Ayotzinapa en Oaxaca
Gloria Muñoz Ramírez
A
yotzinapa sigue convocando indignaciones y dolores, pero también organización. Seis meses después de la desaparición forzada de los 43 normalistas en Iguala no hay resultados desde arriba, pero abajo la movilización no para (en más de 200 ciudades del mundo hubo protestas en la décima jornada global). Pero no sólo, pues no son pocos los lugares donde de las calles se está pasando a la organización colectiva, ante la embestida de agresiones y despojos del Estado. Un grupo de mujeres de Oaxaca es un botón de muestra.
Itandehui Santiago, del colectivo Mujer Nueva y parte también del movimiento social de las colonias de la capital del estado, refiere que a la demanda de presentación con vida de los normalistas se unieron los procesos que las mujeres de aquí están impulsando desde abajo:
Pensamos qué nos está afectando en estos momentos y vimos que es el problema del agua, pero también valoramos que la censura de MVS de Carmen Aristegui es una violación a la libertad de expresión. También analizamos el problema de las altas tarifas de luz y los nuevos medidores que están poniendo de manera impositiva en las colonias. Son muchos los problemas a los que nos enfrentamos y en este momento se trata de volver a dar la batalla juntas.
La organización del movimiento social en Oaxaca no puede entenderse sin sus aguerridas mujeres. Fueron ellas parte vital y protagónica de la APPO en 2006, y lo siguen siendo. Fueron las primeras que en un pequeño grupo se manifestaron en las calles por Ayotzinapa, cuando aún no estaban las acciones globales y el tema no era tocado por los medios. De Tlacolula, no debe olvidarse, es originario Cristian, uno de los 43 desaparecidos, quien además pertenece a una familia de luchadores sociales, con quienes de inmediato establecieron contacto y se unieron a la búsqueda.
Silvia, del colectivo Vocal, refiere 2006 como un año que marcó no sólo al movimiento social, sino sus formas de vida. Desde ese momento, dice, tienen claro que “la lucha no es una cuestión partidista, pues desde ahí no se van a cambiar las cosas. La organización, insiste al igual que sus compañeras, es la única forma de evitar que se consume el despojo,
y por eso estamos luchando por los recursos naturalesen un estado concesionado a las mineras, a las empresas eólicas, a las presas y a un sinfín de proyectos que atentan contra el territorio.
Como mujeres, dice doña Francisca,
somos las que estamos llevando las luchas. Necesitamos escucharnos y lo estamos haciendo. Las elecciones no nos importan. La consigna es
Ahora más que nunca, mujeres juntas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario