Deuda pública, herencia venenosa // Casi 10.6 billones de pesos en junio
Carlos Fernández-Vega
A
legraos, mexicanos pagadores, que al cierre del primer semestre del presente año el saldo de la deuda del sector público federal ascendió al escalofriante monto de 10.6 billones de pesos, equivalente a 527 mil 500 millones de dólares, mismos que, por cortesía gubernamental, deberán ser pagados –más los voluminosos intereses– por los habitantes de esta República endeudada, incluidos los recién nacidos, quienes ya no llegan con torta bajo el brazo, sino con un pagaré.
México, con larga data de endeudamiento, nunca había registrado un nivel tan elevado de deuda pública como el que se reporta a escasos meses de concluir la presente administración. Pero, serenos, que lo anterior quiere decir que el saldo será aún mayor por allá del 30 de noviembre de 2018, cuando EPN entregue el mando a ya saben quién.
Con base en el reporte más reciente de la Secretaría de Hacienda, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados analiza la situación y de sus conclusiones se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
En tan sólo los primeros seis meses de 2018, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP, el indicador más preciso de la deuda pública total) se incrementó en casi 396 mil millones de pesos, pero en términos anuales el aumento fue de poco más de un billón 127 mil millones de pesos, equivalente a una variación de 6.8 por ciento en términos reales.
Así, al cierre del primer semestre del año la deuda neta del sector público se situó en 10 billones 578 mil 141 millones de pesos, lo que significó un crecimiento de 8.4 por ciento en términos reales con respecto a junio de 2017. Dicho saldo representó 45.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al 30 de junio de 2018.
La deuda interna neta del sector público se ubicó en 6.6 billones de pesos, monto equivalente a 28.2 por ciento del PIB. Por lo que toca a la deuda externa del sector público, su saldo representó 17 por ciento del Producto Interno Bruto en la fecha indicada.
Así, en materia de deuda interna, el 18 de abril se realizó la colocación sindicada de un bono a tasa fija a tres años por 25 mil millones de pesos, con una tasa de rendimiento de 7.22 por ciento y un cupón de 7.25 por ciento.
Asimismo, el 12 de julio del presente año se realizó una operación de permuta de bonos M y Udibonos en el mercado local; la primera con vencimientos entre 2018 y 2021 y la segunda con vencimientos en 2019 y 2020. El total de la asignación fue cercana a 178 mil millones de pesos, misma que se utilizó en su totalidad para amortización de deuda (se contrata débito para pagar débito).
En materia de deuda externa, se realizaron colocaciones en los mercados internacionales encaminadas a mejorar el perfil de vencimientos y fomentar la liquidez de los bonos de referencia del gobierno federal, el cual –12 de abril– realizó una colocación en el mercado japonés por 135 mil millones de yenes (equivalente a mil 260 millones de dólares), a un plazo de 5, 7, 10 y 20 años, donde destaca que las tasas de interés contratadas representaron mínimos históricos para emisiones del gobierno federal, en plazos similares en cualquier mercado. El costo financiero de la deuda pública creció 13.1 por ciento en términos reales debido al mayor pago de intereses de la deuda y mayores apoyos a los programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca (la herencia del Fobaproa).
Para cubrir las fuentes de financiamiento del balance público, se registró un endeudamiento interno neto del sector público federal por más de 253 mil millones de pesos y un endeudamiento externo neto por casi 8 mil millones de dólares. El resultado de la suma de ambos conceptos es el endeudamiento neto total, después de descontar las amortizaciones realizadas durante el primer semestre de 2018.
Las rebanadas del pastel:
Entonces, como se constata, el gobierno saliente hereda puro veneno al entrante.
Twitter: @cafevega
No hay comentarios:
Publicar un comentario