Los sones y el jarabe no podían faltar
▲ En plena calle, Andrés Manuel López Obrador tuvo un encuentro con pobladores de Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca.Foto Carlos Ramos Mamahua
Enrique Méndez y Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Viernes 31 de agosto de 2018, p. 7
Viernes 31 de agosto de 2018, p. 7
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió ayer al salir de la casa de transición a la calle para recibir un presente de mezcal, pan y tortillas de familias de Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca. Y, ya con el canasto que le entregó Margarita Santiago Ruiz, se animó a bailar y dijo:
¿Y la música qué, pues?
La banda Tierra del Sol –que se llama así por los versos de la Canción mixteca, de José López Alavez– entonó Jarabe del valle. La música inundó la calle de Chihuahua, en la colonia Roma de la capital. López Obrador levantó el canasto con el presente y dio unos pasos para seguir el ritmo.
Nelly Morales Santiago, estudiante de bachillerato y originaría de San Juan Yacuitla, quien desde temprano le gritaba a López Obrador
¡Te queremos, AMLO bebé!, logró acercársele y él le plantó un beso en la mejilla. Para corresponder el gesto, ella simuló que se desmayaba.
Durante toda la mañana y mientras en la casa de transición se realizaba el encuentro con los embajadores de los países de Asia Pacífico, la banda de Pedro Montesinos Miguel no dejó de tocar.
Los sones y jarabes se colaron hasta la reunión e incluso aderezaron el discurso del embajador de Nueva Zelanda, William Mark Sinclair, quien felicitaba en ese momento a López Obrador por
su victoria histórica.
La seguridad, en aprietos
Casi a la una y media, por primera vez desde su triunfo, el presidente electo decidió no salir en su auto, sino a pie, a la calle, al encuentro de los mixtecos, ante el azoro de todo su equipo, que se vio obligado a seguirlo, atropelladamente, para tratar de protegerlo y controlar a la prensa, a la que el mismo López Obrador pidió infructuosamente:
Hagan valla.
Se formó un tumulto. Cuatro voluntarios, de traje gris, que quieren formar parte de la ayudantía presidencial, tuvieron su primera prueba.
¡Ábranle paso, señores!, exclamaron para tratar de impedir los empujones a López Obrador.
¡Un poco de espacio, por favor! ¡Hey, no avienten!, insistieron.
Hasta Leticia Ramírez, encargada de la atención ciudadana, protegió a López Obrador y también quitó a un hombre para que Margarita Santiago se acercara a darle un abrazo.
¡Hazte para atrás, déjala pasar!, exclamó.
Entre el jaloneo, los voluntarios se liaron a empujones con camarógrafos y fotógrafos. Antes de abordar el Jetta blanco, que se había quedado entre el gentío, el presidente electo dijo que esta mañana ofrecerá una conferencia de prensa. Por lo pronto, la tarde de ayer la pasó en su domicilio particular.
Voy a estar trabajando allá, dijo.
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