Carmen Salinas como la más notable de las propuestas del partido de tres colores para enriquecer la Cámara de Diputados, y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre como ejemplo de protección mafiosa a los compañeros de andanzas (políticas) y de compensaciones a trasmano, haciendo a algunos miembros de la pandilla capitalina candidatos a cargos legislativos, entre ellos la propia madre y también gerente del negocio de la basura (no sólo la política).
Dos visiones interesantes sobre el caso Aristegui y el factor del dinero. Una, de Emilio Lezama, quien apunta que “si el negocio de MVS o cualquier estación de radio o televisión fuera el público, el despido de Aristegui sería un suicidio. Pero en México vivimos bajo un capitalismo discrecional donde el verdadero negocio de los medios de comunicación radica en su cercanía al poder (…) Como se vive del presupuesto público y los medios son además una concesión gubernamental, la libertad queda aplastada entre los intereses económicos y la pragmática política” (http://bit.ly/1xfg1pB). Por su parte, Alejandro Navarrete plantea que
el tema del financiamiento es aún, en efecto, complicado para Internety recuerda que
los ejemplos de Gutiérrez Vivó o Pedro Ferriz de Con, líderes de la radio en su momento, evidencian con sus transmisiones por Internet que el impacto de transmitir en línea no iguala fácilmente al de los noticiarios en medios tradicionales, quizás debido a la calidad y costos de producción, pero también, tal vez, por los horarios y hábitos de consumo. Aun así, considera que “la tendencia hacia nuevos medios digitales parece inevitable. Y aunque los ‘modelos’ de financiamiento no estén del todo listos, la audiencia parece ya estar lista y exigir un medio con esas características” (http://bit.ly/1br5BcE).
En Chihuahua, el presidente del municipio de la capital, Javier Garfio Pacheco (ingeniero nacido en Balleza), mejoró el marco doctrinal aplicable por su partido, el Revolucionario Institucional, al reparto electorero de televisores con el pretexto del apagón digital. Lo hizo al distribuir algunos aparatos receptores en la celebración del Día de la Trabajadora Doméstica y recomendar a las asistentes que los utilizaran para ver
no las noticias, porque no crean que son tan buenas las noticias. Vean más bien las novelas y sobre todo las novelas buenas. Así quedó emparentado culturalmente el priísta chihuahuense Garfio con quien presidió México de 2000 a 2006, el entonces panista y hoy apasionado peñista Vicente Fox (“No lean la prensa (…) la gente que no lee es más feliz”). Otro panista, Francisco Vega, alias Kiko, gobernador de Baja California, también había hecho su aportación el pasado 11 de los corrientes, en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cuando dijo a su femenina audiencia: “ustedes son lo mejor que nos ha pasado. Están rebuenas todas para cuidar niños, para atender la casa, para cuando llega uno y, ‘a ver mijito, las pantuflitas’. No, no, ustedes de veras que son el pilar de la familia”. Y más que con palabras, las acciones definen al presidente municipal (independiente) de San Blas, Nayarit, apodado Layín, quien en un escandaloso festejo masivo subió la falda a su compañera de baile. Cretinismo, clasismo, discriminación y misoginia más allá de las siglas partidistas.
Y, mientras EPN sigue haciendo más con lo mismo, ahora reconfigurando lo presupuestado para presentarlo en Chiapas como
Estrategia para el Desarrollo del Sur de México, ¡hasta mañana!
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