Peña: propaganda insensata // Espots del adiós // Gira mediática // Rumbo a un retiro dorado
Julio Hernández López
▲ LA IMPUNIDAD CUMPLE 47 MESES. Familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa marcharon del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez para reclamar que a 47 meses de los hechos, el gobierno de Enrique Peña Nieto "no ha dado respuestas ni ha presentado avances en ninguna línea de investigación”.Foto Jesús Villaseca
V
irtualmente a tres meses de dejar el poder, Enrique Peña Nieto ha emprendido una insensata (y cara) operación propagandística en busca de reivindicar su imagen pública y su gestión sexenal.
Como si el pasado primero de julio no hubiesen recibido él, su gobierno y su partido una insólita descalificación masiva en las urnas, Peña Nieto reincide en el abuso de la propaganda mediática y del consecuente dispendio de recursos públicos para tratar de convencer a los mexicanos de una versión inaceptable: que México es hoy mejor de lo que era seis años atrás.
La utilización a destajo de los medios de comunicación masiva, en esta inviable cruzada peñista, reinstala el sentimiento de irritación que llevó a muchos mexicanos a optar por la propuesta de Morena, en específico por Andrés Manuel López Obrador. Resulta ofensivo ver y escuchar los alegatos gubernamentales de presunta responsabilidad, prosperidad y eficacia, con base en retorcimientos estadísticos, datos inflados, métodos reajustados y una pésima lectura de los nuevos tiempos políticos y sociales.
Sin embargo, Peña Nieto apuesta al extraño clima de concordia y disipación de enconos que respecto a él y su gestión le proporcionó el desenlace de la contienda presidencial. De pronto, a menos de 48 horas de que José Antonio Meade y el propio ocupante de Los Pinos habían reconocido el triunfo del abanderado de Morena, el grado de animosidad contra el ex gobernador del estado de México fue bajando de intensidad, a tal nivel que los indicios disponibles apuntan a que el político saliente, y sus principales allegados, podrán caminar sin demasiadas angustias hacia una especie de retiro dorado.
Por lo pronto, ha hecho una gira de despedida declarativa, por medios impresos y electrónicos, el que podría ser el último ocupante de Los Pinos (también podría suceder que, en sexenios venideros, el triunfador decida volver a la que durante décadas fue residencia oficial de los presidentes). En particular, concedió entrevistas a los titulares de los noticieros nocturnos de las tres cadenas nacionales de televisión abierta (Televisa, con Denise Maerker; Televisión Azteca, con Javier Alatorre; e Imagen, con Ciro Gómez Leyva) y a medios impresos, como La Jornada, con Rosa Elvira Vargas.
Justamente en la entrevista con La Jornada, Peña Nieto expresó tal confianza en un futuro sin sobresaltos para él, que el título rezó:
Veo tranquilo el futuro; mi actuación se apegó a la ley. No es que espere continuidad de sus programas y políticas, pero parece no preocuparle demasiado lo que suceda después del primero de diciembre, a tal grado que en el segundo párrafo del texto firmado por la reportera Vargas se puntualiza que “sobre los proyectos de gobierno anunciados por Andrés Manuel López Obrador, dice desconocer la existencia de diferencias profundas con los impulsados en su sexenio, ‘más allá del tema educativo, de la retórica y algunas cosas de estilo’” (https://goo.gl/CWSJZp).
En ese contexto de supuesto encaminamiento apacible rumbo a la salida, este sábado Peña Nieto dio el banderazo de salida a una inundación de anuncios y publicaciones referidas a su sexto Informe de gobierno, texto este que presentará el primero de septiembre ante el nuevo Congreso federal, dominado como nunca por un partido adverso al que está todavía, formalmente, en el poder.
La hegemonía de AMLO-Morena es una contundente acta de descalificación de la administración de Peña, pero este busca aún convencer a los ciudadanos de lo contrario mediante una batería de anuncios que durará 12 días, aunque el próximo 3 es probable que el mexiquense se organice un acto de despedida y se dedique ya nada más a esperar el momento de entregar la banda de tres colores.
Mientras tanto, la presidenta salinista del PRI, Claudia Ruiz Massieu, reconocía ayer, en reunión con el sector campesino de ese partido, que el uno de julio hubo un
colapso electoral(colapso, en la primera acepción del diccionario de la Real Academia Española: “Destrucción, ruina de una institución, sistema, estructura, etcétera) Ni más, ni menos.
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